Los flujos de comercio y las prioridades de negocio favorecen a China
China ocupa paulatinamente todo el espacio económico mundial, relegando a un segundo plano a EE.UU.,lo que queda de manifiesto tanto en los flujos de comercio mundial como en las prioridades de negocio.
Según los expertos, esta tendencia representa el cambio más radical en el equilibrio de poder que se produce en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. China protagonizó su salto al mercado global a comienzos de los años 90 del siglo pasado con la exportación de camisetas baratas y juguetes. Hoy en día, las importaciones chinas de petróleo crudo y de otras materias primas han pasado a ser la base del auge de las industrias extractoras en Asia, África y América Latina.
El gran salto hacia adelante de China en el mercado del acero ha sido tan rápido, que ahora sus plantas consumen la mitad de la producción mundial de mineral de hierro. Al mismo tiempo, el gigante asiático se ha transformado en el mayor exportador de acero. En la disputa con EE.UU. China se atrajo a Zambia y Chile, los mayores productores de cobre, y a Australia, un importante exportador de carbón y mineral de hierro.
China superó a Estados Unidos también en los mercados de Corea del Sur y Malasia, convirtiéndose en el principal cliente de componentes para industrias de alta tecnología. Los gigantes electrónicos -Samsung, Nokia, e incluso Apple- trasladaron sus plantas de ensamblaje a China.
A EE.UU. se le escurre el timón económico
La ventaja competitiva de China reside en la mano de obra barata y el bajo precio de otros componentes de costo de los bienes.
Expertos citados por oilru.com creen que el petróleo y el gas serán las armas principales de China y EE.UU. en la lucha por los mercados en los próximos años. Muchos de ellos opinan que las revoluciones árabes y los cambios políticos en África fueron instigados y apoyados por Estados Unidos a fin de privar a China de fuentes de petróleo, Libia y Sudán en primer lugar.
La tensión en torno a Irán y el Golfo Pérsico también persigue este objetivo. Como también lo persigue la estrategia de retorno de EE.UU. a la región de Asia y el Pacífico, que tiene como fin la colocación de fuerzas de choque navales en las rutas de transporte más importantes de petróleo de Venezuela, China, Nigeria, Sudán, Oriente Medio, indican los expertos.
Mientras tanto, en la pugna entre China y Estados Unidos por los mercados mundiales, el que logre la victoria en la “guerra de divisas” se convertirá en el ganador, opina el economista ruso Mijaíl Jazin citado por oilru.com.
“Es muy probable que el mundo se divida en zonas monetarias. La victoria o la derrota se decidirá por una cosa: quién tendrá un área mayor, si EE.UU. o China Por el momento no hay una respuesta. Esta lucha por los mercados mundiales pasará del plano de la lucha en los mercados a otro plano, el monetario. Esto va a ser lo más interesante en la geopolítica mundial y la economía de los próximos 3-5 años”, estima Jazin.
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"A EE.UU. se le agota el privilegio de ser uno de los actores más destacados en el comercio internacional"
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En este episodio de 'Keiser Report', Max y Stacy comentan la noticia de que Huawei ya no usa en sus teléfonos componentes estadounidenses y hablan de Ray Dalio, que augura una revolución por culpa de los bancos centrales. En la segunda parte, Max sigue entrevistando a Dave Collum, profesor de la Universidad de Cornell, sobre cómo a la estrategia de 'conceder créditos sobre créditos no acumula pérdidas' se le acaba la cuerda, a menos que los tipos de interés se hundan en valores negativos.
En la primera parte del programa, Max Keiser y Stacy Herbert abordan el progreso de China en el ámbito de la tecnología, subrayando el hecho de que el gigante chino Huawei ya esté construyendo teléfonos inteligentes sin chips estadounidenses.
Según el análisis de UBS y Fomalhaut Techno Solutions, un laboratorio japonés que desmontó el último teléfono de Huawei Mate 30 para inspeccionarlo, este dispositivo no tiene ningún componente estadounidense, recuerda Stacy. Asimismo, Max destaca que "la empresa china Huawei y sus teléfonos son el Apolo XI de esta década". Según el presentador del programa, estos dispositivos chinos "están definiendo el entorno tecnológico de todo un país y seguirán haciéndolo durante mucho tiempo".
Según Stacy, EE.UU. tendría que "darse cuenta del enorme privilegio que supone que la divisa de reserva mundial sea el dólar estadounidense y haber protegido más esa posición de ventaja". Tras actuar como un "abusón de recreo", EE.UU. ha conseguido que hasta países como Francia o Alemania hayan buscado una alternativa al sistema SWIFT para esquivar el dólar estadounidense y el control de la Reserva Federal de Nueva York. En este sentido, Stacy nota que se está agotando el privilegio del país norteamericano de ser uno de los actores más destacados en el comercio internacional.
En la segunda parte de 'Keiser Report', Max entrevista a David Collum, profesor de química orgánica en la Universidad de Cornell, que asegura que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, no tiene la culpa en los problemas económicos de EE.UU., siendo la Reserva Federal la única responsable. "Nos estamos destruyendo desde dentro", comenta Collum, subrayando que no cree que Putin sea una mayor problema del país norteamericano. "Nuestro mayor problema es la falta de libertad de expresión; nuestro mayor problema es la falta de mercados libres", concluye el invitado.
China volvió a asestar otro duro golpe contra EEUU. Aunque su nueva medida sentencia que hará una purga de todos los ordenadores de procedencia extranjera de todas sus instituciones públicas, está claro que se trata de un torpedo que lanzó contra la línea de flotación de las tecnológicas estadounidenses, que serán las máximas damnificadas.
