Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Amigos en crisis se ayudan
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 
 
 REGLAMENTO para participantes 
 CLUB DE LAS DESVELADAS 
 IMAGENES de y para todos 
 LOQUERO MIXTO 
 REGLAMENTO LOQUERO 
 xxxxxxxxxxxxxxxxxxxx 
 MUSICA 
 TROYANA POESIAS 
 DIRECCIONES UTILES 
 =ORACION GANDHI= 
 +JARDIN Y AMOR+ 
 
 
 CUMPLEAÑOS-deja aqui tu fecha 
 TODO FONDOS 
 ++COLORES -hacer TABLAS 
 ESCUELITA de KALESSAS 
 LA CASITA DEL ARBOL 
  
 IKHANNA sus memorias 
 PANEL DE INFORMATICA 
 mapa nuevo 
 ---------- 
 ====== 
 PORTADA 
 imagenes 
 
 
  Herramientas
 
General: Argentina desvelada tras aprobación del aborto (+Fotos)
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 30/12/2020 11:43

Argentina desvelada tras aprobación del aborto (+Fotos)

 


Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 31/12/2020 21:00

El día que la marea inundó el Senado

ABORTO LEGAL La Interrupción Voluntaria del Embarazo, esa acción vital de autonomía y reconquista del propio cuerpo como territorio colectivo, ya es ley. Es el inicio de una nueva era de afirmación de los feminismos y de las libertades de niñas, mujeres y personas gestantes que ganaron las calles y el Congreso Nacional, para sacar el aborto de la clandestinidad y para que cada cuerpo deje de ser otro territorio de batalla al servicio del patriarcado. La iniciativa del Gobierno hace historia impulsada por las pioneras y por una marea verde que cambió definitivamente la trama política de la Argentina. Por las presas por abortar, por las que murieron silenciadas, por las niñas obligadas a parir y maternar, por les que quieren decidir cómo, cuándo y con quién gestar y xaternar, va este logro, esta revolución de la justicia social, este derecho inalienable que es de todes y ya es ley.

Imagen: Constanza Niscovolos

“Con 38 votos afirmativo, 29 negativo y una abstención. Resulta aprobado. Se convierte en ley y se gira al Poder Ejecutivo” . Con estas palabras la presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, hacía estallar lágrimas, abrazos extraños, gritos de victoria que atravesaron las paredes gruesas del Senado para pasar, por fin, a la historia.



Ese tipo de acuerdos, como el de la transmisión en vivo de los escenarios con plano corto o las dos horas de cierres protagonizadas por discursos en contra podían ser leídos, con algo de astucia, como las últimas concesiones para los derrotados de la jornada.

Y también como parte de las negociaciones que hicieron de la sesión que aprobó la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo -¡cómo escribir estas líneas sin humedecer con lágrimas el teclado!- una sesión ejemplar, a pesar de las dificultades que trajo la pandemia. Todo transcurrió sin sobresaltos, sin inconvenientes, tanto adentro como afuera. La única sorpresa fue la diferencia arrolladora que nadie anticipó. Había una pista: la tranquilidad de lxs senadorxs elegidxs para la vocería que se mostraban victoriosos mientras viajaban para sesionar, la mayoría desde el Congreso por primera vez en este año de sesiones remotas.

Hasta último momento corrían rumores de chaparrones que podrían haber aguado la fiesta. ¿Y si muere un senador en ejercicio y quieren levantar la sesión? ¿Y si algunxs de la oposición se dieran vuelta para forzar un fracaso del Ejecutivo? ¿Y si no se renueva la licencia vencida de Alperovich, senador denunciado por violación?

Otra vez la lupa estuvo puesta en lxs integrantes de la Cámara Alta. Casi dos millones de personas siguieron la transmisión por Youtube. otras tantas lo hicieron desde las pantallas dispuestas en la calle. Otra vez cientos de miles de personas aprendieron nombre, apellido, provincia y partido de lxs senadorxs en ejercicio. Y no para jugar al memotest sino para exigir lo prometido: ampliación de derechos.

Foto: Jose Nicolini.

La diferencia con el debate de 2018 fue notoria. Ya algo podía anticiparse por las exposiciones previas. Aunque no faltaron barbaridades como la inolvidable exposición del pastor que aseguró que “el cerebro está cableado para creer en Dios”, el tono en general fue más maduro. No en vano pasaron dos años.

