Ni los manifestantes pro-Trump que se tomaron el Capitolio, ni las reclamaciones (sin fundamentos) de fraude electoral, ni las amenazas de Trump, impidieron que el Congreso continuara con la certificación.
Nunca antes en la historia del país un vicepresidente se ha negado a poner su firma a la decisión del Colegio Electoral. Y esta no fue la excepción. El Congreso de Estados Unidos certificó la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre. Ni los manifestantes pro-Trump que se tomaron el Capitolio, ni las reclamaciones sin fundamentos de fraude electoral, ni las amenazas de Trump, impidieron que el Congreso continuara con la certificación.
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El expresidente Barack Obama escribió: “La historia recordará la violencia de hoy en el Capitolio, alentada por un presidente que mintió incansablemente sobre el resultado de una elección, como un momento de deshonra y vergüenza para nuestro país. Pero nos estaríamos engañando si tratáramos esto como una sorpresa total”, agregó. Y lo cierto es que a los ojos del mundo, Estados Unidos luce irreconocible.
Lo que durante muchos años fue un simple trámite en el Congreso, hoy se convirtió en una pesadilla para el país. “Irrumpir en la capital, romper ventanas, y ocupar oficinas no es protestar, es insurrección”, dijo Joe Biden. Y la toma del Capitolio fue apenas una señal de lo que estaba por ocurrir en el transcurso de la tarde del miércoles. Minutos más tarde, una mujer murió luego de recibir un disparo, y las autoridades encontraron un artefacto explosivo en la sede del Comité Nacional Republicano en Washington (que fue destruido con éxito).
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Y aunque era de esperarse que los grupos extremistas se tomaran las calles de la ciudad para protestar, lo cierto es que el mensaje del presidente en horas de la mañana elevó los ánimos de sus partidarios.
“Los estados quieren que se corrijan los votos, que saben que están basados en irregularidades y fraude, además de un proceso corrupto que no recibió apoyo legislativo. Todo lo que Mike Pence tiene que hacer es enviar los votos del Colegio Electoral de vuelta a los estados. Hazlo, Mike ¡Es el momento de la valentía extrema!”, dijo Trump. Pence no cedió: “La Constitución me impide reclamar una autoridad unilateral para determinar qué votos electorales deben contarse y cuáles no”, dijo el vicepresidente.
Manifestantes escalando los muros del Capitolio, congresistas en el piso evitando ser golpeados, y partidarios de Trump sentados en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, son algunas de las imágenes que dejó la jornada.
“El recordatorio de hoy, que es muy doloroso, es que la democracia es frágil y para preservarla se requieren personas de buena voluntad; líderes que tengan el coraje de ponerse de pie y que se dediquen no a la búsqueda del poder, sino a la búsqueda del bien común”, agregó Joe Biden. Con todo y esto, los congresistas no cerraron la jornada.
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“Siempre supimos que esta responsabilidad nos llevaría a la noche”, escribió Nancy Pelosi. “También sabíamos que hoy seríamos parte de la historia de manera positiva, a pesar de las objeciones infundadas al voto del Colegio Electoral. Ahora seremos parte de la historia, ya que se dio a conocer al mundo una imagen tan vergonzosa de nuestro país, instigada al más alto nivel”, dijo Pelosi.
¿Qué sigue ahora?
La representante demócrata Ilahn Omar comunicó en la tarde del miércoles que ya estaba redactando los artículos necesarios para un nuevo juicio político al presidente. Esta vez el cargo sería mucho más grave que los presentados en 2018: conspiración por sedición. En esta nota le contamos más de lo que fue esta jornada en Washington: El día en que Donald Trump se quiso tomar el poder a la fuerza