China descubre un campo de gas natural con un potencial de más de un billón de metros cúbicos
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El hallazgo tuvo lugar en la provincia de Sichuan, región operada por PetroChina Southwest Oil and Gasfield Company, filial de CNPC.
La Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) descubrió este lunes un gran campo de gas natural en la provincia de Sichuan, con un potencial de más de un billón de metros cúbicos.
El campo en cuestión es operado por una filial de CNPC, PetroChina Southwest Oil and Gasfield Company, y, según Xie Jun, gerente general de la compañía, el descubrimiento ha sentado una base sólida para que la empresa "construya por completo [instalaciones para procesar] 30 mil millones y acelere la construcción de 50 mil millones" en la zona atmosférica estratégica, informa Xinhua.
Asimismo, se reporta que durante la misma jornada, la producción de gas del pozo Pengtan 1, ubicado en esa área y con una profundidad de 6.376 metros, ascendió a 1.198 millones de metros cúbicos de gas natural.
El volumen total de reservas de gas natural en los campos operados por la compañía ha alcanzado los 30 billones de metros cúbicos.
PetroChina Southwest Oil and Gasfield Company es responsable del suministro de gas a más de 1.000 empresas industriales grandes y medianas, así como a más de 20 millones de hogares y alrededor de 10.000 empresas de servicios públicos en el suroeste de China.
El Banco Popular de China reveló que pondrá en circulación su moneda virtual, llamada e-RMB, para sustituir al dólar estadounidense como medio de pago para ciertas operaciones. Eventualmente, se busca que esta divisa también sustituya a los billetes y monedas en circulación, informó el banco central.
Las autoridades chinas comenzaron a investigar sobre la posibilidad de digitalizar su moneda desde 2014, aunque hasta 2017 iniciaron con el programa de desarrollo de e-RMB. Analistas chinos afirman que este proyecto tiene el objetivo de ofrecer a los inversores y las empresas una alternativa a la moneda de Estados Unidos.
"Es una medida para empezar a hacer competencia al dólar a través de esta moneda digital a nivel mundial. Ahorita será una moneda utilizada dentro de China, pero, existe la posibilidad de que, en la medida en que vaya siendo más utilizada, al menos en la región de Asia podría utilizarse también para el comercio internacional", consideró Janneth Quiroz Zamora, subdirectora de análisis económico de Grupo Financiero Monex, en entrevista con Sputnik.
La crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19 no detuvo el desarrollo de la divisa. El 17 de abril, el Banco Popular de China adelantó que su investigación sobre la moneda se encontraba en su etapa final, por lo que comenzaría a realizar pruebas en varias ciudades, como Shenzhen, Suzhou, Chengdu y Xiong’an, área al sur de Pekín que será sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.
Para Janneth Quiroz, e-RMB puede representar una alternativa funcional al sistema de liquidez a nivel internacional, cuya base es el dólar estadounidense.
"China, al empezar a introducir estos sistemas más avanzados, de una moneda digital respaldada por su Banco central, me parece que va un paso adelante en cuanto a Estados Unidos. Al estar tan relacionadas las economías, no me parecería extraño que algunas otras economías como Brasil, que tiene una alta integración con China, pudiera empezar a utilizar esta moneda para realizar transacciones internacionales", evaluó.
Asimismo, este proceso podría dar paso a una competencia abierta entre monedas, un aspecto que podría incidir en la demanda de dólares a nivel mundial en el mediano plazo.
"Al ser un producto, una moneda va disminuyendo la demanda, y entre más países empiecen a aceptar esta moneda,
estarán dejando de demandar dólares. Al disminuir la demanda por dólares, normalmente disminuye el precio. Entonces, lo que estaríamos viendo es la depreciación del dólar. Estados Unidos perdería ese poder que tiene ahora, al contar con la moneda más utilizada a nivel mundial", anticipó Janneth Quiroz.
Una de las principales bondades de ese estatus ha sido que Washington pueda enfrentar crisis como la asociada al COVID-19 mediante la emisión de más moneda para inyectar recursos a su economía. Pero, en un escenario donde e-RMB se consolide como divisa para transacciones internacionales, se podrían afectar también a monedas dependientes del valor del dólar, como el peso mexicano.
En ese caso, un escenario posible sería que la consolidación de la moneda virtual de China provoque una sobreoferta de dólares, un aspecto que podría beneficiar de manera directa al tipo de cambio del peso, aunque, a largo plazo, también podría devaluar el valor las reservas de México, actualmente respaldadas en la moneda estadounidense, tal como afirmó Gabriel Reyes Orona a Aristegui Noticias.
Por otra parte, el escenario de recesión económica que enfrenta el mundo ha sido clave para explicar la reciente depreciación de la moneda mexicana.
"Vemos depreciaciones tan significativas en nuestra moneda porque, al haber menor demanda o menos apetito por algunos instrumentos como es el caso del peso, los inversionistas que tienen pesos empiezan a deshacerse de ellos, porque implica un mayor riesgo en un escenario de tanta volatilidad e incertidumbre. Esto provoca que haya una enorme oferta de pesos y todo el mundo voltea a ver al dólar, porque es la moneda más liquida a nivel mundial, la que más se utiliza, la que está ligada a una economía fuerte, como es la de Estados Unidos", explicó Janneth Quiroz.
Sin embargo, un escenario de guerra monetaria se ve lejano, ya que la situación económica internacional hace muy difícil plantear esta competencia en los próximos meses. Por ello, para la subdirectora de análisis económico de Grupo Financiero Monex las primeras pruebas de la moneda virtual china serán fundamentales para observar cómo se podría posicionar esta divisa en el futuro.
China podría reducir sus vastas tenencias de bonos del Tesoro de Estados Unidos en respuesta a una demanda de Washington por compensación por la propagación del coronavirus, alertan los medios. Un experto explicó a Sputnik qué podría significar esa medida para EEUU.
Según los medios estadounidenses, la Casa Blanca examina la posibilidad de autocondonarse parte de la deuda que el Gobierno de Estados Unidos tiene con China. Los analistas aseguran, que tal paso es poco probable, pero el surgimiento de la idea hace que Pekín busque formas de reducir los riesgos. Una de ellas podría ser vender parte de la deuda pública norteamericana, sopesa South China Morning Post.
Esta es la reacción más obvia del Gobierno chino, cree Alexéi Zubets, director del Instituto de investigaciones socioeconómicas de la Universidad de Finanzas del Gobierno de Rusia.
Agregó que para evitar que Washington elimine los bonos del Tesoro de Estados Unidos que pertenecen a Pekín, China podría vender estos activos.
"Rusia hizo lo mismo, deshaciéndose de sus inversiones en valores norteamericanos cuando empezaron las sanciones", detalló Zubets a Sputnik.
Según sus estimaciones, los compradores pueden ser encontrados tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Según el experto, la opción más probable es la compra de nuevo por la Reserva Federal. Por otro lado, las obligaciones estadounidenses siguen teniendo demanda y varios países invierten en la deuda pública de EEUU.
"Por lo tanto, también puede haber compradores externos, por ejemplo, entre los países del sudeste asiático", indicó Zubets.
Al mismo tiempo, la venta de bonos podría tener consecuencias peligrosas para EEUU, subrayó el especialista.