Antes de conocer el resultado y a la luz de los discursos, ya podíamos festejar una victoria de ésas que no tienen vuelta atrás porque no dependen de la firma de nadie. En dos años nuestras consignas, nuestros argumentos, nuestras historias fueron recogidas del asfalto, de las asambleas, de las redes de acompañamiento incansables para llegar a la boca de senadorxs. Lxs escuchamos pronunciar palabras que aprendieron para la ocasión y citar una y otra vez los cánticos que tan bien condensan décadas de militancia y construcción de sentidos.

Fue la marea la que irrumpió para inundarlo todo y lxs obligó a unirse, a nadar. O en su defecto, a quedar para siempre en el fondo de la historia.

Nina Brugo, una de las pioneras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Los ecos del recinto

El clima pandémico hizo del Senado un espacio más restringido de lo habitual. La prensa apenas pudo seguir la sesión por pantallas, sin vista al recinto ni a la calle. El contacto con lxs senadorxs fue escaso y con distancia.

Desde temprano por los pasillos y salones sólo se veían pañuelos, barbijos, vestidos y corbatas verdes. A diferencia de 2018, esta vez no hubo curas ni monjas paseando por los despachos, aunque no se privaron de visitar senadorxs en sus propias provincias.

Del lado celeste llegaba un sonido muy amplificado para la cantidad de gente que había. Mientras la fiesta feminista hacía retumbar tambores, gritos y aplausos, quienes buscaban que se rechazara la ley optaron por un equipo de sonido que lograba atravesar mejor las densas paredes del Senado. Mucho ruido y pocas nueces.

A las 16.10 se dio inicio a la sesión que prometía durar hasta el amanecer. Ya se sabía que la Vicepresidenta sólo abriría y cerraría la sesión y estaban desechas las ilusiones de quienes, sin importar la simpatía para con su figura, soñábamos con un desempate épico.

La senadora por Chubut, Nancy González, fue la primera después de los discursos de los miembros informantes, e hizo explotar las redes sociales. "Lo voy a votar para que nunca más volvamos al perejil, a las perchas, a los garajes clandestinos" dijo, después de preguntarse sobre qué hombros pesarán las muertes de las mujeres después de haber tenido la oportunidad de garantizarles un aborto legal, seguro y gratuito. "A diez día de ese rechazo, por un aborto mal practicado una mujer muere y seis niños quedan huérfanos. Antes era tarde; hoy es más tarde, porque las vidas de esas mujeres no las recuperamos más."

Otra de las que conmovió fue Ana Almirón, también del Frente de Todxs y de la provincia de Corrientes. Su discurso recordó la importancia de las nuevas generaciones en la política. Jurassic Park decíamos en 2018 para referirnos a los viejos conservadores, productos de otra era e incapaces de aggiornarse.

Esta sesión deberá ser puntapié para debates urgentes sobre la democratización de la Cámara Alta ¿Cómo puede ser que siga en ejercicio una persona como Menem, que hace años no demuestra ningún signo de vitalidad? Incluso habiendo entrado en coma inducido, nadie reemplazó al senador y ex Presidente. No estaba de licencia. Sólo ausente.

0 el cuasi vitalicio Carlos Reutemann que votó desde el silencio, quizás ayudado por el hecho de que la sesión fuese remota. El ex gobernador lleva atornillado en su banca nada más ni nada menos que 21 años, toda la vida de Ofelia Fernández.

En los últimos años la edad promedio de la Cámara bajó de manera considerable. Y el corte etario explica más la diferencia de votos que la división por género.

“Antes de votar esta ley me suicido” ,cuentan que dijo en un giro argumentativo insólito para un católico confeso y “defensor de las dos vidas”, el senador por Chaco, Antonio Rodas, a sus compañerxs de bloque. Pilatti Vergara, también chaqueña y del Frente de Todxs le contestó desde el recinto: "Las mujeres deciden, la sociedad respeta, la sociedad acompaña, las iglesias no intervienen”, decía un pañuelo verde que colgaba de su pantalla. “Debemos elegir cuándo, cómo y con quién maternar", dijo e introdujo con la última frase una dimensión algo más novedosa.

Otra que logró un lugar de enunciación interesante fue la senadora de Cambiemos, Gladys González, que usó la primera persona para cuestionar, desde su propia fe, a la Iglesia como institución retrógrada. “El Dios en el que creo no es un Dios que castiga, es un Dios que ama” dijo, y expuso también a la Iglesia Católica como la principal obstaculizadora de la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral.