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La venganza será terrible, dice la frase. Si EEUU pensaba que tenía a todas las sartenes existentes en el planeta de la economía global por el mango, China le demuestra y verifica de manera continua uno de los principios fundamentales de la física, aquel que dice que a cada acción, hay una reacción igual y opuesta.
En este golpe a golpe que se ha transformado la guerra comercial desatada por el presidente, Donald Trump, devenida en una Guerra Fría tecnológica, Pekín ha decidido pagarle a Washington con la misma moneda.
Y es que esta Guerra Fría tecnológica reconoce su origen el pasado año, cuando en una medida sin precedentes y tirando del mantra tan manido de la tan mentada 'seguridad nacional', la Casa Blanca prohibió a todos sus funcionarios utilizar equipos Huawei, aparte de otras compañías del gigante asiático como ZTE. En mayo apuntó a esa supuesta emergencia nacional para sentenciar una ley ejecutiva contra la tecnología de "adversarios extranjeros".
Lo cierto es que la devolución de este golpe por parte de China supone un golpe en los riñones a empresas como Microsoft, HP y Dell. De forma indirecta –o directa–, Trump le mete la manos en los bolsillos a estas empresas que se podría traducir en los 135.000 millones de euros anuales que representan las ventas de estas tres empresas a China.
Esta medida del Gobierno chino, tomada por la Oficina Central del Partido Comunista, es conocida como "3-5-2", a saber: prevé reemplazar el 30% de los equipos en 2020, el 50% en 2021 y el restante 20% en 2022 el año 2022.
El presidente de la Consultora Ekai Center, Adrián Zelaia, afirma que esta medida del gigante asiático es un golpe muy duro a las empresas estadounidenses, al señalar que China tiene una ventaja importantísima sobre EEUU, y es la dimensión de su país, y la dimensión del parque informático.
"Porque la renta per cápita de EEUU es muy superior a la de China, pero el parque informático de China está superando muy rápidamente al de EEUU. El hacer frente con las mismas armas, de alguna forma en reservarse su potencial de mercado [interno] con respecto a este tipo de productos tecnológicos, puede suponer una baza muy importante y casi definitiva para que las empresas tecnológicas chinas en primer lugar dentro de mu pocos años", sentencia Adrián Zelaia.
Envíos de celulares 5G de China superan 5 millones en noviembre.
Las exportaciones chinas de teléfonos inteligentes recobraron la bonanza en noviembre pasado, gracias al alza contundente en la demanda de los aparatos con 5G, la nueva y más rápida red de conexión, confirman hoy datos oficiales.
De acuerdo con la Academia de Tecnología de la Información y las Comunicaciones, el país envió al exterior cinco mil 74 millones de celulares con el revolucionario sistema el mes pasado.
Ese dato supera con creces las ventas de modelos con 4G incorporada entre enero y octubre de este año, cuando solo salieron fuera del país 323 millones de unidades para una caída interanual de 5,8 por ciento.
Además, la Academia precisa que existe una fuerte competencia entre los fabricantes de teléfonos inteligentes como Xiaomi, Huawei y ZTE por explorar el mercado emergente.
De hecho, la primera marca prevé hacer desde mañana su incursión en Japón con el lanzamiento de un móvil con cámara de 108 mega píxeles.
Luego planea introducir otro celular, un reloj inteligente y una arrocera que puede ser controlada por control remoto.
Según la compañía, ahora el momento oportuno para entrar al mercado nipón porque en 2020 el país cambiará a la 5G (red de quinta generación) y el público local es muy receptivo a las tecnologías.
China lanzó el octubre pasado el servicio comercial de ese sistema y cerrará este año con 130 mil estaciones bases en medio centenar de ciudades para proporcionarlo.
Está prevista su utilización masiva en la comunicación personal y los videojuegos en 2020, así como su aplicación creciente en los vehículos autónomos.
Corea del Sur se convirtió en abril de este año en el primer país del mundo en ofertar el servicio comercial de la 5G, que permite la conexión casi instantánea en los móviles, o sea, 20 veces más rápido que con la generación anterior y así los usuarios podrán descargar películas en menos de un segundo.
Valoraciones mundiales auguran que hacia 2035, generará 3,5 mil millones de dólares de rendimiento y 22 millones de empleos en todo el planeta.
En China se prevé que su uso comercial acelere el crecimiento económico sostenible y en el período 2020-2025 genere altísimos ingresos con valor añadido.
Huawei asegura que ya no necesita que las compañías de EE.UU. le suministren componentes cruciales para 5G
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Huawei planea abrir una planta de componentes en Europa, ha revelado el presidente del gigante de las telecomunicaciones, Liang Hua, en una entrevista a AFP. Además, ha asegurado que su empresa ya no necesita que las compañías estadounidenses le suministren los componentes cruciales para la tecnología 5G.
Las declaraciones se producen en medio de la guerra comercial entre Washington y Pekín y bajo la presión de las restricciones comerciales por parte de EE.UU. después de que el presidente Donald Trump ordenara a las empresas estadounidenses que dejaran de hacer negocios con Huawei.
"En el área de la tecnología 5G, ya no dependemos del suministro de chips y otros componentes de las compañías estadounidenses", ha asegurado el presidente de Huawei, al comentar cómo la empresa está lidiando con la prohibición de Trump.
"Si el Gobierno de Estados Unidos permitiera que los proveedores nos envíen nuevamente, estaríamos listos para restablecer nuestra cooperación con ellos", ha puntualizado.