"El principal riesgo para Estados Unidos no es la inflación, sino el hecho de que los inversores internacionales están cada vez más decepcionados con los bonos del Tesoro de Estados Unidos", señaló.
Explicó que estos bonos solían ser un activo libre de riesgos y no podían ser confiscados o congelados. Ahora los grandes actores observan cada vez más el uso de los compromisos del Tesoro como instrumento de lucha política y empiezan a entender que hay serios riesgos políticos en estos compromisos.
"Últimamente EEUU mata a la gallina que pone los huevos de oro, creyendo que puede prescindir de los inversores externos", indicó Zubets.
Estas acciones pueden llevar a un aumento del costo del servicio de la deuda externa estadounidense, en lo que el experto ve el principal problema.
Días atrás trascendió que el Ministerio de Seguridad de China instaba al Gobierno a prepararse incluso para una guerra, en vistas de la presión de la Casa Blanca y de Occidente, con renovadas acusaciones sobre su responsabilidad en la pandemia, que alcanzaron "un nivel de histeria".
En efecto, trascendió que "un documento fue presentado a principios de abril por el Ministerio de Seguridad chino a los principales líderes de Pekín, entre ellos el presidente de la República, y en él se asegura que la hostilidad hacia China está en su punto más alto desde las sanciones internacionales que sufrió China tras la matanza de la Plaza Tiananmen de 1989".
El citado informe habría sido elaborado por los Institutos de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (CICIR), expertos del Ministerio de Seguridad del Estado, que es el principal órgano de inteligencia de China. Además de contener el ascenso de China, los especialistas estiman que EEUU pretende debilitar el Gobierno del Partido Comunista socavando la confianza de la población.
Frente a esta situación, Pekín tiene entre sus planes dos armas pesadas. Una de ellas consiste en "reducir sus vastas tenencias de bonos del Tesoro de Estados Unidos".
"China podría desencadenar una caída del dólar estadounidense y de los mercados financieros inundando el mercado con bonos del Tesoro de EEUU a la venta, lo que empujaría a la baja los precios de los bonos estadounidenses", sostiene el periódico de Hong Kong South China Morning Post, citado por Sputnik.
Es cierto que la venta masiva de sus bonos del Tesoro causaría una catástrofe financiera global, que también perjudicaría al dragón, por lo cual no es la mejor opción, aunque este tema está sobre la mesa desde tiempo atrás.
Lo realmente novedoso, es que los medios oficialistas están llamando a incrementar seriamente el armamento nuclear. El editorial de Global Times del 8 de mayo se pregunta: "¿Esta ola anti-China está diseñada específicamente para que Trump gane la reelección? ¿Se disipará una vez que terminen las elecciones?". E inmediatamente se responde: "No podemos estar bajo tal engaño".
En suma, la dirección china tiene muy claro que gane quien gane las elecciones presidenciales de noviembre, la campaña "responsabilizar a China" seguirá su curso.
"El ascenso de China está causando que algunas élites políticas estadounidenses abandonen el pensamiento racional. Su juicio básico ha sido distorsionado", sostiene el editorial oficialista. "Atacar a China se ha convertido gradualmente en la nueva "corrección política" en los Estados Unidos, que afecta seriamente la comprensión objetiva de la sociedad estadounidense de los problemas relacionados con China", concluye.
El resultado de este análisis parece obvio: "China necesita prepararse para un desafío a largo plazo. Primero, debemos fortalecer y mejorar nuestra tecnología científica central y nuestro poder estratégico militar".
En la misma edición, el editor jefe de Global Times, Hu Xijin, titula su análisis: "China necesita aumentar sus ojivas nucleares a 1.000". Agrega que el país asiático debe tener al menos 100 misiles estratégicos Dongfeng-41, porque "necesitamos un arsenal nuclear más grande para frenar las ambiciones estratégicas e impulsos estadounidenses hacia China. Quizás tengamos que enfrentar desafíos con una determinación más fuerte en el futuro cercano, lo que requiere el apoyo de los misiles Dongfeng y Julang".
Aunque el medio oficioso del Partido Comunista defiende las buenas relaciones con EEUU, no se llama a engaño. "No seas ingenuo. No asumas que las ojivas nucleares son inútiles. De hecho, se están utilizando todos los días como un elemento disuasorio para dar forma a las actitudes de las élites estadounidenses hacia China".
En 2006 la Agencia de Inteligencia de la Defensa de EEUU estimaba que China poseía unas cien ojivas nucleares, aunque otras fuentes estimaban que ascienden a 400. En cualquier caso, se plantea un aumento importantísimo del arsenal nuclear y, sobre todo, se lo proclama abiertamente cuando el dragón había sido muy cuidadoso hasta ahora al abordar estos temas.
La impresión que se recoge es que la dirigencia china está muy preocupada con la deriva de agresividad que está tomando forma a raíz de la pandemia de coronavirus. Por lo que se puede recordar, desde que Mao Tse Tung afirmara, antes del triunfo de la revolución, que "la bomba atómica es un tigre de papel", a la que no debía temerse, los sucesivos gobiernos chinos no habían abordado el tema nuclear de esta forma tan clara y transparente.
Es evidente que la República Popular China se viene reforzando de manera formidable, como lo demuestra la botadura de dos nuevos submarinos nucleares portadores de misiles balísticos intercontinentales, además del segundo navío de asalto anfibio en apenas siete meses, un portahelicópteros de 35,000 toneladas.
Por último, el analista Xulio Rios del Observatorio de la Política China, estima que Xi Jinping está promoviendo un hondo viraje en los asuntos internos. "Asistimos en las últimas semanas a una acusada recentralización de los asuntos de Hong Kong que amenaza con pulverizar la autonomía local". Agrega que el Gobierno tiene urgencia en promover la estabilidad interna, pues en el marco de "una pésima situación económica por el impacto de COVID-19, ya ha adelantado que la estabilidad social será crucial para la recuperación".
Parece evidente que el Gobierno chino se está preparando para una guerra que no desea, pero que considera tal vez inevitable. Para eso extrema el control interno, evitando así posibles estallidos sociales que —como en el período imperial debilitarían al país.
Por otro lado, sigue adelante con lo que los especialistas denominan como "ritmo frenético" en la construcción y modernización de su flota de guerra, que está llamada a jugar un papel muy destacado en la defensa del Mar del Sur de China, aguas estratégicas para el dragón, por donde pasa buena parte del comercio internacional y, de modo muy particular, las gigantescas cisternas que lo aprovisionan de petróleo.
Es probable que las altas esferas chinas estén convencidas de que las elites estadounidenses ya se hayan decidido por desatar un conflicto armado, probablemente localizado, para contener su inevitable decadencia imperial.
China ya no necesita de EE.UU. para hacerse con el dominio económico del planeta"
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En este episodio de 'Keiser Report', Max y Stacy hablan de las recompras de acciones por parte de las empresas estadounidenses mientras China envía a EE.UU. cargueros llenos a rebosar: los puertos de la costa oeste de han tenido un septiembre muy atareado debido al auge de las importaciones desde China, que sigue produciendo bienes. En la segunda parte, Max habla con Andy Edstrom, gestor del patrimonio y autor de 'Why Buy Bitcoin', sobre las empresas que se han puesto a invertir en el bitcóin.
Los presentadores del programa consideran que el "hundimiento geopolítico" de EE.UU. en favor de China "es inevitable", ya que "todos los imperios acaban así", por sus "propias decisiones erróneas". Stacy lamenta que la Reserva Federal estadounidense destine fondos para adquirir acciones y deudas tóxicas de empresas en lugar de invertir en la producción y desarrollo del país.
Citando datos de medios especializados, la presentadora señala que a raíz de los estímulos económicos que el Gobierno estadounidense entrega a sus ciudadanos por la pandemia del coronavirus, "se han disparado" los envíos de mercancías de China a EE.UU. El gigante asiático "va a salir beneficiado" de esta crisis, ya que el volumen de mercancías que envía al país norteamericano "se sitúa en niveles récord, lo cual hará que la balanza comercial se desequilibre aún más", prevé Max.
"Antes de la pandemia, China y EE.UU. mantenían una relación de simbiosis en la que el primero aportaba los puestos de trabajo y la capacidad productiva, mientras que la segunda los consumidores y el crédito, lo cual hacía que ambos salieran beneficiados. Pero ahora, Pekín ha decidido romper con Washington, al que cree no necesitar ya para hacerse con el dominio económico del planeta", sostiene.
"Un auténtico sinsentido"
En cuanto a la propuesta del FMI de reeditar los acuerdos de Bretton-Woods de 1944, el invitado de este episodio, Andy Edstrom, opina que es "un auténtico sinsentido". "En aquel momento, EE.UU. representaba en torno al 40 % del PBI mundial, con una Europa en ruinas; y eso es muy distinto de lo que tenemos ahora", compara. Además, los niveles de deuda en relación con el PBI al final de la Segunda Guerra Mundial eran muchos menores que los de ahora, añade el entrevistado.
Aunque admite que es posible que se produzca algún pacto entre naciones, "por encima de todo, lo que nos espera es una etapa de anarquía financiera, monetaria y de divisas en la que todos los países van a seguir emitiendo moneda", pronostica Edstrom.
China saldrá de la crisis provocada por el covid-19 como salió EE.UU. de la II Guerra Mundial"
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En este episodio de 'Keiser Report', Max y Stacy comentan las palabras de Paul Tudor Jones, quien afirmó que el bitcóin es optimista con el ser humano. En la segunda parte, Max entrevista al empresario Dan Collins, de vuelta en Estados Unidos tras pasar veinte años en China, sobre el desarrollo de la guerra comercial con el gigante asiático.
Tras décadas de "políticas desastrosas" por parte de los bancos centrales y "de manipulación de los datos de inflación" por parte de los gobiernos, se avecina un escenario inflacionista que podría acabar con la tendencia al alza en el mercado de deuda que existe desde hace 40 años y, como consecuencia, la humanidad se vería seriamente golpeada, sostienen los presentadores del programa.
Una forma para contrarrestar ese escenario sería apostar por el bitcóin, asegura Max, para quien esta criptomoneda es una vía de escape del actual sistema financiero, donde los bancos centrales emiten moneda "como locos" para rescatar a los multimillonarios, pero son "incapaces" de lidiar con crisis como la actual pandemia.
Respecto a la crisis provocada por el coronavirus, el entrevistado de este capítulo, Dan Collins, señala que China es una de las pocas economías que está saliendo a flote mientras las demás continúan en caída libre. "El PBI chino ya vuelve a subir, y probablemente el año que viene esté un 10 % por encima del año pasado, mientras que el resto necesitaremos 2, 3 o 4 años para recuperar los niveles del 2019", sostiene.
"La única opción viable"
Según Collins, esos datos reflejan que "el equilibrio de poder se ha revertido" y que el gigante asiático "va a salir de la pandemia como salió EE.UU. de la Segunda Guerra Mundial: como la única opción viable". Asimismo, afirma que en la actualidad Pekín ya es la primera potencia tecnológica en el ámbito del 5G y las telecomunicaciones.
Por más que Washington y sus aliados intenten restringir a Huawei, la compañía tecnológica china "está implantada en todo el mundo y, a partir de ahora, todas las redes de datos pasarán a través de equipos y programas suyos", agrega el invitado. "En EE.UU. no hay ni una sola empresa que se dedique a fabricar equipos 5G. En Europa, sí; pero si existen, es porque Huawei se lo permite", concluye.
Con China a la cabeza y sin EE.UU.: Nace en Asia el mayor bloque comercial del mundo
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La asociación abarcará el 30 % de la economía mundial y el 30 % de la población mundial, llegando a alrededor de 2.200 millones de consumidores.
Quince economías de Asia-Pacífico han firmado este domingo el mayor tratado de libre comercio del mundo, un bloque con China a la cabeza que deja fuera a EE.UU. Tras ocho años de negociaciones, el acuerdo se suscribió virtualmente en el marco de una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), organizada por Vietnam.
La Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) agrupará a los 10 miembros de la ASEAN, así como a China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. La India se retiró de las conversaciones en noviembre del año pasado, si bien los firmantes han dejado la puerta abierta en caso de que decida unirse.
La RCEP será ratificada "pronto" por los países signatarios y entrará en vigor, "contribuyendo a la recuperación económica" tras la pandemia de covid-19, enfatizó el primer ministro vietnamita, Nguyen Xuan Phuc.
La asociación supondrá el 30 % de la economía mundial y el 30 % de la población mundial, llegando a alrededor de 2.200 millones de consumidores.
Entre sus objetivos figura la reducción de tarifas comerciales, el fortalecimiento de las cadenas de suministro basadas en reglas comunes en cuanto a la información sobre el origen de los productos, así como la sistematización de las normas que regulan el comercio electrónico.
¿Mermará el liderazgo de EE.UU.?
El acuerdo entre países asiáticos y oceánicos podría poner en una posición de desventaja a algunas compañías de EE.UU. y a otras multinacionales que se encuentran fuera de esta zona de libre comercio, en especial tras la salida del país norteamericano del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), decretada en 2017 por el presidente estadounidense Donald Trump.
Aunque la economía más grande del mundo se queda fuera de dos grupos comerciales que abarcan la región de más rápido crecimiento, y pese a haber estado en la Administración que impulsó el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, es poco probable que el presidente electo Joe Biden se reincorpore al TPP a corto plazo, estiman analistas consultados por Reuters, que explican que el Gobierno estadounidense tendrá que priorizar el manejo del brote de covid-19 en el país.
"No estoy seguro de que se centre mucho en el comercio en general, incluidos los esfuerzos para volver a unirse" al grupo sucesor del TPP, "durante el primer año más o menos, porque habrá un gran enfoque en el alivio de, covid", indicó recientemente Charles Freeman, vicepresidente senior para Asia de la Cámara de Comercio de EE.UU.
La posición de China
En cambio, en medio de preguntas sobre el compromiso de Washington en Asia, la RCEP puede "cimentar la posición" de China con más firmeza como socio económico del sudeste asiático, de Japón y de Corea, poniendo a la segunda economía más grande del mundo "en una mejor posición para moldear las reglas comerciales de la región", estima Reuters.
El nuevo grupo, que incluye a muchos aliados de EE.UU., supone un golpe de suerte inesperado para China, en gran parte gracias a la retirada de Trump del TPP, según el economista del banco ING Iris Pang, que explica que la asociación también podría ayudar a Pekín a reducir su dependencia de los mercados y la tecnología extranjeros.
