Al grupo de las 10 monedas más importantes del planeta se le etiqueta de "anticuado", y las características que lo definen son "erróneas", señaló el experto. Además de los dólares estadounidense, australiano, canadiense y neozelandés, este club privilegiado también incluye:
- al euro;
- a la libra esterlina;
- al franco suizo;
- al yen japonés;
- a la corona noruega;
- a la corona sueca;
- al franco suizo.
La moneda china no forma parte de este grupo, si bien ahora ocupa el octavo lugar en términos de volumen de operaciones comerciales. Además "está influyendo cada vez más en la forma en que otras divisas se están moviendo" en los mercados, recalca Mackel.
"Si uno no tiene en cuenta el yuan, entonces se está perdiendo el panorama más amplio", advirtió el economista en una conversación con la agencia estadounidense Bloomberg.
Ya en abril del 2019 el promedio diario de volumen de comercio global cotizado en yuanes alcanzó unos 285.000 millones de dólares, según un estudio trienal realizado por el Banco de Pagos Internacionales.
En China continental el volumen de comercio realizado en yuanes ascendió a 45.000 millones de dólares el 16 de noviembre del 2020. Se trata del nivel más alto desde diciembre del 2018, según los datos recopilados por el Sistema de Comercio de Divisas Extranjeras de China.A su vez, el tipo de cambio también subió al máximo desde 2018: a 6,5395 yuanes por dólar tras haber crecido más de un 8% en los últimos seis meses. De esta manera, la moneda china mostró el mayor fortalecimiento en Asia después del won coreano, informa el medio.
Como consecuencia de este fortalecimiento, los inversores globales centran cada vez más su atención en la moneda china, ya que el país asiático ha tomado la delantera a los demás a la hora de recuperarse de la pandemia. Además, se espera que la economía del gigante asiático sea la única importante en expansión en el 2020. El país espera también duplicar su producto interno bruto en el 2035.
Algunos economistas pueden objetar que el tipo de cambio del yuan no es lo suficientemente flotante como para que la moneda se considere a la par de otras divisas del grupo G-10. Sin embargo, Paul Mackel dice no estar de acuerdo, ya que los partidarios de este punto de vista no tienen en cuenta cómo en los últimos años esta moneda ha pasado a estar más orientada al mercado y menos regulada por el banco central chino. A ello hay que añadir, dice, que las reformas adoptadas por Pekín prometen aportar mayor transparencia a su respectivo mercado.