Las elecciones en EEUU han desatado la hecatombe. En un país que autoproclama su excepcionalismo, acostumbrado a dar lecciones de democracia y exportarlas a todo el mundo, o incluso llegar a imponerlas con golpes a mano llena a todo aquel que no reconozca sus 'bondades', están saliendo a la luz las miserias, todas juntas, de su sistema político
¿Trump estilo Guaidó?
Lo que está pasando con las elecciones en EEUU "está demostrando las flaquezas y miserias de la democracia occidental. Tenemos una imagen realmente triste y penosa de una supuesta democracia donde los electores solamente pueden escoger entre lo malo y lo peor", expresa el analista internacional Eduardo Luque.
¿Qué pasaría si en medio del desastre en que se han convertido las elecciones en EEUU, si el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, perdiera en las urnas, y se pusiera de pie en una tarima en el medio de una plaza de Washington DC y se autoproclamara presidente de EEUU?
A continuación, la pregunta sería: ¿cómo reaccionaría la Unión Europea y el resto de Occidente si llegara a ocurrir este extremo? ¿Reconocerían a Trump como 'presidente interino legítimo hasta nuevo aviso' de EEUU, tal como lo hicieron con el diputado opositor venezolano Juan Guaidó?
Porque, a modo de ejemplo, ha salido el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, a tuitear que los contendientes en las presidenciales de EEUU deben aceptar el resultado de los comicios, sea cual sea. "Lo que ahora sucede en EEUU no está del todo de acuerdo con la cultura democrática que conocemos de ese país. Es importante que todos acepten el resultado. Es fácil ser un ganador, pero a veces es difícil ser un perdedor". Y allí está Guaidó para dar por buenas esas palabras de Maas, sobre que "a veces es difícil ser un perdedor".
Pero, ¿aceptó Guaidó —y Alemania y el resto del puñado de países que lo respalda— el resultado de las pasadas elecciones en Venezuela? No. Y dicho sea de paso, la UE, es decir, Alemania, ya ha sentenciado que no reconocerá las próximas elecciones legislativas en Venezuela "porque no hay garantías". ¿Está habiendo garantías en estas elecciones en EEUU?
¿Aceptó acaso la oposición en Bolivia, y otra vez, Alemania y demás socios occidentales, el resultado de las elecciones de 2019 en aquel país? Otra vez la respuesta es No. Más bien apoyaron el golpe de Estado, uno similar al que no lograron consumar en Venezuela unos meses antes.
¿De qué habla Heiko Maas, cuando habla de 'cultura democrática'? ¿Cuál vendría a ser 'su' cultura democrática?
Luque afirma que estas palabras de Maas evidencian las flaquezas y las miserias de la democracia occidental. "Una democracia que muchas veces consiste básicamente en que el ciudadano sólo tiene derecho a votar cada 'x' años —cuando toque— y que después el político escogido, como suele decir el refrán, 'hace de su capa un sayo' y utiliza el poder que se le ha dado para aplicar otras medidas completamente diferentes a las que prometió en su programa electoral".
"Lo más grave, es que esta supuesta democracia occidental, que sufrimos en ocasiones, realmente pone en cuestión a otros países, a los que les dice 'son democráticos', o no, como es el caso de Bolivia o el de Venezuela. En el caso de Bolivia la UE admitió un golpe de Estado militar que ha causado centenares de muertos y que se ha demostrado que era un golpe militar falseado a través de la Organización de Estados Americanos [OEA] y del señor [Luis] Almagro que era un peón de EEUU", abunda el analista.
Otra vez
Y vuelve la pregunta: ¿Reconocería Alemania y el resto de Occidente como presidente interino legítimo a Trump si éste se pusiera de pie en una tarima y se autoproclamara como tal, y a su vez aprobarían sanciones contra miembros del Partido Demócrata, Biden primero, y contra las cadenas de televisión y las redes sociales que le apoyan?
Luque admite que esta hipótesis sería curiosa de contemplar, al indicar que lo que ocurre en Venezuela no se entiende del mismo modo en EEUU y reconoce que sí que habría una reacción de parte de la UE.
"Se diría que evidentemente [Trump] no es un presidente legítimo. Es decir, lo que es legítimo para Venezuela, intentar o dar un golpe de Estado, y la UE y EEUU lo apoyan, no es legítimo hacerlo para EEUU. Estamos viendo el cinismo de la política occidental y de la UE de cómo se aplican a unos países un rasero político, y en cambio a otros no aplican ese mismo rasero".
"Esta democracia [occidental] no duda en amparar a dictadores y criminales y también golpes de Estado si es necesario, y esta es la evidencia que estamos viendo en estos momentos", remacha Eduardo Luque.
EE.UU.: Un juez de Pensilvania considerará el viernes una demanda sobre más de 8.000 papeletas de Filadelfia con errores menores
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El desafío legal forma parte del esfuerzo del equipo de campaña de Trump de descartar las papeletas de voto por correo y a distancia en todo el estado.
Un juez de Pensilvania tiene previsto considerar este viernes una reclamación sobre más de 8.000 papeletas electorales de Filadelfia con supuestos errores menores, informa The Wall Street Journal.
El desafío legal forma parte del esfuerzo del equipo de campaña de Trump de descartar las papeletas de voto por correo y a distancia en todo el estado.
El pasado 9 de noviembre, la Junta Electoral de Filadelfia votó a favor de contar 8.349 papeletas con varios problemas técnicos que el equipo de campaña de Trump sostuvo que deberían haberse descartado, según documentos judiciales. El equipo de Trump apeló esa decisión ante un tribunal inferior.
Aproximadamente, en la mitad de las papeletas el votante firmó el sobre y escribió la fecha, pero luego se olvidó de incluir un nombre impreso y una dirección postal. También figuran otra serie de problemas, como que el votante no escribiera la fecha junto a la firma.
La campaña de Trump dirige su reclamación contra miembros de la Junta Electoral, incluido el republicano Al Schmidt, al que Trump acusó en un tuit de negarse a mirar a "una montaña de corrupción y deshonestidad".
En un caso similar, la campaña de Trump apeló una decisión de la Junta Electoral de contar alrededor de 2.000 votos con errores menores en el condado de Bucks, Pensilvania. El juez no se ha pronunciado al respecto.
Según The Wall Street Journal, que cita a expertos legales, los jueces rara vez descartan las boletas debido a errores o a defectos menores.
Biden suma este jueves en Pensilvania 53.000 votos más que Trump.
Georgia realizará un nuevo recuento completo
Entretanto, el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, anunció este miércoles que el estado llevará a cabo un nuevo recuento manual de todas las papeletas de votación emitidas durante las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
"En realidad, hay que hacer un recuento completo mano a mano, porque el margen es muy estrecho", afirmó el político estadounidense, precisando que dicha igualdad queda reflejada en 97 de los 159 condados de Georgia que ya han proporcionado las cifras finales. "Queremos comenzar esto antes de que termine la semana", agregó.
Asimismo, Raffensperger aseguró que su oficina ha investigado todos los casos de irregularidades en los comicios y se comprometió a seguir haciéndolo.
Una semana después de la celebración de las elecciones presidenciales en EE.UU., la rivalidad entre Donald Trump y Joe Biden solo parece ir en aumento. Mientras el actual presidente rechaza las proyecciones de los medios, que proclamaron a su oponente como ganador, el demócrata anuncia que el proceso de transición ya está en marcha y arremete contra la postura de la Casa Blanca.
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Un juez de Pensilvania ha fallado a favor de la campaña del presidente de EEUU, Donald Trump, decretando que la secretaria de estado, Kathy Boockvar, no tenía derecho a cambiar la fecha límite, lo que permitió a los votantes por correo presentar sus pruebas de identidad más tarde.
De acuerdo con el fallo, los votos de quienes no se identificaron hasta el 9 de noviembre, la fecha inicial, no deben ser contados.
Boockvar extendió la fecha límite hasta el 12 de noviembre y la campaña de Trump presentó una demanda, desafiando la legitimidad de esa decisión. Se dictaminó que la secretaria de estado no tenía el poder de cambiar la fecha de forma unilateral.
La ley estatal de EEUU dictamina que los votantes tienen hasta seis días después de las elecciones, en esta ocasión hasta el 9 de noviembre, para solucionar los problemas relacionados con la falta de prueba de identificación y completar el procedimiento.