Además, el acuerdo representa un hito en el sentido de que potencias rivales de Asia Oriental —China, Japón y Corea del Sur— participan en un mismo acuerdo de libre comercio. "Por primera vez, China y Japón alcanzaron un acuerdo bilateral de reducción arancelaria, logrando un avance histórico", enfatizó el Ministerio de Finanzas chino, que adelantó que las promesas del nuevo bloque incluyen la eliminación de algunos aranceles dentro del grupo, algunos de inmediato y otros durante 10 años, sin ofrecer más detalles.
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El 15 de noviembre resultó ser una fecha muy importante para la economía mundial: tras años de negociaciones por fin se firmó un acuerdo de libre comercio entre 15 países de Asia y Oceanía. De esta manera se creó el bloque económico más grande del planeta. Sputnik te cuenta cómo es la nueva megalianza comercial.
La idea de crear la Asociación Económica Integral Regional —RCEP, por sus siglas en inglés— se remonta a principios de los años 2010: en cierta etapa los países de la región entendieron la necesidad de construir un espacio comercial común y por lo tanto se iniciaron procesos de integración económica. El núcleo para la nueva organización ha sido la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la unión intergubernamental político-económica.
A la ASEAN se unieron tres potencias económicas de Asia Oriental: China, Japón y Corea del Sur. Es decir, los países del formato ASEAN+3. Además, cuenta con la participación de Australia y Nueva Zelanda, que forman parte del formato ASEAN+6. La India, que también forma parte de este último grupo e iba a participar en el nuevo bloque comercial, se salió del proyecto en la etapa de negociaciones.
Nueva Delhi podrá unirse al nuevo acuerdo de libre comercio en el futuro, si lo desea. RCEP no es exclusivamente una alianza económica asiática. La participación de países oceánicos como Australia y Nueva Zelanda también es crucial, teniendo en cuenta su peso económico a nivel mundial, si bien tienen poblaciones relativamente pequeñas en comparación con los demás países de la novedosa megalianza comercial.
El nuevo acuerdo facilitará el funcionamiento de las cadenas de suministro internacionales y los lazos entre los países firmantes del acuerdo y, además, conectará aún más a los miembros del nuevo bloque con el resto del planeta. El objetivo del nuevo acuerdo también es reducir los aranceles. Este documento, asimismo, introduce las reglas de origen comunes para el bloque entero.
RCEP es capaz de traer anualmente 186.000 millones de dólares adicionales a la economía mundial. Este acuerdo de libre comercio supone la reducción gradual de los aranceles, durante un período de 20 años y se extiende a los productos y servicios de los países miembros. Los 15 firmantes del documento juntos corresponden al 30% del PIB global y tienen una población de 2.200 millones de personas.
Un paso adelante
Con la India estos indicadores podrían ser incluso mayores, pero lamentablemente Nueva Delhi salió de las negociaciones en 2019. Vasili Kashin, el colaborador científico del Instituto de Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia comentó a Sputnik que la ausencia de la India en el nuevo bloque comercial es una gran pérdida para los otros miembros del bloque.
Si bien las negociaciones duraron desde 2012, en los últimos años la mayoría de los países ya estaban preparados para la firma del acuerdo de libre comercio: solo estaban esperando a la decisión de la India, agregó. El problema radica en que la India estaba preocupada por la posible competencia con China.
"No pudieron acordar con la India, pero de todas maneras firmaron este acuerdo. Es un acuerdo grande, pero también hace falta recordar que ya han existido numerosos acuerdos bilaterales entre los firmantes. Por eso pocas cosas cambian", señaló Kashin. Añadió que varios países firmaron en el pasado acuerdos bilaterales muy avanzados como, por ejemplo, el que suscribieron China y Australia.
El entrevistado puso de relieve que la RCEP no es un acuerdo tan avanzado como el TPP-11 —que incluye, entre otros, a varios países de América Latina, específicamente Perú y Chile—, también conocido como el acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. "Seguramente [la firma del RCEP] es un paso adelante, pero todavía no han conseguido lo que tenían previsto inicialmente", declaró.
"Este acuerdo de libre comercio es importante para China. Es especialmente importante para el gigante asiático en el contexto de la guerra comercial que EEUU libra contra Pekín, señaló. Aunque la iniciativa de crear este acuerdo no pertenece a China, las autoridades chinas consideran que este formato es más favorable para su país que la posibilidad de ingresar en el TPP", indicó.
Este acuerdo seguramente fortalecerá las posiciones económicas de China, que puede considerarse el mayor beneficiado del RCEP.
Qué es el RCEP, el mega acuerdo comercial de 16 países asiáticos que hace temblar a Occidente
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Rusia no entró en el RCEP porque no cumple con uno de los principales requisitos, es decir, no tiene zona de libre comercio con algunos miembros de la ASEAN. En cualquier caso, la participación de Rusia en este acuerdo requeriría mucho trabajo y tiempo. Moscú está en camino a establecer zonas de libre comercio con ciertos países, pero el trabajo sigue en curso.
De todas formas, Rusia debería buscar una cooperación más profunda con este bloque económico, añadió.
Al mismo tiempo, no se prevé que el propio bloque llegue al nuevo nivel a corto plazo: es decir, por ahora es muy temprano para lograr un nuevo nivel de integración económica como, por ejemplo, una unión aduanera. "De todas formas, no hay que esperar que haya un milagro", continuó.
Beneficios de RCEP para sus firmantes
El RCEP debe ayudar a los países de Asia-Pacífico a restablecer el comercio y estimular el crecimiento económico, declaró a Sputnik Wang Qin, catedrático del Instituto de Investigación Nanyang de la Universidad Xiamen. Desde su punto de vista, los 15 miembros del RCEP se complementan perfectamente entre sí, lo que aumenta las posibilidades de desarrollo de la economía y el comercio regional.
"Según ASEAN, pese a los diferentes niveles de desarrollo económico, todos los países firmantes pueden sacar ciertos beneficios gracias a su participación en el RCEP. Además, entre China y Japón no hubo antes ningún acuerdo de libre comercio, lo que quiere decir que las importaciones y exportaciones chinas a Japón tendrán cierta prioridad y esto va a ayudar a desarrollar el comercio bilateral", destacó el entrevistado.
Es más, continuó, China, Japón, Corea del Sur y los países de la ASEAN forman parte de la cadena de suministros de Asia Oriental.
En otras palabras, el RCEP crea condiciones fascinantes para que estos países aumenten su nivel de participación en las cadenas globales de valor.
"Existen diferentes tipos de acuerdos comerciales en el mundo. Algunos de ellos han sido inspirados por los países de Asia-Pacífico, algunos, por EEUU. Creo que estos acuerdos deben coexistir y complementarse. Aquí no hay un gran conflicto de intereses", declaró a Sputnik Li Siji, catedrático de la Universidad de Economía y Comercio Internacional.
El objetivo final de esta iniciativa es promover nuevas reglas del comercio internacional, hacerlo más abierto y libre. Cada país tiene sus propios intereses prácticos por lo tanto es natural que participen en diferentes uniones comerciales, proclamó. El RCEP puede convertirse una fuerza motriz que promueva la integración económica regional a nivel internacional, puso de relieve el experto chino.
"China, Japón y Corea del Sur son los países que apoyaron al proyecto del RCEP por un número de razones. Corea del Sur y especialmente Japón quieren dominar en el mercado del Sudeste Asiático, que tiene una población superior a 650 millones de personas, que es 2,5 veces mayor a la de la UE y es comparable con la de América Latina", dijo a Sputnik Nguyen Minh Tam, especialista vietnamita en la política internacional.
China quiere usar el RCEP para impedir la política de contención de EEUU. Para el gigante asiático el nuevo acuerdo de libre comercio crea nuevas posibilidades para destruir el 'cinturón de contención a China' que EEUU creó en la región de Asia-Pacífico y seguir con la realización de la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, concluyó.
China lanzará el próximo 19 de noviembre un contrato internacional de futuros del cobre denominado en yuanes en la Bolsa de Shanghái. Los analistas opinan que este es otro paso del gigante asiático en su ambicioso plan de elevar el perfil y la influencia de su moneda.
El nuevo contrato internacional de futuros del cobre dará acceso a los inversores extranjeros a las operaciones.
China es el mayor consumidor de metales del mundo y su ambición es clara, comenta Clara Ferreira Marques en su artículo para Bloomberg.
"China quiere reforzar el uso del yuan para las transacciones en el extranjero, parte de una estrategia a largo plazo para elevar el perfil y la influencia de la moneda", explica la analista.
Según Ferreira, Pekín "quiere aumentar su capacidad de fijar los precios en los mercados de productos básicos que domina, específicamente cuando el país importa ese ingrediente".
Al mismo tiempo, el Gobierno chino quiere que "las empresas nacionales hagan más para protegerse de la volatilidad", señala la analista.
El cobre, mientras tanto, es un indicador clave para la economía china que se ha recuperado más rápido que el resto del mundo del coronavirus.
El precio del contrato internacional de futuros de cobre cotizará en yuanes, pero excluirá impuestos y derechos de aduana, ya que la entrega se realizará en depósitos aduaneros.
Según los datos oficiales, las importaciones de cobre por parte de China en los primeros nueve meses de 2020 aumentaron un 41% con respecto al año anterior, a 4,99 millones de toneladas. Según la Administración General de Aduanas, eso ya es más de los 4,98 millones de toneladas que el país había importado en todo el año 2019.
Quizá para el más común de los mortales, ir a la playa más cercana o pasear en bicicleta por los límites de su barrio, constituye un modo de vida aceptable. Sin embargo, para un trotamundos, pronto los paisajes cotidianos se convierten en fronteras territoriales que urge vencer a toda costa.
El viaje se transforma en el vínculo que conecta a los aventureros con otra forma de existencia, una nueva ventana para expandir las creencias de su propio mundo.
Fernando Duclos es periodista, escribe y reseña historias de la realidad de los países de África y Asia, entre otras culturas. Decidió recorrer los países que integran la Ruta de la Seda, naciones de las que no conocemos ni el nombre, y de los que no podemos decir nada más que lo que se propaga por los medios. Una visión filtrada por prejuicios que llevan a millones a considerarlos territorios conflictivos, origen del terrorismo y de hechos indecibles.
Duclos desafía esa visión imperante con su testimonio al recorrer miles de kilómetros al encuentro de gente amable y traernos una nueva narrativa que nos invita a descubrir cuánto del nosotros latinoamericano, se encuentra en ese ellos no tan lejano.
—¿Por qué un argentino querría tejer la Ruta de la Seda?
—A mí me interesaba mucho viajar por la Ruta de la Seda por el hecho de que a veces, desde nuestro continente, desde latinoamérica, nos cuesta dimensionar la importancia que tuvieron en la historia estos países del Asia Central, del Medio Oriente en la historia del mundo.
En ese sentido, me interesaba recorrer otra vez ese camino justamente para ver cuán similares somos, pero más allá de la similaridad, para descubrir también cuántas cosas que vienen de estas tierras nos pertenecen. Yo siempre doy el mismo ejemplo, le preguntó a la gente cuál es el legado arquitectónico de Persia en nuestras ciudades y nadie me sabe responder y cuando digo que la respuesta es la persiana, que justamente que se llama así porque viene de Persia, todo el mundo dice: "Uy claro, nunca me había dado cuenta, nunca había reflexionado que persiana es de Persia".
Parecieran culturas lejanas y en realidad, estamos hechos de ellos. Cuando uno se sienta a ver fútbol y a tomar una cerveza y comer una pizza, un plan de sábado por la noche, resulta que el primer antecedente del fútbol que hay es en China, el primer antecedente que hay de cerveza es en Babilonia, actual Irak, y la pizza, hay muchos orígenes de acuerdo a donde se hizo, pero también se habla de lugares de Oriente. Entonces uno dice guau, al final el plan que más considero mío, lo estoy recuperando de un legado histórico que viene de Asia.
La gran mayoría, el papel, la pólvora, muchas de las cosas que nosotros tenemos en nuestro día a día tienen un origen oriental, porque en última instancia, la Ruta de la Seda, cuando estamos hablando de la antigüedad, era la que conectaba el mundo, en ese momento mucha gente de Eurasia no sabía que existía América, Australia, qué había en el África subsahariana, entonces la Ruta de la Seda, la que conectaba China con Europa, era la ruta que conectaba el mundo y a partir de esa ruta no solo había comercio, había ideas, modas, culturas, palabras, guerras, pestes.
La ruta era la arteria comunicante mundial y en ese sentido yo tenía ganas de poder recorrer lo que en algún momento fue el puente que unió al mundo y que en algún punto nos formó lo que somos nosotros hoy.
—Once países que para el mundo occidental o por lo menos para la América occidentalizadas son solo, la mayoría de las veces, nombres raros que cuestan pronunciarse o naciones con mala reputación otorgada por los medios y la llamada industria del entretenimiento. ¿Cómo representarías esos pueblos al mundo occidentalizado?
—Los países del Asia Central, por ejemplo, son países como cualquier otro, cada cual con sus particularidades, algunos tienen más problemas otros menos, pero más o menos la gente es la misma en todo lugar. Yo siempre digo que, absolutamente, hay algo que nos une a todas y a todos, que es que todos estamos hechos de nuestro pasado y que pensamos mejorar nuestro futuro.
Para algunos, mejorar el futuro significa conseguir más trabajo, para otros significa formar una familia, para otros significa ganar plata, para otros significa tener una comunión mejor con Dios. En fin, cada cual busca su objetivo de diferente manera, pero en última instancia todos somos parecidos y en ese sentido no hay mucha diferencia.
Después, obviamente, hay gente mala en todo el mundo. En unos países ponen bombas y en otros son traficantes, y en otros son jefes de tráfico de personas. Digo, la gente mala siempre está lamentablemente y eso es en todos los países. Pero bueno, pareciera que en ciertos países del mundo solo se habla de ellos, como que por ejemplo que yo diga Afganistán y lo primero que se me viene a la mente es terrorista así de una, y sí es verdad que tienen problemas con eso, pero nunca a nadie se le ocurrió pensar ¿y la gente qué come en Afganistán? ¿Va a la escuela? ¿No va? ¿Ama? ¿Sueña? ¿Ríe? ¿Qué hace, estudia? Pareciera que llegas y por poco ya te secuestran porque te va a recibir un país en el que todos son Osama Bin Laden y no, lo que yo descubrí viajando es que no importa el país, la gente es en su gran mayoría buena en todos lados, todos buscamos lo mismo, amor, protección, salud, cariño. Eso no muda más allá de que algunos rezan otros no, algunos se rigen con costumbres más antiguas otros con costumbres más actuales. Cada país diferente, pero a la vez es muy parecido.
