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General: LOS DOS TESTIGOS Y EL REMANENTE DE CRISTO ANTES DE SU SEGUNDA VENIDA
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LOS DOS TESTIGO Y EL REMANENTE DE CRISTO SELLADOS .
APOCALIPSIS CAP 11:1.Luego me fue dada una caña de medir parecida a una vara, diciéndome: «Levántate y mide el Santuario de Dios y el altar, y a los que adoran en él.El patio exterior del Santuario, déjalo aparte, no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, que pisotearán la Ciudad Santa 42 meses.
3 Pero haré que mis dos testigos profeticen durante 1260 días, cubiertos de sayal».
4 Ellos son los dos olivos y los dos candeleros que están en pie delante del Señor de la tierra.
[V.1-> Me fue dada. La línea de pensamiento del cap. 10 continúa en el cap. 11. Una caña. Esta caña debía usarse como una vara de medir. Compárese con el simbolismo de Eze 40:3; Eze 40:6; Zac 2:1-2. Levántate. Se le ordena a Juan que partícipe de la acción que se le muestra en la visión. Mide. El símbolo del hombre que medía a Jerusalén con un cordel, se interpretó como una garantía de que la ciudad sería reedificada (ver com. Zac 2:1-2); por lo tanto, la medición del templo y sus adoradores puede sugerir también una promesa de restauración y preservación. En el paréntesis entre los sellos sexto y séptimo hay una garantía de que a pesar de los terrores que acompañarán a la segunda venida de Cristo, Dios tiene un pueblo que permanecerá firme LOS QUE OBEDECEN LA SANTA BIBLIA Y SU LEY EXODO 20:1,17 SABADO SEPTIMO DIA (Apoc. 7; cf. com. Ap 6:17). Este otro paréntesis entre la sexta y la séptima trompeta también puede tener el propósito de confirmar que en medio de los horrores que acompañan el sonido de las trompetas, el templo de Dios -es decir, el plan de la redención que en él se representa- y los verdaderos adoradores del Señor están a salvo. Esta restauración y conservación del templo de Dios también parece tener una aplicación especial para la comprensión más plena del significado del ministerio de Cristo en el santuario celestial , conocimiento que ha ido en aumento desde 1844. Templo. Gr. naós (ver com. Ap 3:12; Ap 7:15; cf. Ap 11:19). Después del gran chasco del 22 de octubre de 1844, la atención de los creyentes adventistas fue dirigida hacia el santuario celestial y la obra de Cristo como sumo sacerdote en ese santuario Apoc 10 . Esta no es una referencia al templo literal de Jerusalén, porque cuando Juan recibió sus visiones ese templo estaba en ruinas. Los judíos fueron rechazados por Dios como sus representantes escogidos (ver com. Mat 21:43; t. IV, pp. 28-36), y por esta razón ese templo nunca será restaurado como centro de culto divinamente reconocido (ver com. Eze 40:1). Por consiguiente, “los que adoran” no son judíos literales adorando en su templo literal, sino los que dirigen su adoración hacia el templo celestial, donde Cristo ministra a favor de sus hijos (Heb 8:1-2). En un sentido especial y según el contexto de esta profecía, la medición ocurre en un período específico de la historia de la iglesia. Los que adoran. Es decir, el verdadero Israel espiritual, el pueblo de Dios, que contrasta con los “gentiles” (Ap 11:2). La medición de los adoradores sugiere una obra de juicio
[V.2-> El patio. En el templo de Herodes, que Juan había conocido muy bien, había un patio interior compuesto por el patio de las mujeres, el patio o atrio de Israel y el atrio de los sacerdotes. Más allá había un gran patio exterior, el patio o atrio de los gentiles. Una barrera -una “pared intermedia de separación” (Efe 2:14)- separaba el atrio interior del atrio exterior, y no se permitía que ningún gentil traspasase esa barrera, y si lo hacía, era muerto (ver t. V, pp. 68-69). En vista de que el atrio que aquí se menciona es “dado a los gentiles”, parece que Juan tenía específicamente en cuenta ese gran patio exterior. El patio ha sido considerado como símbolo de esta tierra, en contraste con “el templo de Dios” en el cielo (Ap 11:1). No lo midas. Juan no debe medir sino a los adoradores de Dios, los que tienen derecho de entrar más allá de la barrera, donde sólo podían penetrar los israelitas. Los que trazasen ese límite son los únicos que pueden esperar que serán librados de los castigos finales que caerán sobre la tierra. Entregado a los gentiles. Como sucedía con el atrio de los gentiles del templo de Jerusalén. Puede entenderse que “gentiles” se aplica a los que no son verdaderos adoradores de Dios, los que no han declarado que pertenecen al Israel de Dios. Hollarán. Este pasaje es paralelo con la descripción de Dan 7:7; Dan 7:23, donde se describe la acción de la cuarta bestia papado Roma que “hollaba con los pies” (ver com. Dan 7:7-8; Dan 7:25). Esa bestia actuaba particularmente contra los “santos del Altísimo los mataba (inquisición ) y destruía la Santa Biblia ” (Dan 7:25), por eso es lógico entender que la “ciudad santa” representa al pueblo de Dios. La ciudad santa Es decir, Jerusalén (Dan 9:24; cf. Luc 21:20). La entrega del atrio exterior a los gentiles significa, por extensión, que la ciudad santa es hollada. En cuanto al significado simbólico de Jerusalén, ver “hollarán”. Cuarenta y dos meses. Este período es claramente idéntico con el “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” de Dan 7:25 (ver com. respectivo). ]
[V.3-> Mis dos testigos. Se han propuesto varias interpretaciones para este símbolo la Santa Biblia NT y AT . Las alusiones de los Ap 11:5-6 han llevado a algunos a identificarlos como Elías y Moisés (ver com. Ap 11:5-6); pero el significado de estos “dos testigos” es mucho más extenso. En el Ap 11:4 se los identifica como “dos olivos” y “dos candeleros, símbolos que se hallan en Zac 4:1-6; Zac 4:11-14, en donde se dice que representan a los “que están delante del Señor de toda la tierra” (Ap 11:14). Así como se dice que las ramas de los olivos dan aceite para las lámparas del santuario (Ap 11:2; Ap 11:12), también de estos santos que están delante del trono de Dios, se imparte el Espíritu Santo a los hombres (ver com. Zac 4:6; Zac 4:14; PVGM 336-337; cf. TM 338). La expresión más completa del Espíritu Santo para los hombres está contenida en las Escrituras del AT y el NT, y por eso es que ambos testamentos deben considerarse como los dos testigos (ver CS 310 cf. com. Jn 5:39). El salmista declara de la Palabra de Dios: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino,... la exposición de tus palabras alumbra” (Sal 119:105; Sal 119:130; cf. Pro 6:23). Que profeticen. A pesar del predominio del mal durante el período de los 1.260 días o años (ver com. Ap 11:2donde la Santa Biblia y sus fieles fueron perseguidos y destruidos por el papado ), el Espíritu de Dios, especialmente como se manifiesta en las Escrituras, llevaría su testimonio a los hombres que lo recibieran. Mil doscientos sesenta días. El mismo período de los “cuarenta y dos meses” del Ap 11:2 tiempo de la inquisición destruir la Santa Biblia y sus lectores . Vestidos de cilicio. Vestirse de cilicio era una señal común de duelo (2Sa 3:31) y arrepentimiento (Jnn 3:6; