Interactúo amablemente con el mundo y sus habitantes. Respondo a todas las personas y situaciones de manera afable y serena. Escucho con una mente abierta y doy con un corazón sencillo. Hoy decido extender mi atención y amabilidad genuinas a todos con los que interactúe hoy, incluyéndome a mí mismo.
Busco inspiración en el amor incondicional de Dios de cómo tratar a los demás. Al estar consciente y sentirme en unidad con mi espíritu amable, mis relaciones personales se tornan más saludables y amenas. Me siento más compasivo y disfruto de mayor paz.
Me comprometo a demostrar amabilidad y a responder con gentileza, creando una existencia plácida que me bendice a mí y a todos en mi vida.