—Como periodista, ¿qué te llevó a investigar y difundir lo que ocurre en África y Asia?
—No sabemos absolutamente nada de estos lugares a los que yo fui, nada. Creemos que son por poco, campos yermos repletos de minas terrestres y terroristas, no sabemos cómo son los mercados, cómo son las escuelas, cómo son los deportes, no sabemos nada entonces. En ese sentido, para un periodista es algo buenísimo.
Yo siempre pongo como ejemplo España. Es un país hermoso, supercómodo, uno va y la pasa muy bien. Sin embargo, qué cosa nueva puede uno contar de España, la verdad es que no hay tanto para decir ya, ya todo se dijo sobre España, al menos en nuestras culturas.
En cambio yo voy a Tayikistán, solamente con contar cómo es la frontera, con ir a un mercado, con caminar en la calle, con hablar con la gente, con ir a un restaurante, ahí ya tengo cinco notas periodísticas originales, diferentes, que no las consigo por caminar en la calle en España. El hecho de que de estos países se sepa tan poco, los hace un terreno fértil para para contar historias porque nadie sabe nada.
—¿Quiénes aparecieron en esa ruta que trazaste? ¿Cómo quedaron plasmados en tu libro?
—Quienes aparecieron en esa ruta que tracé fueron miles, miles y miles de personas hospitalarias, desde Chechenia hasta Kosovo hasta Bulgaria, Macedonia, Albania, Turquía, las regiones kurdas, Irán, Afganistán, Uzbekistán, Kirguistán, Kazajistán. Siempre, siempre siempre, gente buena y hospitalaria, cálida, amable y tratando de ayudarme, así que nada, si te tuviera que describir a cada uno de ellos y ellas estaríamos años, pero básicamente lo que te digo es que donde los medios nos dicen que solo hay gente mala, en realidad uno se encuentra con un montón de gente que tiene los mismos anhelos, los mismos sueños que nosotros, que se desvive por ayudar, por hacer el bien y la verdad es que muy reconfortante.
—¿Hay alguna anécdota que quisieras contar?
—Tengo millones. Una vez llegué con mi compañera a Irán, a un pueblito que se llama Bandar e Sabz, en el golfo Pérsico, en Irán, cerca del golfo de Omán, un pueblito muy chiquito. Llegamos de casualidad, no teníamos pensado llegar allí, pero por un par de imprevistos llegamos a las seis de la tarde. Ya estaba anocheciendo, solamente que en el lugar no había ningún tipo de infraestructura hotelera, nada, un lugar muy chiquito. Tampoco teníamos nada reservado ni conocíamos a nadie. Ya era de noche y mi amiga me dijo "mira, en el interior de Irán si tenés algún problema, vos simplemente métete a un bar, métete a tomar un café y ahí se soluciona todo". Y bueno, efectivamente desde que entramos ahí, a un barcito, había un montón de gente tomando cafecito y apenas nos vieron llegar como turistas, se nos abalanzaron todos encima para ver si queríamos comer, si queríamos café, ya casi que se peleaban para ver quién nos alojaba.
Al final terminamos viviendo dos días en la casa de una familia, con gente que nos prestó ropas tibias. Era un hombre con su esposa y sus hijas, compartiendo comida con ellos. O sea, pasamos de llegar a un pueblo a la noche, sin saber muy bien qué hacer y solamente por entrar a un café ya teníamos a un montón de gente intentando ayudarnos, hospedarnos, es una anécdota muy marcante para mí en el sentido muy simbólico respecto a algo que me deja el viaje, particularmente en un país sobre el cual solo se dicen cosas malas.
—La Ruta de la Seda es un nuevo polo financiero planetario en el seno de una cultura milenaria. ¿Qué crees que pueda pasar si de este lado del planeta se conociese de manera más clara y directa cómo es y se expresa esa cultura?
—La nueva Ruta de la Seda, el proyecto fomentado por China, es un proyecto superimportante y por eso tiene ese nombre grandilocuente. Siempre digo que lo que uno no conoce, le teme y muchas veces el conocimiento de otros está planeado justamente para que le temamos, para que no nos demos cuenta que en realidad todos somos muy parecidos.
Si vos caminas en una calle oscura sin conocer esa calle, vas con mucho miedo, ahora si ya pasaste 100 veces por esa calle, probablemente vas a estar más tranquilo. Por más que los riesgos nunca son cero, pero entonces, obviamente, mientras más ignorancia, más temor y mientras más temor, menos posibilidades justamente de conocerse, porque uno no quiere pasar por situaciones que le den miedo.
Yo creo que, básicamente, mientras más conozcamos al otro, a la otra, y los escuchemos y veamos cómo son y sepamos que en realidad comparten muchas cosas con nosotros, más chances hay de no temerles más y en ese sentido de ver que son como nosotros y ahí ya no te hablo en términos económicos, pues si hay posibilidad de hacer negocios, pero digo si el cine nos pasara una o dos películas chinas, iraníes, turcas... Hay mucha gente que conoce Turquía por las telenovelas por ejemplo, y bueno está bien, ven otras cosas, pierden el miedo, alguien puede decir "quiero ir a Estambul para ver los lugares donde se filmó la telenovela". Mientras más uno conozca a la gente, menos miedo le tiene y eso una vez que no tienes miedo se abre la puerta para un montón de cosas.
—¿Qué más decirle al mundo después de este viaje? ¿Algún otro pendiente?
—No, no mucho. Es una invitación a complejizar un montón de asuntos, a no quedarnos con lo que nos dicen que es y tratar de entender las cosas por nuestros propios medios, siempre escuchar diferentes campanas, sacar conclusiones pero no dogmas, siempre estar dispuesto a cambiar, escuchar otras voces, a entender los asuntos.
A veces pareciera que vivimos en un mundo de frases hechas, en las cuales las cosas son buenas o malas y sabemos todos que el mundo es mucho más complejo que eso, pero bueno más allá de esas conclusiones, invitar a la gente a que conozca, que camine, que recorra si puede físicamente, pero si no, virtualmente también hay mucho por leer, mucho por conocer y mientras más uno trata de entender el mundo, creo que es mejor para nosotros.
En el mercado del transporte marítimo de contenedores ha comenzado un fuerte aumento en las tasas. Los precios han crecido hasta diez veces. Varios operadores incluso han dejado de aceptar solicitudes de envío por falta de contenedores.
Un nuevo factor se suma a la anual escalada en la demanda fruto de la Navidad y la pandemia: una aguda escasez de contenedores. El tradicional desequilibrio del comercio de China con Estados Unidos y Europa —con los flujos procedentes de China muchas veces mayores que los procedentes de otros países— ha empeorado, y se ha acumulado multitud de contenedores vacíos en América del Norte.
La situación ya está afectando a las medianas empresas, para las cuales el precio del flete se ha vuelto inasequible, y puede dar lugar a un aumento de los costos de los bienes y componentes, así como a plazos de entrega más largos.