Pero, por el momento, la compañía china está planeando fabricar sus propios componentes en un sitio de producción en el continente europeo.
"Estamos realizando un estudio de viabilidad para abrir una fábrica en Europa para esto. La elección del país dependerá de ese estudio", ha afirmado.
Huawei anuncia el lanzamiento de su innovadora y potente serie P40 con un diseño "nunca visto" y sin los servicios de Google
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El director ejecutivo de Huawei, Richard Yu, ofreció algunos detalles sobre las novedades del gigante de las de telecomunicaciones chino para el 2020, entre ellas, la puesta en el mercado de su serie P40 el próximo marzo durante un evento en París (Francia).
En una entrevista para el portal especializado Frandroid, el empresario no detalló la fecha exacta en que se hará oficial su comercialización, pero reveló que el que será su nuevo modelo insignia, el P40 Pro, contará con un diseño "nunca visto", una calidad fotográfica mejorada y un mayor rendimiento. En general, será un dispositivo más potente que mostrará una evolución lógica de su línea predecesora P30, que ya ha demostrado grandes prestaciones.
De acuerdo con el medio francés, se presume que estos modelos prescindirán de los servicios de Google, dado que Huawei tiene vetado usar ese servicio original en sus 'smartphones'. Esta no sería la primera serie de teléfonos inteligentes de la empresa presentada tras la imposición de sanciones en su contra por parte de Washington. En septiembre pasado, lanzó su Mate 30 con aplicaciones preinstaladas y desarrolladas por el propio fabricante. El 'software' estaba integrado con un ecosistema de hasta 45.000 programas disponibles en la Galería de Aplicaciones de Huawei.
Por otro lado, Yu confirmó que estos nuevos equipos continuarán utilizando Android como plataforma junto con la interfaz de inicio el sistema operativo móvil EMUI, que la compañía china utiliza en la mayoría de los dispositivos de sus teléfonos inteligentes. Esta noticia corrobora los supuestos de que los futuros teléfonos de Huawei no estarían beneficiados del anunciado sistema operativo HarmonyOS, debido a que de momento la compañía no puede proporcionarle funcionalidad completa.
Entre los 7.000 militares europeos que participarán en el Defender Europe 20 se incluyen uniformados de Italia, España y Alemania, los tres países más afectados por el coronavirus en Europa. De hecho, fue el propio ministro de Defensa alemán, Joachim Herrmann, quien, uno a uno, recibió el pasado 3 de marzo en Nuremberg a los primeros militares norteamericanos.
El despliegue de tropas, que supone el mayor desembarco de militares norteamericanos en Europa en 25 años, tenía por objetivo atemorizar a Rusia. Objetivo que, para los norteamericanos, se encuentra por encima, incluso, de sus propias recomendaciones de seguridad.
El despliegue de tropas, que supone el mayor desembarco de militares norteamericanos en Europa en 25 años, tenía por objetivo atemorizar a Rusia. Objetivo que, para los norteamericanos, se encuentra por encima, incluso, de sus propias recomendaciones de seguridad, dado que, cuando comenzaron a desplegarse las tropas, el 3 de marzo, la mayoría de Europa se encontraba en el nivel de alerta 2 (que urgía a tomar grandes precauciones), mientras que Italia se situaba en el nivel 3 –evitar viajes no esenciales– y las zonas más afectadas del país transalpino se situaban en el nivel 4, es decir, recomendaban no viajar.
Estas especiales circunstancias no fueron impedimento para que los 20.000 militares norteamericanos y el material necesario para el ejercicio llegara a los puertos europeos de Alemania, Países Bajos, Bélgica, Letonia y Estonia y a numerosos aeropuertos de Europa.
En este caso, no solo los norteamericanos se han mostrado irrefutablemente irresponsables, sino que la Unión Europea tampoco puede presumir de un comportamiento en ningún caso acorde a la amplitud de miras que se le presupone a los gestores europeos. Porque la ineptitud de los 27 ministros de Defensa de la Unión Europea fue mayúscula, pues lejos de tratar en su reunión del 4 y 5 de marzo en Croacia (Zagreb) la amenaza del coronavirus, centraron todos sus esfuerzos en la coordinación del masivo ejercicio militar. Ni siquiera el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, estuvo a la altura de las circunstancias e incluso llegó a afirmar que los ejercicios no se cancelarían y que, en todo caso, se evaluaría la situación en un futuro.
En este caso, no solo los norteamericanos se han mostrado irrefutablemente irresponsables, sino que la Unión Europea tampoco puede presumir de un comportamiento en ningún caso acorde a la amplitud de miras que se le presupone a los gestores europeos.
Un peligro para todos
Conviene reseñar que Europa, a diferencia de China, se ha mostrado incapaz de controlar la pandemia, por lo que el número de contagiados no para de aumentar y se sitúan al 16 de marzo en casi 60.000, siendo los países más afectados Italia, con casi 25.000, y España con casi 10.000. Situación que, de seguir así, provocará que Europa supere en breve las cifras de China, el país en el que comenzó la epidemia, aunque todavía por causas desconocidas –Zhao Lijian denunció que el virus pudo ser llevado por militares norteamericanos–.
Con Italia cerrada a cal y canto, España imponiendo controles fronterizos terrestres, Europa proponiendo prohibir la entrada de ciudadanos de fuera de la Unión Europea, Estados Unidos no ha tenido más remedio que cancelar el 16 de marzo el Defender Europe 20, por lo que los efectivos norteamericanos regresaran a sus lugares de origen. No le bastó ni que la Organización Mundial de la Salud declarase la enfermedad COVID-19 como pandemia cinco días antes, el 11 de marzo.