La Corte Suprema ordenó anteriormente a los condados que separaran cualquier boleta recibida tres días después del día de las elecciones, dentro del período permitido para la votación por correo.
Los funcionarios de Pensilvania estiman que hay alrededor de 10.000 votos en juego.
No era el único proceso legal que la campaña de Trump interpuso en Pensilvania. Para el 13 de noviembre está programada otra audiencia para determinar si efectivamente se contaron miles de boletas a pesar de no tener la información requerida.
La campaña del actual presidente también espera que la Corte Suprema determine si los tribunales estatales podían aceptar boletas por correo con la extensión de tres días.
El entorno del presidente Donald Trump cree que nunca va a aceptar una derrota, incluso después de que se certifiquen los votos en los estados disputados. El mismo Trump también ha mencionado que no va a reconocer los resultados de los comicios, si no es él quien resulta ganador.
"No esperen que ceda. Es más probable que diga algo como: 'No podemos confiar en los resultados, pero no los voy a impugnar'", afirma un asesor, citado por el canal NBC.
Otro asesor opina que después de las batallas legales y los recuentos, lo más cercano que el presidente puede llegar a conceder es que "reconocerá los resultados y que nunca sabremos cuán precisos son".
Mientras tanto, también hay una creciente "vergüenza", así como "incertidumbre, duda y confusión" dentro de la Casa Blanca por la negativa del presidente a reconocer su derrota y seguir adelante.
¿Y si Trump renuncia a irse?
Pero ¿qué va a pasar si Trump se niega a dejar la Casa Blanca? Esto nunca ha ocurrido en la historia de EEUU, así que es difícil saberlo con certeza. Sin embargo, los politólogos e historiadores entrevistados por LiveScience están seguros de que no funcionaría.
Incluso si no está de acuerdo con los resultados, es casi seguro que será expulsado de la Casa Blanca, según Robert Shapiro, profesor y ex director en funciones del Instituto de Investigación y Política Social y Económica de la Universidad de Columbia.
Trump ha dicho de forma repetida y pública que espera ganar las elecciones a través de batallas judiciales en lugar de obtener la victoria en las urnas. Aunque no sea algo completamente nuevo, no es algo normal, destaca el medio.
Así, en las elecciones presidenciales de 2000, el gobernador de Texas, George W. Bush, derrotó al vicepresidente Al Gore no por tener claramente la mayoría de los votos emitidos a su favor sino por librar con mayor eficacia las batallas judiciales tras un resultado confuso en Florida.
No obstante, ahora la situación es distinta de hace 20 años. Si Trump acude a la Corte Suprema para ganar la elección, lo hará como presidente en ejercicio. Y fue él quien nombró personalmente a tres de los nueve jueces que podrían decidir el caso.
"En las elecciones de 2000, Florida fue sorprendida con la guardia baja. Nadie sabía que eso iba a pasar. Ahora, todo el mundo sabe qué va a pasar", explica Shapiro.
Además, la burocracia de las elecciones y el proceso de recuento de los votos está fuera del alcance de Trump. En términos legales, es poco lo que Trump podría hacer para mantenerse en el poder, informa el medio.
"Alguien le toma juramento [a Biden] como presidente. Podría ser el presidente de la Corte Suprema. Podría ser su abuela. A partir del mediodía del 20 [de enero], es el presidente de Estados Unidos. Todo el Servicio Secreto le reporta a él," destaca Shapiro.
Luego, explica el experto, Biden entra en la Casa Blanca, mientras que el Servicio Secreto escolta a Trump a la salida.
"Eso es lo que sucede. Todo el servicio civil del Gobierno, cada empleado de Estados Unidos reporta a Joe Biden tras este momento", concluye el experto.
Asimismo, vale la pena subrayar que aunque Trump se ha negado a comprometerse con una transferencia pacífica del poder, no ha dicho explícitamente que rechazaría los resultados de los comicios. De acuerdo al historiador de la Universidad de Boston Bruce Schulman, ningún presidente en la historia estadounidense ni siquiera ha insinuado esta posibilidad.
"No existe tal precedente, ni nada parecido", dijo Schulman a Live Science.