Los transportistas, expedidores de carga y responsables de la logística que trabajan con China apuntan a un aumento drástico en los precios de los envíos de contenedores. Las tasas que se imponen de China a Europa comenzaron a aumentar a partir de junio de 2020. El primer aumento significativo fue en septiembre; el segundo, en noviembre, y ahora tiene lugar el tercero. El precio del envío de un contenedor de 40 pies (una versión estandarizada de 67,7 metros cúbicos de volumen una masa de 3,9 toneladas) de China a Europa es ahora el doble que hace un año, señalan los expertos.
Muchos factores de este crecimiento están claros, desde una pandemia con la demanda aplazada hasta la anticipación de las vacaciones de Navidad. Pero también hay una nueva: el déficit de contenedores vacíos en China, que es una consecuencia del desequilibrio comercial entre los productores de Asia y el Pacífico y el sur de Asia y los consumidores de América del Norte y la UE—.
China ha dejado de comprarle productos a EEUU, mientras que el país norteamericano sigue comprándole a Pekín, así que los contenedores van hasta América del Norte sin volver, ya que no es rentable que regresen sin carga. En los primeros nueve meses de 2020, el tráfico de contenedores de América del Norte a Asia disminuyó un 14%, y en la dirección opuesta aumentó un 12%.
Como consecuencia, el costo de otros tipos de transporte, como el transporte aéreo ha aumentado entre 1,5 y 3 veces. Los importadores están considerando la posibilidad de repensar completamente la logística y pasar al transporte por ferrocarril.
China sigue dominando el mercado mundial
China sigue dominando los mercados de exportación, y la guerra comercial con EEUU no hace sino aumentar la cuota que acapara China en las exportaciones mundiales. Según revela el análisis de 3.800 productos básicos realizado por Nikkei, había 320 mercancías en el 2019 en la exportación, de las cuales el gigante asiático tenía más del 50%. En comparación, en el momento de la adhesión de China a la OMC en 2001, solo había 61 productos de ese tipo.
Al mismo tiempo, crece la participación de China en las exportaciones de electrónica tecnológica. Así, Pekín produce alrededor del 66% de todas las computadoras portátiles del mundo, más de la mitad de todos los cristales líquidos utilizados en las PC y más del 50% de los teléfonos inteligentes y los aparatos de aire acondicionado.
Paradójicamente, la demanda de exportaciones chinas comenzó a crecer incluso durante la pandemia del COVID-19. Mientras que en febrero de este año la participación de las exportaciones chinas en el total de las exportaciones de los países de la OCDE más China era del 14%, en marzo la cifra ya se ha elevado al 17% y, en abril, al 24%.
Desde entonces, la participación de China en las exportaciones de la OCDE ha superado por regla el 20%, mientras que el pico fue solo del 19% en 2015.
China sigue siendo la fábrica del mundo. Según la División de Estadística de las Naciones Unidas, en 2018 el gigante asiático representó el 28% de la producción industrial mundial. Además, durante la pandemia demostró ser el principal proveedor mundial de suministros médicos y equipo de protección personal. Este año, las exportaciones chinas de los productos mencionados crecieron casi un tercio, lo que se convirtió en un importante motor de crecimiento de las exportaciones chinas.
En solo dos meses, de marzo a mayo, China exportó 70.600 millones de mascarillas médicas. En comparación, el año pasado el mundo entero produjo solo 20.000 millones de cubrebocas.
Otros países a veces no tienen más remedio que comprarle los bienes necesarios a China, señala a Sputnik Jia Jinjing, asesor del director del Centro de Investigación Financiera Chungyang de la Universidad Popular de China.
"China ha controlado más o menos rápidamente la epidemia recuperando la producción, y su propia capacidad de mercado también es alta, por lo que la cadena de suministro de China está en buenas condiciones. Y en esta situación, a veces otros países no tienen más remedio que comprar productos chinos", explica Jia.
Asimismo, China ya no es una fuente de mano de obra barata. Desde la adhesión de China a la OMC, el PIB per cápita ha aumentado varias veces y ahora supera los 10.000 dólares. Naturalmente, el aumento de los ingresos de los hogares también afecta a la estructura de las exportaciones chinas. Ahora, Pekín ha comenzado a dominar la fabricación de productos de mayor valor añadido, y ha ascendido así en la cadena de valor mundial, agrega el experto.
"Según el efecto Balassa-Samuelson, si la economía de un país, así como el ingreso per cápita, aumenta, inevitablemente conduce a una moneda nacional más fuerte. Después de todo, a medida que aumentan los ingresos de las personas, también aumenta la necesidad de bienes de lujo de alta calidad, por ejemplo, en el sector de los servicios. Y en esta situación, tanto las exportaciones como las importaciones crecen", aclara Jia.
A medida que los productos se vuelven más complejos, sus respectivas cadenas de suministro sufren el mismo efecto. Los productos de exportación chinos se están desplazando gradualmente a otro nicho, el de los productos de calidad. Por lo tanto, la participación de las exportaciones chinas en el comercio mundial aumentará, concluye.
La entrada de China en nuevos acuerdos comerciales puede aumentar aún más la participación de sus productos nacionales en los mercados mundiales. Así, según el Instituto Peterson de Economía Internacional, la reciente firma del acuerdo de Asociación Económica Integral Regional —un acuerdo de libre comercio entre los diez estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y cinco Estados de Asia y Oceanía— puede aportar 186.000 millones de dólares anuales adicionales a la economía mundial.
En noviembre las exportaciones de China alcanzaron su ritmo de crecimiento más rápido en casi tres años, lo que contribuyó a que el país asiático registrara su mayor volumen de exportaciones mensuales en toda su historia, según los datos publicados por la agencia de aduanas.
Las fábricas chinas continúan capitalizando las cuarentenas impuestas en la mayoría de los países occidentales.
Las exportaciones del gigante asiático crecieron un 21,1% en noviembre con respecto al mismo mes del año 2019. Esto supone un sustancial crecimiento respecto a los 11,4% registrados en octubre y muy por encima del 12% pronosticado por los analistas de Bloomberg.
Esta fue la tasa de crecimiento más alta desde febrero de 2018, cuando las exportaciones crecieron un 44,5%. Mientras tanto, los suministros de noviembre tuvieron un valor total récord de 268.000 millones de dólares, según el organismo oficial.
Al mismo tiempo, las importaciones aumentaron un 4,5% en noviembre con respecto al año 2019, por debajo del 4,7% de octubre, mucho más bajo que el pronóstico del 7%.
Este fue el tercer mes de crecimiento consecutivo de las importaciones, pero se hace evidente una persistente brecha entre la industria y el consumo en la economía china, según los datos económicos del país asiático, señalan los reporteros Finbarr Bermingham y Sidney Leng.
El superávit comercial de China aumentó a 75.420 millones de dólares en noviembre, un 102,9% más que en 2019 y muy por encima de la tasa de octubre que ascendió a 58.440 millones de dólares, ya que el crecimiento de las exportaciones volvió a superar a las importaciones.
El fuerte crecimiento del comercio en noviembre se produjo mientras otros países del mundo están lidiando con los graves efectos del coronavirus, lo que aumentó la demanda de insumos médicos y artículos necesarios durante las cuarentenas.