Sin embargo, ahora el peligro es más que evidente: los militares tendrán que volver a sus bases europeas y norteamericanas. Más de 20.000 personas regresando a las bases en Alemania, Polonia, España, Italia, Idaho, Florida, Washington, California, Texas, Nueva York, Pensilvania o Georgia después de haber estado en contacto con miles de personas en el foco de contagio del virus. Será un milagro que el virus no viaje con ellos.
Sin embargo, ahora el peligro es más que evidente: los militares tendrán que volver a sus bases europeas y norteamericanas. Más de 20.000 personas regresando a las bases en Alemania, Polonia, España, Italia, Idaho, Florida, Washington, California, Texas, Nueva York, Pensilvania o Georgia, después de haber estado en contacto con miles de personas en el foco de contagio del virus.
En un comunicado de compleja verosimilitud, los norteamericanos han afirmado que detuvieron todos los movimientos de tropas el 13 de marzo, debido a que para ellos lo principal es la salud y la seguridad de los militares, civiles y familiares involucrados. Compleja verosimilitud porque tres días en una situación como la actual es un siglo y no parece muy lógico paralizar los movimientos de los militares el 13 de marzo y no suspender el ejercicio hasta tres días después. Pareciera que se vieron obligados.
En cualquier caso, el ejercicio de amenaza a Rusia se resfrió.
Lo que las autoridades norteamericanas no han explicado en ningún caso, ni tan siquiera con versiones rocambolescas, es cuál es el plan, si lo tienen, para evitar que entre los 33.000 militares que regresaran a sus lugares de origen no viaje el virus con ellos.
Cómo Pekín prepara su economía para cuando EE.UU. ya no sea el centro de la demanda mundial
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En medio de la pandemia del coronavirus y de las tensiones con Washington, China ha lanzado una nueva estrategia para impulsar su economía, con mayor énfasis que antes en los negocios de puertas adentro.
China, que se convertirá, probablemente, en la mayor economía del mundo en unos cuantos años, se está preparando para cambios importantes en el comercio internacional, y en particular, para un futuro en el que EE.UU. ya no es el centro de la demanda mundial, sostiene un nuevo artículo de CNBC.
En medio de la pandemia del coronavirus y de las tensiones con Washington, el Gobierno del gigante asiático ha lanzado una nueva estrategia para impulsar su economía, "esta vez bajo el vago paraguas de la 'circulación dual'", indica el medio. En términos generales, se trata de dos círculos de actividad económica, el interno y el externo, con mayor énfasis que antes en los negocios en casa.
"La política de 'doble circulación' demuestra el reconocimiento de China de que no podrá depender tanto del comercio durante las próximas dos décadas, como lo hizo en las dos anteriores", explica al respecto Stephen Olson, investigador de la organización sin fines de lucro Fundación Hinrich.
Olson recuerda que "la búsqueda de una integración económica profunda con China se ve cada vez más en EE.UU. como un error estratégico, que funcionó extremadamente bien para China, pero considerablemente menos para EE.UU.". En este contexto, los aranceles impuestos en el marco de la disputa comercial entre Pekín y Washington durante los últimos dos años ya han reducido el flujo de bienes entre los dos países.
"Desplazar las exportaciones de China hacia dentro es, en realidad, algo bueno, así nuestra economía puede desarrollarse de manera estable y crecer", indica, por su parte, Xu Hongcai, subdirector de la Comisión de Política Económica de la Asociación China de Ciencia Política.
¿Transición dolorosa?
Al mismo tiempo, pese a todo lo que se habla de impulsar el consumo interno, lo que prevé Pekín no es necesariamente lo que sucederá, particularmente en los próximos meses, apunta CNBC.
En estos momentos, "la demanda [interna] se está recuperando, pero es difícil que gran parte de la demanda se recupere a lo que era antes de la epidemia", enfatiza Xu, que pronostica un período de transición potencialmente "doloroso".
"El consumo no será el motor económico este año ni el próximo con seguridad. Será inversión y exportaciones", señala Dan Wang, economista jefe de Hang Seng China en Shanghái. En su opinión, para aumentar el consumo o su contribución al crecimiento, China "tendrá que realizar una reforma importante en su distribución de ingresos, y una gran dificultad para hacerlo es la reforma de las empresas estatales".
Sea como fuere, a largo plazo, se está acelerando la presión para que China haga ese cambio y dependa más de su propio mercado, constata el artículo.
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Mientras que en muchos países europeos aparece el temor a una segunda ola de coronavirus, que volvería a castigar la débil recuperación económica, y EEUU sigue con la doble crisis sanitaria y económica a pocas semanas de las elecciones presidenciales, China emerge como la potencia que terminaría el año de la pandemia con crecimiento económico.
Como se mencionó en un artículo anterior, a comienzos de este año, el FMI esperaba un crecimiento del ingreso per cápita en más de 160 países, mientras que ahora más de 170, equivalente a casi el 90% de la economía mundial, registrarán una caída en ese indicador.
¿Cuáles son los motivos para que el país origen del COVID-19 pueda registrar una performance económica positiva a contramano del resto?
Transformación digital
China recibió el primer gran golpe económico por las medidas sanitarias de confinamiento. También ha sido la primera en mostrar subas sostenidas de indicadores clave de la economía.
Sin embargo, no han mejorado todos los sectores. Algunas actividades, especialmente en el sector servicios, todavía no muestran síntomas de reactivación.