Donald Trump gana en Carolina del Norte las elecciones presidenciales, según proyecciones
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Según las proyecciones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ganó el estado de Carolina del Norte en las elecciones presidenciales de 2020. Así, el candidato republicano se llevaría 15 votos electorales adicionales para el resultado final, sumando un total de 232, informan medios locales.
Mientras tanto, Joe Biden ganó Georgia, obteniendo 16 votos del Colegio Electoral en un estado, que históricamente no había votado por un candidato demócrata para presidente en casi 30 años. De este modo, el exvicepresidente de EE.UU. suma un total de 306 votos.
Días atrás, cuando Georgia 'se pintó de azul' en el mapa electoral, Trump aseguró que él lideraba los comicios en ese territorio pero supuestamente el apoyo desapareció de forma inesperada.
"Tuve una ventaja muy grande en todos estos estados hasta muy tarde la noche de las elecciones, solo para ver que desaparecían milagrosamente a medida que pasaban los días. ¡Quizás estas ventajas regresen a medida que avancen nuestros procedimientos legales!", manifestó Trump.
El actual mandatario ha rechazado la victoria del candidato demócrata al igual que muchos republicanos. No obstante, Joe Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, aseguran que han ganado los comicios y de hecho, han emprendido varias acciones que corresponden al proceso de transición.
Previamente, cuando se le preguntó a Biden qué pensaba sobre la negativa de Trump para reconocer su derrota en las elecciones, el político comentó: "Solo pienso que es vergonzosa, francamente. Creo que no ayudará al legado presidencial".
Según los expertos, es poco probable que las alegaciones de Trump den un giro a los resultados preliminares, cuya versión final se dará a conocer el 14 de diciembre, cuando el Colegio Electoral se reúna para oficializar el resultado.
"Michelle me abandonaría": Obama descarta ocupar un cargo en el Gobierno de Biden y explica por qué
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El expresidente también criticó la actitud de Donald Trump de negarse a aceptar su derrota electoral.
El expresidente de EE.UU., Barack Obama, ha descartado ocupar un cargo en el gabinete de Joe Biden si el demócrata se lo pidiera y mencionó a su esposa explicando en son de broma el motivo, según declaró durante una entrevista con CBS emitida este domingo.
"Biden no necesita mi consejo, y lo ayudaré de la manera en que pueda. Ahora, no planeo trabajar de repente en el personal de la Casa Blanca o algo así", afirmó Obama cuando la presentadora le preguntó cómo ayudaría a quien fuera su vicepresidente de 2009 a 2017.
"Hay cosas que no haría porque Michelle me dejaría. Sí, diría: '¿Qué? ¿Vas a hacer qué?", añadió bromeando.
Durante la entrevista el expresidente confesó que, al culminar su presidencia, empezó a tener más tiempo y su esposa "pudo dejar algo del estrés que sentía al tener que hacer todo bien" durante casi 10 años como primera dama.
Entre otros puntos, Obama también criticó la actitud del presidente Donald Trump de reiteradamente negarse a aceptar su derrota electoral, y recalcó que las acusaciones infundadas de fraude son "decepcionantes".
"Joe Biden será el próximo presidente de los Estados Unidos y Kamala Harris será la próxima vicepresidenta", señaló.
Las declaraciones realizadas el 10 de noviembre por el secretario de Estado, Mike Pompeo, nos vienen a recordar que a falta de una Embajada estadounidense, existe el departamento de Estado: "Habrá una transición tranquila a una segunda administración de Trump".
Las palabras del secretario dispararon las alarmas. Ya no es un malcriado Trump el que no reconoce el triunfo. Es nada menos que el hombre fuerte, el de la CIA. El que 'mueve los hilos del mundo' es el que está desconociendo el resultado sin ningún argumento de peso.
Horas antes de las palabras de Pompeo, Trump había despedido a su secretario de Defensa, Mark Esper, una decisión que resulta incomprensible si debe dejar su cargo dentro de pocas semanas. Este martes, el presidente también cesó de su cargo a Chris Krebs, director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, por un comunicado donde este niega la posibilidad de fraude y cataloga las elecciones del 3 de noviembre como "las más seguras en la historia estadounidense".
El pasado 10 de noviembre, el fiscal William Barr autorizó una investigación nacional que al parecer es inédita en el ámbito electoral norteamericano. Cuando anteriormente ha habido pugna por un resultado, las demandas e investigaciones se circunscriben a estados concretos, como en Florida en el año 2000. En esta ocasión lo que está en entredicho para la Fiscalía es el resultado general y no algún resultado parcial.
Ociel Alí López, sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela
La estrategia de Trump será batallar en torno a la Corte Suprema, donde el partido republicano mantiene una mayoría sólida y quien tendrá la última palabra sobre el supuesto fraude electoral. Así que el escenario de una 'sorpresa jurídica' no está del todo descartado.
A las pocas horas de esta declaración, presentó su renuncia Richard Pilger, director de la división de crímenes electorales de la Fiscalía, encargado de supervisar las investigaciones de fraude, mostrando su desacuerdo con el fiscal general al estar derogando, según sus palabras, "una norma de 40 años de no interferencia federal en investigaciones de fraude electoral durante el período anterior al de certificación de las elecciones".
Cada estado tiene un plazo, un ente y unas reglas diferenciadas para 'registrar' los resultados. Todo el mes de noviembre está dispuesto para ello, hasta el 30 que vence el plazo de Arizona.
Luego, la estrategia de Trump será batallar en torno a la Corte Suprema, donde el partido republicano mantiene una mayoría sólida, consolidada gracias a las políticas agresivas de Trump que lograron designar a Amy Coney después de la muerte de la magistrada Ruth Bader. Esta instancia tiene la última palabra sobre el supuesto fraude electoral.
Así que el escenario de una 'sorpresa jurídica' con respecto al proceso electoral no está del todo descartado.
Resulta evidente que muchas cosas se mueven a lo interno del gobierno y que hay actores presionando para 'seguir la corriente' de la impugnación de Trump. Lo que no se sabe es si esa corriente podría proseguir incluso más allá del 20 de enero, día de la toma de posesión, y si eso ocurriera, cuál sería la respuesta de los demócratas.
Con destituciones en el ámbito militar, traslado de la toma de decisiones hacia la Corte Suprema, manifestaciones de calle en apoyo a Trump y declaraciones de desconocimiento del resultado por actores importantes del gobierno, como Pompeo, la transición hacia el gobierno de Biden aún no está del todo garantizada.
La obstaculización de la toma de posesión del nuevo gobierno implicaría la apertura de un escenario impensado: el comienzo de un golpe de Estado en EE.UU.
¿Biden está preparado para un conflicto de otra índole?
En junio, cuando la campaña electoral aún comenzaba, ya el propio Joe Biden asomó la posibilidad de que Trump no reconociera su triunfo y se negara a entregar el poder. El entonces candidato dijo estar "absolutamente convencido" que si ello ocurriera, las Fuerzas Armadas lo evacuarían de la Casa Blanca.
Después de los comentarios de Biden, el propio Mark Milley, entonces jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, tuvo que intervenir en la diatriba negando cualquier participación de los militares en el proceso electoral y declarando como "apolítica" a su institución.
Es decir, esta situación estaba en el radar de la campaña demócrata, que ya sabe por experiencia propia que no solo se requieren votos para ganar.
Ociel Alí López, sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela
La decisión del actual presidente de desconocer los resultados e incluso impugnar el proceso en su totalidad genera ansiedad en el mundo político nacional e internacional, pero también trastoca la imagen de EE.UU. como una nación racional donde la totalidad de sus actores aceptan las reglas de juego.
Por los momentos, la dirigencia demócrata no se hace mucho eco de las declaraciones de Trump sobre el desconocimiento de los resultados. Biden ha preferido comenzar a trabajar en las principales medidas de su gobierno como modo de responder a Trump sin entrar en un ambiente de pugnacidad, después de haber conseguido lo que parece una victoria holgada.
Pero su situación minoritaria en la Corte puede obstaculizar el triunfo.
Si esto ocurriera, el 'Estado profundo' controlado por Biden tendría que utilizar toda su fuerza para contrarrestar una hipotética decisión jurídica, y para ello las Fuerzas Armadas pueden terminar jugando un papel disuasivo de primer orden.
Impacto del desconocimiento de Trump al resultado
La decisión del actual presidente de desconocer los resultados e incluso impugnar el proceso en su totalidad, criticando a las empresas privadas que ofrecieron los servicios y otras denuncias, genera ansiedad en el mundo político nacional e internacional, pero también trastoca la imagen de EE.UU. como una nación racional donde la totalidad de sus actores aceptan las reglas de juego.
Habría que recordar que EE.UU. no es el mismo país de hace un año. Entre la crisis sanitaria de la pandemia y la crisis económica derivada, se abre un escenario en el cual puede estar acaeciendo un proceso de debilitamiento de la principal potencia del mundo.
Si le sumamos la pugna política e institucional, además de los disturbios sociales que no han parado desde el asesinato de George Floyd en mayo, estamos hablando de un país que parece en proceso franco de desestabilización.
Con el desconocimiento de Trump, EE.UU. entra en un momento de indeterminación política que en nada se le diferencia a países inestables del tercer mundo, en los que las elecciones pueden terminar en un pleito de índole diversa y en el que la voluntad popular no ocupa el puesto central de las decisiones.
Internamente, todo lo que está sucediendo fuera de la transición convencional pone a flor de piel los nervios de los grupos radicales de ambos lados, dispuestos a movilizarse, y mancha la institucionalidad, que se autoconsidera una democracia modélica.
En el mundo, EE.UU. pierde respeto como nación racional apegada a sus leyes con lo cual vulnera su imagen, especialmente cuando sus principales aliados han reconocido el triunfo de Biden.
Aún está por verse hasta dónde llegará Trump y el trumpismo y cuáles consecuencias traería el desconocimiento del resultado electoral. Por lo pronto, esperaremos a que las acciones contenciosas lleguen a la Corte para corroborar el grado de racionalidad que puede mantener el 'establishment' republicano.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
Se recrudece la batalla por los votos de las presidenciales en los estados clave de EE.UU.
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Más de dos semanas después de las elecciones presidenciales de EE.UU., la batalla por los votos se recrudece. Esta vez, en el condado de Wayne, el más grande de Míchigan, donde se denuncian irregularidades que habrían evitado una posible victoria a última hora de Donald Trump en ese estado. En opinión del presidente de EKAI Center, Adrián Zelaia, este caso refleja lo que está ocurriendo "de forma generalizada" en todos los estados clave administrados por los demócratas.
WASHINGTON (Sputnik) — Los demócratas en el Congreso insisten en ser informados de inmediato por la Administración General de Servicios (GSA) sobre la transición, que ha sido demorada por la administración de Donald Trump, dijeron cuatro comités del Congreso en un comunicado.
"La presidenta del Comité de Reforma y Supervisión, Carolyn Maloney; la presidenta del Comité de Asignaciones, Nita Lowey; el presidente del Subcomité de Operaciones Gubernamentales del Comité de Supervisión y Reforma, Gerald Connolly; y el presidente del Subcomité de Servicios Financieros y Gobierno General del Comité de Asignaciones, Mike Quigley, enviaron una carta insistiendo en que la administradora de la GSA, Emily Murphy, informe mañana (martes) por su continua negativa a otorgar acceso al Equipo de Transición", expresa el comunicado.
Para desbloquear fondos y recursos para la transición presidencial, la GSA debe asegurarse de que el presidente presuntamente electo, Joe Biden, y su vicepresidenta, Kamala Harris, ganaron las elecciones.
Horas antes de la declaración de los presidentes de los comités, la GSA les informó que su administradora adjunta, Allison Brigati, organizaría una sesión informativa de 30 minutos el lunes 30 de noviembre.
Sin embargo, los cuatro líderes de los comités respondieron en su carta que tal demora era inaceptable.
"No podemos esperar una semana más para obtener información básica sobre su negativa a tomar la determinación de verificación", escribieron los presidentes.
Agregaron que cada día adicional que se desperdicia "es un día que la seguridad, la salud y el bienestar de la población estadounidense está en peligro".
Los presidentes pidieron a la GSA que responda a su solicitud este miércoles a las 17:00 hora local (21:00 GMT).
Joe Biden, nombrará al veterano diplomático Antony Blinken como su secretario de Estado, una decisión que podría señalar el regreso al multilateralismo después de que Donald Trump se apartara de los aliados tradicionales del gigante norteamericano. Blinken, de 58 años, es uno de los principales colaboradores del demócrata en política exterior »