Las restricciones estrictas a los desplazamientos y negocios regresaron en octubre y noviembre para tratar de contener la propagación del coronavirus en los países occidentales. Pero las exportaciones de China han aumentado, ya que está enviando productos electrónicos e insumos médicos a todo el mundo, enfatizan los expertos.
Las exportaciones de artículos electrónicos aumentaron a 166.000 millones de dólares en noviembre, con una subida del 24,81% respecto al año 2019. Las exportaciones de artículos médicos se dispararon en 38%, productos de plástico en en 112% y equipo de iluminación en 47%, todo un mes récord para los exportadores chinos.
El mayor mercado para las exportaciones chinas en noviembre fue EEUU, que compró productos por un valor de 51.900 millones de dólares, lo que supone un aumento del 46% respecto al año 2019.
Las importaciones de bienes estadounidenses a China aumentaron un 31,5% en el mes en que el presidente de Estado Unidos Donald Trump perdió las elecciones, lo que subió el déficit comercial de EEUU a 37.600 millones de dólares, un 52% más en comparación con 2019. Este indicador fue 74,8% más alto que en enero de 2017, cuando el mandatario republicano asumió el cargo. Ha sido el mayor déficit en cualquier momento de su presidencia, destacan los reporteros y expertos en economía Finbarr Bermingham y Sidney Leng.
Mientras tanto, el comercio con Australia continuó creciendo con fuerza, a pesar de la disputa comercial que ha estado agravándose en 2020. Las exportaciones de China a Australia aumentaron un 20,6% en noviembre, mientras que las importaciones de Australia crecieron solo un 8,3%.
Anteriormente el Ministerio de Comercio de China anunció la imposición de medidas antidumping a la cebada y al vino importado desde Australia en recipientes de dos litros o inferiores. Al mismo tiempo, en 2019 las empresas australianas vendieron a China vino por valor de casi 900 millones de dólares. Además, los embargos informales han afectado a otros productos, desde la madera y el algodón hasta el carbón y la carne de res.
Las fábricas de China observaron unos pedidos de exportación crecientes. El índice de gerentes de compras de manufacturas de Caixin/Markit (PMI) para noviembre subió a su punto más alto desde septiembre de 2017, lo que indica una fuerte demanda de productos chinos.
Si bien las exportaciones han sido un impulso para los ingresos de China desde finales del primer trimestre de 2020, aún quedan algunos desafíos, piensan Finbarr Bermingham y Sidney Leng.
China se ha beneficiado económicamente de las cuarentenas en el extranjero, a la hora de reemplazar a los proveedores retirados o satisfacer la demanda de los bienes necesarios durante la cuarentena. El país asiático ha ampliado su participación en las exportaciones mundiales, pero los analistas aún advierten que esta demanda no puede ser sostenible, ya que las condiciones económicas en Occidente empeoran.
"Muchas compras, relacionadas con el COVID-19 no volverán a producirse y eventualmente esperamos una rotación global de bienes a servicios en el consumo, ya que la disponibilidad de vacunas reduce la necesidad de un distanciamiento social", señala Louis Kuijs, analista de Asia y el Pacífico de Oxford Economics.
Mientras tanto, el yuan chino está en su racha expansiva más larga desde 2014, habiendo aumentado frente al dólar estadounidense durante los últimos seis meses. El crecimiento continuo podría hacer que las exportaciones chinas sean menos asequibles para los compradores extranjeros, afirman los expertos. Actualmente el yuan es una de las monedas más utilizadas en el comercio, ya que ocupa el octavo lugar en términos de volumen de operaciones comerciales, pero sigue fuera del privilegiado club de divisas.
Al mismo tiempo, EEUU sigue con sus ataques económicos contra el país asiático. El 4 de diciembre Washington incluyó en la lista negra del Pentágono a las compañías China Construction Technology (CCTC), China International Engineering Consulting (CIECC), China National Offshore Oil Corp.(CNOOC) y Semiconductor Manufacturing International Corp.(SMIC), como "militares y comunistas". La inclusión de las empresas en esa lista le permite al presidente estadounidense imponer sanciones contra su actividad comercial en EEUU.
Pekín protestó contra esa medida del Pentágono e instó a Washington a que deje de ejercer una presión infundada sobre las compañías de China.
A pesar de todo, el gigante asiático sigue su camino. El 15 de noviembre de 2020 tras años de negociaciones fue firmado un acuerdo de libre comercio entre 15 países de Asia y Oceanía. De esta manera se creó el bloque económico más grande del planeta con China, como el mayor beneficiado y el país dominante de la nueva megalianza económica.
Cabe señalar que en noviembre el presidente chino, Xi Jinping, reiteró la adhesión del país asiático a una política aperturista en lo económico.
"China está comprometida con la apertura, que es su política fundamental, una política que no cambiará en ningún momento. La economía mundial se ha enfrentado a más inestabilidad e incertidumbre este año. El proteccionismo y el unilateralismo van en aumento. Sin embargo, China no se ha estancado en su búsqueda de la apertura", manifestó Xi al intervenir en la cumbre virtual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
En octubre, las exportaciones de mercancías de México hacia Estados Unidos sumaron 33.149,2 millones de dólares, un récord para cualquier mes, así como un alza interanual de 6,7% en ese indicador.
Dentro del mismo periodo, México registró un superávit de 12.641 millones de dólares, lo cual también representa un máximo histórico en la balanza bilateral. Esto se debe a que importaciones mexicanas desde Estados Unidos sumaron 20.508,2 millones de dólares.
Asimismo, las importaciones de México desde otros países registraron una caída interanual de 18,8% de enero a octubre, al sumar 311.004 millones de dólares.
Las exportaciones mexicanas registraron sus mayores desplomes en abril y mayo, aunque se han recuperado en los últimos meses, por lo que varios expertos anticipan que este tipo de comercio se mantenga como uno de los principales motores económicos para el país latinoamericano.
Sin embargo, el avance en este rubro ha sido insuficiente para mantener a México como el principal socio comercial de Estados Unidos. También en octubre, China pasó de nueva cuenta a ser el principal exportador de mercancías a ese país, a pesar de la guerra comercial que sostienen ambas naciones.
Según la Oficina del Censo estadounidense, en el acumulado de enero a octubre de 2020, el comercio entre Estados Unidos y el gigante asiático equivalió a 444.541 millones de dólares, lo cual supera al intercambio de mercancías entre México y los estadunidenses, que registró 439.677 millones de dólares.
En contraste, entre enero y octubre, las exportaciones estadounidenses al mercado mexicano equivalieron a 173.742 millones de dólares, lo cual implica un descenso de 19,8% en este indicador a tasa anual.
A lo largo de 2020, México ha logrado colocarse como el socio número uno de Washington en el intercambio de mercancías de enero a septiembre, pero China ha logrado superarlo en el mes más reciente.
Estados Unidos ha utilizado la imposición de aranceles bajo la investigación de la Sección 301 como una herramienta para estimular las negociaciones comerciales con China con base en las preocupaciones estadounidenses. Entre junio de 2018 y septiembre de 2019, Estados Unidos ha impuesto tasas arancelarias de entre 10 y 25% a importaciones desde China con un valor aproximado de 570.000 millones de dólares, aunque con ciertas excepciones por motivos estratégicos o de seguridad nacional.
A su vez, México comercia con su vecino del norte cualquier producto en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en vigencia desde el pasado 1 de julio.