Pese a ello, de acuerdo a la dinámica de la pandemia en el resto del mundo y el ciclo económico global, parece poco probable que China transite una larga recesión.
La pregunta que algunos economistas tratan de responder es por qué China pudo generar tan rápida recuperación cuando gran parte de la economía internacional sigue a los tumbos.
Una de las respuestas que ofrecen es la siguiente: la rápida transformación digital de su economía.
Zhang Jun, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Fudan y director del Centro de Estudios Económicos de China, un grupo de expertos con sede en Shanghai, explica que la economía digital de China estaba creciendo con fuerza antes de la pandemia, y que con ésta se aceleró.
En 2018 ya representaba el 34,8% del Producto Interno Bruto (PIB), porcentaje que fue creciendo año a año por encima del crecimiento del Producto. La crisis del COVID-19 está destinada a reforzar esta tendencia.
Inversión
Zhang Jun señala que a medida que la pandemia ha destruido algunas empresas e industrias, también ha acelerado enormemente la adopción de tecnologías digitales. Al no poder salir de sus hogares, las familias adoptaron aplicaciones como JD.com, Meituan, Eleme y Pinduoduo para hacer sus compras diarias de productos.
Mientras, las empresas aprovecharon las herramientas digitales, desde plataformas de comunicación como Enterprise WeChat y DingTalk hasta contratos electrónicos, para mantener sus negocios en funcionamiento.
A la vez, varios gobiernos locales están implementando Alipay Health Code, una aplicación de teléfono móvil que asigna a los usuarios un código de color que indica su estado de salud. De esa manera, saben cuándo deben ser puestos en cuarentena, cuándo pueden visitar espacios públicos de manera segura y cuándo pueden viajar.
La transformación digital está modificando también a la industria financiera de China. Con 562 millones de usuarios, las aplicaciones de banca móvil eran la tercera categoría más grande de aplicaciones por base de clientes, después de las aplicaciones de compras y vídeos cortos, a fines de marzo. Las aplicaciones chinas de banca móvil ahora tienen un promedio de 50 millones de usuarios activos mensuales.
El crecimiento de la economía digital de China también ha tenido un impacto positivo en el empleo. La Academia de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de China informa que en 2018, la economía digital creó 191 millones de puestos de trabajo y representó una cuarta parte del empleo general, un aumento del 11,5% interanual.
Zhan Jun concluye que "China bien puede ser la única gran economía que logre un crecimiento positivo este año. Esto se lo debe, en gran medida, a una década de compromiso con una fuerte inversión en la transformación estructural impulsada por la tecnología".
Control
Otro de los factores para comprender la rápida recuperación de la economía de China es que ha podido controlar el COVID-19. Desde el 16 de agosto pasado no registra contagio local, y sólo se han detectados importados, personas que han quedado inmediatamente controlados por la estricta cuarentena de 14 días que se impone a quien arriba al país.
Este resultado en el frente sanitario y la estrategia de prevención contrasta con la política encarada por Occidente. El saldo es elocuente: China inició el camino de la reactivación, mientras que las economías de EEUU y Europa siguen muy débiles.
Junto con la economía de Vietnam, la de China es la única que ya crece. En el primer trimestre se derrumbó 6,8%, pero en el segundo empezó a revertir esa tendencia y puede mostrar el ansiado dibujo de reactivación en V.
El impulso proviene especialmente del sector industrial, que se expandió 4,8% desde el segundo trimestre. No obstante, en la primera mitad del año, el PIB fue negativo de 1,6% con respecto al mismo periodo de 2019.
De todos modos, ha sido una caída sustancialmente menor al resto. Los economistas Oscar Ugarteche y Jorge Zavaleta precisaron que el PIB de la Unión Europa (UE) se desplomó 14,4% respecto del segundo trimestre de 2019 y América del Norte 10,8% (Canadá, México y Estados Unidos).
Zhao Qinghe, del Buró Nacional de Estadísticas, indicó que "la situación sanitaria está controlada y todo apunta a que el consumo interno continuará creciendo".
La estrategia para superar los costos de la pandemia es sencilla: China confía en su propia fortaleza y no en la de la economía global para superar la crisis.
Cautela
De todos modos, el Gobierno de Xi Jinping no tiene el objetivo de exhibir la fuerza de la recomposición de su economía en medio de una crisis global.
"La economía china ha logrado sobreponerse gradualmente del daño causado por la pandemia en el primer semestre. Pero el crecimiento aún sufre fuertes presiones externas a la baja porque el coronavirus continúa teniendo un gran impacto en la economía global. La mayor parte de las variables continúan en territorio negativo, así que todavía queda un largo camino hasta que podamos recuperar lo que nos quitó la pandemia, aunque hemos demostrado que su impacto es controlable", indicó el portavoz del Buró Nacional de Estadísticas, Liu Aihua, durante la presentación de los datos del segundo trimestre.
Es evidente que China está saliendo fortalecida de esta crisis. Según IHS Markit, las exportaciones chinas representaron el 20% del total global entre abril y junio, siete puntos porcentuales más que en el mismo período de 2019.
EEUU
En tanto, el retroceso de Occidente se ha acelerado con el coronavirus, pero desde antes estaba perdiendo peso relativo en la economía mundial a favor del crecimiento de Eurasia.
Ese proceso se ha acentuado en la última década con un incremento de la desigualdad notable. Eduardo Crespo, TiagoAppel y Gonzalo Fernández, del Grupo Geopolítica y Economía desde el Sur Global, afirman que el caso paradigmático de esa caída es EEUU.
Pese a que es una potencia con recursos y capacidades muy importantes para mejorar las condiciones de vida de su población, el salario real hoy es más bajo que hace 40 años.
Por ejemplo, el empleado medio debe trabajar el doble de años que tres décadas atrás para pagar el precio de una vivienda promedio.
Esos tres especialistas ofrecen datos contundentes de la crisis al interior de EEUU: entre 1999 y 2015, la tasa de suicidios aumentó 24% y disminuyó la esperanza de vida de los estadounidenses blancos de mediana edad.
Otro dato: desde la década del 70 hasta la crisis de 2008, la productividad creció en forma progresiva; no así los salarios reales. Estas cifras explican el incremento de la desigualdad.
Europa
Por su parte, Europa registra un sendero de mayor retroceso. Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia, apunta que la crisis del euro que estalló hace una década se ha mostrado durante mucho tiempo como un enfrentamiento entre el frugal Norte de Europa y el derrochador Sur. De hecho, en el fondo había una feroz guerra de clases que dejó a Europa, incluidos sus capitalistas, muy debilitada en relación con Estados Unidos y China.
"Peor aún, la respuesta de la Unión Europea a la pandemia, incluido el fondo de recuperación de la UE, está destinada a intensificar esta guerra de clases y asestar otro golpe al modelo socioeconómico de Europa", sentencia.
Xavier Vives, catedrático de Economía y Finanzas del IESE Business School, agrega que mientras que Estados Unidos y China se adelantan cada uno en busca del dominio global en la economía digital y otras tecnologías de vanguardia, Europa se está quedando cada vez más rezagada; incluso Alemania.
Siglo XXI
La dinámica de la coyuntura de la economía global muestra a China está saliendo fortalecida de la pandemia.
El movimiento económico estructural en las dos décadas transcurridas de este siglo es que la potencia asiática fue expandiendo su relevancia en el escenario internacional.
El coronavirus sólo ha acelerado esa tendencia que está girando el centro de gravedad de la economía mundial de Occidente hacia Asia.
Mientras que en muchos países europeos aparece el temor a una segunda ola de coronavirus, que volvería a castigar la débil recuperación económica, y EEUU sigue con la doble crisis sanitaria y económica a pocas semanas de las elecciones presidenciales, China emerge como la potencia que terminaría el año de la pandemia con crecimiento económico.
Como se mencionó en un artículo anterior, a comienzos de este año, el FMI esperaba un crecimiento del ingreso per cápita en más de 160 países, mientras que ahora más de 170, equivalente a casi el 90% de la economía mundial, registrarán una caída en ese indicador.
¿Cuáles son los motivos para que el país origen del COVID-19 pueda registrar una performance económica positiva a contramano del resto?
Transformación digital
China recibió el primer gran golpe económico por las medidas sanitarias de confinamiento. También ha sido la primera en mostrar subas sostenidas de indicadores clave de la economía.
Sin embargo, no han mejorado todos los sectores. Algunas actividades, especialmente en el sector servicios, todavía no muestran síntomas de reactivación.
Pese a ello, de acuerdo a la dinámica de la pandemia en el resto del mundo y el ciclo económico global, parece poco probable que China transite una larga recesión.
La pregunta que algunos economistas tratan de responder es por qué China pudo generar tan rápida recuperación cuando gran parte de la economía internacional sigue a los tumbos.
Una de las respuestas que ofrecen es la siguiente: la rápida transformación digital de su economía.
Zhang Jun, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Fudan y director del Centro de Estudios Económicos de China, un grupo de expertos con sede en Shanghai, explica que la economía digital de China estaba creciendo con fuerza antes de la pandemia, y que con ésta se aceleró.
En 2018 ya representaba el 34,8% del Producto Interno Bruto (PIB), porcentaje que fue creciendo año a año por encima del crecimiento del Producto. La crisis del COVID-19 está destinada a reforzar esta tendencia.
Inversión
Zhang Jun señala que a medida que la pandemia ha destruido algunas empresas e industrias, también ha acelerado enormemente la adopción de tecnologías digitales. Al no poder salir de sus hogares, las familias adoptaron aplicaciones como JD.com, Meituan, Eleme y Pinduoduo para hacer sus compras diarias de productos.
Mientras, las empresas aprovecharon las herramientas digitales, desde plataformas de comunicación como Enterprise WeChat y DingTalk hasta contratos electrónicos, para mantener sus negocios en funcionamiento.
A la vez, varios gobiernos locales están implementando Alipay Health Code, una aplicación de teléfono móvil que asigna a los usuarios un código de color que indica su estado de salud. De esa manera, saben cuándo deben ser puestos en cuarentena, cuándo pueden visitar espacios públicos de manera segura y cuándo pueden viajar.
La transformación digital está modificando también a la industria financiera de China. Con 562 millones de usuarios, las aplicaciones de banca móvil eran la tercera categoría más grande de aplicaciones por base de clientes, después de las aplicaciones de compras y vídeos cortos, a fines de marzo. Las aplicaciones chinas de banca móvil ahora tienen un promedio de 50 millones de usuarios activos mensuales.
El crecimiento de la economía digital de China también ha tenido un impacto positivo en el empleo. La Academia de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de China informa que en 2018, la economía digital creó 191 millones de puestos de trabajo y representó una cuarta parte del empleo general, un aumento del 11,5% interanual.
Zhan Jun concluye que "China bien puede ser la única gran economía que logre un crecimiento positivo este año. Esto se lo debe, en gran medida, a una década de compromiso con una fuerte inversión en la transformación estructural impulsada por la tecnología".
Control
Otro de los factores para comprender la rápida recuperación de la economía de China es que ha podido controlar el COVID-19. Desde el 16 de agosto pasado no registra contagio local, y sólo se han detectados importados, personas que han quedado inmediatamente controlados por la estricta cuarentena de 14 días que se impone a quien arriba al país.
Este resultado en el frente sanitario y la estrategia de prevención contrasta con la política encarada por Occidente. El saldo es elocuente: China inició el camino de la reactivación, mientras que las economías de EEUU y Europa siguen muy débiles.
Junto con la economía de Vietnam, la de China es la única que ya crece. En el primer trimestre se derrumbó 6,8%, pero en el segundo empezó a revertir esa tendencia y puede mostrar el ansiado dibujo de reactivación en V.
El impulso proviene especialmente del sector industrial, que se expandió 4,8% desde el segundo trimestre. No obstante, en la primera mitad del año, el PIB fue negativo de 1,6% con respecto al mismo periodo de 2019.
De todos modos, ha sido una caída sustancialmente menor al resto. Los economistas Oscar Ugarteche y Jorge Zavaleta precisaron que el PIB de la Unión Europa (UE) se desplomó 14,4% respecto del segundo trimestre de 2019 y América del Norte 10,8% (Canadá, México y Estados Unidos).
Zhao Qinghe, del Buró Nacional de Estadísticas, indicó que "la situación sanitaria está controlada y todo apunta a que el consumo interno continuará creciendo".
La estrategia para superar los costos de la pandemia es sencilla: China confía en su propia fortaleza y no en la de la economía global para superar la crisis.
Cautela
De todos modos, el Gobierno de Xi Jinping no tiene el objetivo de exhibir la fuerza de la recomposición de su economía en medio de una crisis global.
"La economía china ha logrado sobreponerse gradualmente del daño causado por la pandemia en el primer semestre. Pero el crecimiento aún sufre fuertes presiones externas a la baja porque el coronavirus continúa teniendo un gran impacto en la economía global. La mayor parte de las variables continúan en territorio negativo, así que todavía queda un largo camino hasta que podamos recuperar lo que nos quitó la pandemia, aunque hemos demostrado que su impacto es controlable", indicó el portavoz del Buró Nacional de Estadísticas, Liu Aihua, durante la presentación de los datos del segundo trimestre.
Es evidente que China está saliendo fortalecida de esta crisis. Según IHS Markit, las exportaciones chinas representaron el 20% del total global entre abril y junio, siete puntos porcentuales más que en el mismo período de 2019.
EEUU
En tanto, el retroceso de Occidente se ha acelerado con el coronavirus, pero desde antes estaba perdiendo peso relativo en la economía mundial a favor del crecimiento de Eurasia.
Ese proceso se ha acentuado en la última década con un incremento de la desigualdad notable. Eduardo Crespo, TiagoAppel y Gonzalo Fernández, del Grupo Geopolítica y Economía desde el Sur Global, afirman que el caso paradigmático de esa caída es EEUU.
Pese a que es una potencia con recursos y capacidades muy importantes para mejorar las condiciones de vida de su población, el salario real hoy es más bajo que hace 40 años.
Por ejemplo, el empleado medio debe trabajar el doble de años que tres décadas atrás para pagar el precio de una vivienda promedio.
Esos tres especialistas ofrecen datos contundentes de la crisis al interior de EEUU: entre 1999 y 2015, la tasa de suicidios aumentó 24% y disminuyó la esperanza de vida de los estadounidenses blancos de mediana edad.
Otro dato: desde la década del 70 hasta la crisis de 2008, la productividad creció en forma progresiva; no así los salarios reales. Estas cifras explican el incremento de la desigualdad.
Europa
Por su parte, Europa registra un sendero de mayor retroceso. Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia, apunta que la crisis del euro que estalló hace una década se ha mostrado durante mucho tiempo como un enfrentamiento entre el frugal Norte de Europa y el derrochador Sur. De hecho, en el fondo había una feroz guerra de clases que dejó a Europa, incluidos sus capitalistas, muy debilitada en relación con Estados Unidos y China.
"Peor aún, la respuesta de la Unión Europea a la pandemia, incluido el fondo de recuperación de la UE, está destinada a intensificar esta guerra de clases y asestar otro golpe al modelo socioeconómico de Europa", sentencia.
Xavier Vives, catedrático de Economía y Finanzas del IESE Business School, agrega que mientras que Estados Unidos y China se adelantan cada uno en busca del dominio global en la economía digital y otras tecnologías de vanguardia, Europa se está quedando cada vez más rezagada; incluso Alemania.
Siglo XXI
La dinámica de la coyuntura de la economía global muestra a China está saliendo fortalecida de la pandemia.
El movimiento económico estructural en las dos décadas transcurridas de este siglo es que la potencia asiática fue expandiendo su relevancia en el escenario internacional.
El coronavirus sólo ha acelerado esa tendencia que está girando el centro de gravedad de la economía mundial de Occidente hacia Asia.
El Dragón se propone cambiar de estrategia. En respuesta a la situación internacional, decidió un viraje a lo que denomina "doble circulación", que supone que "el mercado y el consumo interno serán los principales impulsores del futuro crecimiento del PIB de China".
Este viraje se viene anunciando desde hace algunos meses, pero a lo largo de septiembre cobró mayor dimensión. El Diario del Pueblo publicó un artículo titulado "El desarrollo chino se plantea a través de un nuevo modelo", donde destaca que el "crecimiento económico de China estará impulsado por el consumo interno y la inversión".
