Este jueves 10 de diciembre la familia Franco debía entregar las llaves del Pazo de Meirás al Estado. La familia del dictador ha sido la dueña de la finca durante 82 años. Sin embargo, la manera en la que se hicieron con ella ha sido acuñada de ilegal en varias ocasiones.

Tras años de disputas entre los Franco y el Estado, la finca pasará a ser propiedad del Estado, aunque de forma provisional a la espera de que se dicte una sentencia definitiva. Ante esta polémica situación, se han levantado dudas sobre el origen de este pazo, situado en Sada, a 18 kilómetros de A Coruña.

El Pazo de Meirás data del año 1870, cuando Emilia Pardo Bazán encargó su construcción. Resulta que, paradójicamente, el lugar de veraneo del dictador fue antes el hogar de una escritora "extraordinariamente feminista", según la define la historiadora Isabel Burdiel, catedrática de Historia Contemporánea de la Universitat de València, en declaraciones recogidas por Efe el 27 de febrero de 2019.

Pardo Bazán "fue carlista de joven, y siempre mantuvo una relación particular con el mundo antiliberal", tal y como explica la experta. Sin embargo, en algunos aspectos fue totalmente "anómala en su clase social y en su ambiente ideológico". Burdiel señala que la escritora luchó para que la educación sentimental de las mujeres cambiase y fuese más allá de que éstas tenían que limitarse a ser madres. Para la experta en historia, Pardo Bazán fue un "eslabón suelto, en la línea de Virginia Woolf y Simone de Beauvoir".

Pardo Bazán: hija de condes y amante de la literatura

Su nombre completo era Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa. Tal y como desvelan sus apellidos, la escritora era hija de unos condes. Por ello recibió una buena educación. Gracias a sus profesores y a su padre, José Pardo Bazán y Mosquera, Pardo-Bazán se decantó desde pequeña por la literatura y la escritura, unas pasiones que le llevaron a escribir sus primeros relatos con tan solo nueve años, según recoge la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Su primera novela, 'Aficiones peligrosas', la escribió a los trece años.

Además de novelas, Pardo-Bazán también escribió cuentos, libros de viajes, obras dramáticas, composiciones poéticas y numerosas colaboraciones periodísticas. A través de su obra puso de manifiesto sus creencias, unas convicciones que la autora ya expresó cuando era apenas una niña: se negó a estudiar lo que su género obligaba, como era música y economía doméstica. En vez de ello, Pardo-Bazán se decantó por los idiomas, literatura, historia y filosofía, según explica el portal web de la Biblioteca Miguel de Cervantes.

De esta forma, la escritora logró convertirse en "la mejor novelista española del siglo XIX y una de las escritoras más destacadas de nuestra historia literaria", según expresa la página web citada.

Una autora en un mundo de hombres

Además de reflejar en sus escritos sus ideales sobre que las mujeres pudieran ocupar el mismo lugar en la sociedad que los hombres, la autora defendió su postura a lo largo de su trayectoria personal y profesional.

Con dieciséis años, la novelista se casó con un estudiante de derecho cuatro años mayor que ella, José Quiroga. Pese a la insistencia de su marido de que dejase la literatura, Emilia Pardo Bazán decidió dedicarse profesionalmente a ello, una tarea que no le resultó nada fácil. La autora tuvo que hacer frente a una gran lista de insultos por parte de los grandes académicos de la lengua de su época y también a varios rechazos: le negaron tres veces un sillón en la Real Academia Española.

Pese a ello, Pardo Bazán continuó dedicándose a lo que mejor sabía hacer: escribir y, a través de sus palabras, intentar cambiar y denunciar la realidad del momento. La escritora se pronunció sobre cuestiones tan polémicas como el divorcio, al que ella también tuvo que hacer frente a los cuarenta años, la violencia contra la mujer o los matrimonios entre miembros del mismo sexo.

Gracias a su empeño, llegó a conseguir el reconocimiento público de Alfonso XIII, quien en 1910 le nombró Consejera de la Instrucción Pública. Cinco años después, llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid, así como la primera mujer en ocupar una cátedra de literatura en la Universidad Central de Madrid.

El Pazo de Meirás: de la escritora a los Franco

Tras dedicar sesenta años de vida a la literatura, Pardo Bazán falleció el 12 de mayo de 1921 a causa de una complicación con la diabetes que padecía, según detalla la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. A raíz de su fallecimiento, el pazo, que ella misma había mandado construir en 1893, pasó a manos de los Franco durante la Guerra Civil.

Fue en 1938, en plena contienda, cuando se crea la 'Junta pro Pazo del Caudillo', integrada por el gobernador civil y varios alcaldes de A Coruña. El objetivo era recaudar dinero para comprar el pazo a los herederos de Pardo Bazán y regalárselo a Franco. Esta junta obligó a los vecinos de la zona a poner dinero para tal fin, "fueran ricos o pobres", contaron algunos a Equipo de Investigación.

De no hacerlo, "te mandaban a la secreta, te agarraban y te pegaban una paliza", explicaron. De esta forma, hasta 93 Ayuntamientos aportaron dinero para la compra de el Pazo de Meirás. El ayuntamiento que más donó fue el de A Coruña, que aportó unas 25.000 pesetas, según explicó la alcaldesa de la localidad, Inés Rey, a Equipo de Investigación.

Además de no hacerse cargo de la compra de la finca, los Franco tampoco aportaron dinero para mantener el pazo. Pese a ser la residencia veraniega del dictador y disfrutar de todos los beneficios, los gastos diarios de la finca corrieron a cargo del Estado. Así lo ratificó Fernando Souto, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, a la Sexta.com. Según señaló el experto, las arcas públicas pagaban además "la ampliación de los baños, el arreglo de la capilla" o "la fachada de las torres de Meirás".