Del otro lado, su compañera de credo y alianza política, Silvia Elías de Pérez, intentaba con el nuevo manotazo de ahogado de los celestes: apelar a la ciencia. “La ciencia ha demostrado que la vida empieza en el momento de la concepción”. Más temprano, en conferencia de prensa, adelantó que harían presentaciones judiciales para pedir la inconstitucionalidad: “Si el proyecto es Ley, será un juez de la Nación el que termine resolviendo”. Lawfare al palo, podría haberle respondido la presidenta del Senado, que en cambio optó por el perfil bajo en una sesión que de todas maneras no dejó de tenerla como protagonista.

La hora del hechizo

Alrededor de las 21, ya con ventaja asegurada, la luna llena anaranjada podía verse sólo desde los balcones privilegiados del Palacio. Atrás quedaba ese nudo de nervios y el conteo frenético de votos porque lxs indecisxs optaron, todxs, por el sí. ¡Vaya trabajo de cabildeo y estrategia para garantizar una victoria holgada!

El pronóstico de lluvia se evaporó junto con los peores augurios y la noche se mantuvo así, eclipsada por un cielo especial para las brujas.

Los palcos del recinto se fueron llenando durante la jornada hasta terminar colapsados para el momento de la votación. Desfilaron ministrxs, secretarixs, diputadxs, primeras, segundas y terceras líneas. Nadie se quiso perder el evento.

Foto: Prensa Senado

Esta cronista se debatía entre salir a la calle o aferrarse a alguna pantalla de las cercanas al recinto ante la imposibilidad de acceder a los balcones. Así recibí el resultado, entre desconocidas con las que improvisamos una ronda de abrazo con intento de distancia.

Minutos después, por un pasillo oscuro, di con la base de la explanada del Congreso, completamente vacía. Al costado de uno de los andamios que todavía cubren la fachada había una escalera de emergencia. Trepé con vértigo hasta la altura de la cúpula. Recién ahí, en la oscuridad total, en una soledad extraña, con vistas a las miles y miles que abajo cantaban entre humo verde y tambores, pude llorar.

Bajé temblando, como quien no sabe bien a qué tierra regresa. O sí, y palpita la revelación de un mundo nuevo.

Crucé a un fotógrafo que fumaba sentado en un escalón. “Si salís por acá y trepás esa escalera tenés una panorámica increíble”, alcancé a decirle, porque me daba pena que todo eso quedara apenas en mi retina y en la baja calidad de mi celular. Agradeció y encaró la tarea pero enseguida entendí que él era apenas un observador lejano de esta fiesta, de esta adrenalina colectiva que pasan las horas y no se va.

Ya de vuelta en el palacio, lxs senadorxs daban las últimas entrevistas a lxs más insistentes. Sin micrófono y lejos de la prensa, Cristina lanzó su última preocupación al encargado de seguridad que la acompañaba hacia la salida. “Decime ¿ya se llevaron al bebito ése?” Se refería al feto de papel maché gigante que estuvo toda la sesión frente al Congreso. Sí, se fue Cristina. Y hoy ese video es viral. El muñeco arriba de un trailer con un tema de José Luis Perales de fondo.

Porque a nosotras, a nosotres, nos queda el humor, nos queda la alegría, la risa, el baile. En definitiva, de este lado queda la vida (y no cualquier vida, las vidas que merecen ser vividas, gozadas, disfrutadas).

Quizá por eso podamos pensar que la victoria es inapelable. Es inapelable no porque hayamos sido más, siempre más. Es inapelable no porque hayamos ganado las calles que a veces podrían perderse. Es inapelable porque la grieta es entre alegría y dolor. Entre reparación y venganza. Entre alivio y angustia.

Vértigo

Hoy más que nunca los límites parecen borrosos y borrables. Hace un tiempo había quienes especulaban con que el feminismo la tendría difícil después de conquistar el aborto. Como si pudiera extinguirse la potencia de una lucha de más de 30 años. Pero eso de condenarnos a la finitud se lo dejamos a quienes miran de afuera, a quienes nos desearon la muerte y los infiernos.

Estos años sembramos una politicidad novedosa, tan radical como masiva que no pide permiso. Sabemos que habrá que defender la implementación de la ley, incluso más que lo que hoy monitoreamos la ILE. Del otro lado tienen un motivo amargo para organizarse y mucha sed de venganza.

Repetimos que ya hicimos de éste un país más justo. Y con esa premisa seguiremos construyendo otro continente. Otro mundo. A imagen y semejanza de nuestras vidas feministas.

Entre el cielo y la marea, el vértigo compañeras. 


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 03/01/2021 00:34

Aborto: los argumentos más emotivos, los más retrógados
ntoro
Los argumentos a faPor Sonia Savor y en contra del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que se oyeron en el Senado no presentaron grandes sorpresas. Horas y horas de discursos fueron un déjà vu permanente que llevó al debate de Diputados dos semanas atrás y, por supuesto, al de 2018. Sin embargo, la “manija” de la calle se coló en el Congreso. La emoción desbordó las palabras de varias senadoras verdes mientras hablaban de la urgencia de lograr este derecho para las mujeres y, del lado de los celestes, algunos discursos retrógrados elevaron el tono: esta ley “no da ninguna otra opción que el basurero para los niños por nacer”, dijo un senador.
La emoción, la adrenalina, los nervios de sentirse a un paso de cambiar la historia de muchas mujeres en un país donde el aborto clandestino está naturalizado, hicieron que muchas senadoras argumentaran porque saben, porque militan, porque creen en la necesidad de una política pública que evite muertes evitables, pero que también hablaran con la voz contenida hasta que al nombrar a las nietas o a las hijas o aquellas que ya no están les sobreviniera la emoción. La apertura de la senadora Norma Durango dio el puntapié. “Hoy es un día de esperanza”, comenzó. No solo por este proyecto sino porque se comenzó a vacunar y también se votará el Programa de los Mil Días, para acompañar a mujeres embarazadas. Y finalizó diciendo que tiene que ser ley: “por nuestras madres, por nuestras hijas, por nuestras nietas. Por todas las mujeres de nuestro país”. También trajo al recinto el lugar de los varones, dijo que si este fuera un tema de ellos hace décadas sería ley, pero, planteó: “La responsabilidad es unilateral. La mujer no puede elegir estar o no estar, tiene que maternar aunque no quiera. Basta de esta lógica patriarcal. Dejemos de ser hipócritas. Este proyecto reivindica la maternidad como un derecho, no como una obligación”. Oscar Parrilli también hizo un aporte en ese sentido. “Aquí somos 72, 44 hombres y 28 mujeres. La mayoría de los hombres vota en contra, la mayoría de las mujeres vota a favor. Solo describo, cuento la historia y la realidad de lo que está ocurriendo” planteó y terminó diciendo que “seguramente las mujeres senadoras van a explicar muchísimo mejor que yo por qué tiene que ser ley”.
Tal vez Nancy González fue una de las que más conmovió. La senadora de Chubut se preguntó “¿Quién carga sobre sus hombros la muerte de esas mujeres después de haber tenido la oportunidad de haberles dados un aborto legal, seguro y gratuito?”. “En 2018 era tarde, hoy es más tarde porque la vida de esas mujeres no las recuperamos más. A los diez días de que rechazamos el proyecto, murieron dos mujeres y quedaron huérfanos seis niños por dos abortos clandestinos”, dijo. Explicó también que presentó un proyecto de reparación para niños huérfanos de aborto y no lo quisieron tratar. “Me pregunto, señores senadores, ¿con qué cara pueden obligar a parir a una mujer cuando esa mujer no lo desea?”. Finalmente, emocionada, adelantó su voto positivo. “Por mi hija, por mi nieta”, planteó y también “para que no volvamos nunca más al perejil, a las perchas, a los garajes clandestinos, para que no volvamos nunca más a que haya mujeres muertas por aborto clandestino”.
El voto de Silvina García Larraburu, del Frente de Todos de Río Negro, era esperado con expectativa porque en 2018 había votado en contra. Comenzó contando la historia de Marina, una mujer que quedó embarazada y “sus creencias, valores, su fe chocaron de frente con el futuro que había previsto para su vida”. Contó que Marina se hizo un aborto pero "sigue con su fe intacta y no se atreve a juzgar a nadie. Marina cree en Dios, en un Dios verdaderamente misericordioso”. También habló de su propio cambio. Aprendió mucho en estos dos años: “Ahora también sabemos que ese proceso reflexivo se llama deconstrucción. No es fácil deconstruirse, tambalean las estructuras”. Reconoció el cambio de paradigma promovido por los feminismos y las luchas ambientales y adelantó su voto “por una mujer libre”.