Justin Yifu Lin, decano honorario de la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Pekín y ex economista jefe del Banco Mundial, destaca la necesidad de China de "medidas de reforma más audaces para cultivar un mercado interno más eficiente y liberar el potencial del país para verificar un crecimiento de mayor calidad".
China está transitando, según Lin, de "una economía orientada a la exportación hacia una economía orientada al consumo interno y la inversión", lo que considera un paso inevitable. Según el diario oficialista, "el patrón de desarrollo de doble circulación ha generado acalorados debates y especulaciones sobre un posible cambio de la política de desarrollo de China y su potencial impacto en la economía mundial".
El presidente Xi Jinping definió que "China necesita crear un nuevo patrón de desarrollo en el que la circulación económica interna sea el pilar y los mercados internos y externos puedan complementarse entre sí".
El cambio está en marcha, al punto que la proporción de las exportaciones en el PIB de China ha disminuido desde un 35% en 2006, hasta un 17% en 2020. El consumo interno suponía, en 2008 el 35,3% del PIB, porcentaje que creció hasta un 58% del PIB en 2019.
Sin embargo, esto no quiere decir que las exportaciones dejarán de ser importantes para la economía china, ya que el país seguirá aprovechando sus ventajas competitivas para seguir ampliando la oferta de bienes a bajos precios.
China no va a aislarse, como ha dicho días atrás el presidente Xi. Prueba de ello es que mantiene en alto su principal proyecto, la Ruta de la Seda, que busca precisamente acelerar los intercambios con Asia y Europa. Como señala el economista Lin, el viraje supone aumentar los ingresos de los hogares para que el consumo interno se convierta en uno de los motores claves del crecimiento económico.
Sin embargo, este viraje que busca la mayor autonomía de China del mercado global, provoca un sentimiento de zozobra en Occidente. El Commerzbank, por ejemplo, uno de los mayores bancos de Alemania, vaticina que "China ha iniciado un camino hacia la autarquía".
Según este análisis, el viraje de China "puede perjudicar a Europa y, en especial, a Alemania en el medio plazo". Observado desde Europa, el viraje chino busca "la autosuficiencia para blindarse ante la nueva 'era del desorden'", que "puede suponer una seria amenaza para los grandes socios comerciales".
Según el citado informe de El Economista, "China se ha convertido en un gran importador de bienes intermedios de calidad, beneficiando a Alemania, Japón, Corea del Sur o EEUU. Esto es lo que parece estar en peligro con la nueva estrategia que pretende adoptar el país a partir de octubre".
En los próximos años, el Dragón se encamina a producir una gran parte de los bienes y servicios de elevado valor añadido que ahora importa. Los economistas de Commerzbank sostienen que China seguirá importando commodities como petróleo, pero la sustitución de importaciones industriales "plantea riesgos importantes para China y para las economías industrializadas occidentales".
Con este viraje, es muy probable que la guerra comercial con EEUU no haga más que intensificarse. Alemania será uno de los países más afectados, ya que se ha convertido en el principal proveedor de China, principalmente vehículos, piezas de coches, de aviones, máquinas y equipamiento industrial. "Se sentirán decepcionados, en particular los que exportan productos finales de alto valor añadido que China ahora puede producir por sí misma", estima Alicia García Herrero, economista de Natixis y una de las mayores expertas en economía china.
El economista argentino Claudio Katz ofrece una interesante reflexión sobre las causas de este viraje, que sitúa en la crisis de 2008, cuyo epicentro fueron los EEUU. El crecimiento de China basado en las exportaciones a su principal socio comercial, "alcanzó un techo infranqueable", ya que la debilitada economía de EEUU "no pudo sobrellevar el desbalance generado por el superávit comercial y las monumentales acreencias acumuladas por Pekín".
En efecto, la recesión que sobrevino a la crisis "introdujo un freno a la adquisición norteamericana de excedentes chinos y al consiguiente engrosamiento de las reservas asiáticas de Bonos del Tesoro". En los años siguientes, los intentos de China por aumentar las inversiones para ampliar su mercado interno, no alcanzaron el mismo nivel de beneficios que se obtenía con las exportaciones, sobre todo porque, como apunta Katz, "el consumo interno de los sectores de alta y media renta no fue suficiente para sostener el mismo ritmo de actividad".
Según esta explicación, la guerra comercial y el desacople entre Pekín y Washington serían consecuencia, más que de la actitud de ambos presidentes, de los límites que encuentra la interpenetración de las economías de ambas potencias. Dicho de otro modo, la guerra comercial desatada por Trump es la respuesta a los límites estructurales de un tipo de relaciones ancladas en el comercio.
China necesita un desarrollo endógeno, como lo han tenido EEUU y la Unión Europea desde hace mucho tiempo, así como todas las potencias ascendentes. Si no promueve ese viraje, quedará como un país dependiente de las exportaciones de bienes poco industrializados, una desventaja que las naciones del tercer mundo subdesarrollado conocemos de sobra.
Sin embargo, este viraje augura cambios geopolíticos de larga duración. Las potencias occidentales tuvieron una sobrevida luego de la crisis de 2008 gracias al notable crecimiento de la economía china, que era capaz de absorber todo tipo de productos industrializados y de alto valor agregado que producían las economías desarrolladas. Ahora se verán enfrentadas a sus propios límites, ya que los mercados internos del Norte tienen muy pocas posibilidades de expandirse.