Dos senadoras jóvenes llegaron con discursos amorosos y cercanos. La primera fue Eugenia Dure, de Tierra del fuego. Dijo, como muchas antecesoras, que se trata de una cuestión de justicia social. “Queremos elegir nuestro proyecto de vida, queremos vivir en plena libertad como también lo hacen los hombres, queremos un estado presente”, aseguró. Luego contó que en 2018 estuvo en la calle, en la vigilia de la marea verde, y como si todavía pudiera sentir la agitación de aquella otra vigilia, dijo: "Sé lo que es estar ahí con ese amor que hoy nos rodea. Mañana estaremos también en las calles para hacer que se cumpla este derecho... Para nosotras, la patria es la otra”. La senadora más joven del recinto, Eugenia Catalfamo, mostró el libro Somos Belén, de Ana Correa. “No puedo entender cómo aún hoy en pleno siglo XXI tenemos que ceder a una sociedad que nos impone un estilo de vida”, dijo. Explicó que hace dos años no estuvo presente porque estaba embarazada de su primera hija. En ese momento, contó, “recibí miles de mensajes con los insultos más agraviantes que se les ocurra, incluso el pedido de que abortara a mi propia hija”. Hoy los mensajes le siguen llegando. Luego habló de la necesidad de que se incorporen más jóvenes a la política, ya que “cuando se dio la media sanción, los diputados millennial de la Cámara, de menos de 38 años, estuvieron en mayor parte a favor. Lo mismo pasa acá”. También citó a Pino Solanas: “Yo no quiero una juventud con pánico”. “Y como nos pidió Belén --cerró-- apretemos el botón verde para que sea ley”.
La senadora Ana Almirón, del Frente de Todos (Corrientes), se pronunció a favor del aborto porque “es un derecho de todas las mujeres”. “No pueden dejar que la clandestinidad sea cruel con las pobres porque son las que no pueden pagar", afirmó. “Esta ley es justicia social porque equipara en el acceso de la salud a las ricas y las pobres; porque protege a las niñas y jóvenes; porque equipara con empatía esa desigualdad de origen con un Estado presente preservando la salud de todas”, añadió.
Además, la legisladora correntina remarcó la necesidad de que este proyecto sea ley para terminar con la idea de “mujer incubadora”, y relató que en su provincia “las niñas de 10, 11 y 12 años son obligadas a parir”. “Cursar un embarazo completo cuando no es deseado es un acto de tortura”, aseguró. Y recordó que “las provincias del norte son las que tienen las tasas de fecundidad infantil más altas del país”.
LEER MÁSLos faros abandonados más lindos del mundo | Estructuras arquitectónicas que provocan fascinación
Las posturas más retrógradas se escucharon de parte de senadores y senadoras de las provincias del norte. Mario Fiad, senador por Juntos por el Cambio, adelantó con sus argumentos lo que se repetiría a lo largo de la jornada. Empezó hablando de cuándo comienza la existencia: “Es insólito que sigamos enredándonos en cómo vamos a denominar esa vida”. Planteó que hacen “interpretaciones tendenciosas” para sostener su posición. También apeló a la estrategia ya develada de pararse por momentos más a la izquierda que quienes promueven este proyecto de ampliación de derechos. Dijo que “se nos dice que las niñas no deben maternar, sin dudas... las niñas no deben ser abusadas. El proyecto no resuelve los problemas, pasa a la clandestinidad el abuso, la violencia”. También cuestionó las exigencias de celeridad que plantea el proyecto para dar atención a una mujer que solicita una IVE porque “son tantas las necesidades de salud pero el aborto tiene que realizarse en diez días aunque estén en juego la vida no solo del niño por nacer sino de otras mujeres que están esperando por un tratamiento en el mismo hospital”.
Dalmacio Mera, de Catamarca, fue tal vez uno de los más arcaicos. Se remontó al año 1315, a la hambruna que aquejó a Europa y a un economista que le propuso al rey matar a la mitad de la población sin pensar que él podría estar entre los asesinados. Como ese economista, ahora, dijo Mera, no hay plan B. Todo esto para decir que este proyecto tampoco habla de la persona central: el niño por nacer. También se remontó en su discurso al año 500 antes de Cristo para decir que no se podía disponer de la vida ni de la muerte de los hijos. Luego dijo además que las dos leyes conjuntas (IVE y Mil Días) patentizan un “error conceptual: en una ley ‘formen fila los niños deseados’, en la otra ley ‘formen fila los niños no deseados’, el basurero. No da ninguna otra opción que el basurero para los niños por nacer”. Yéndose al otro extremo, afirmó que esta “ley no se anima a despenalizar a la mujer, la sigue dejando en el Código Penal”. También habló de un lobby internacional “extraordinario” al cual respondería esta ley para control del aumento de la población de los países periféricos.
Las creencias religiosas sobrevolaron toda la jornada. El extremo fue la senadora de la Unión Cívica Radical María Belén Tapia que pronosticó una maldición para Argentina en caso de legalizarse el aborto: “los ojos de Dios están mirando el corazón de cada uno de los senadores".


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados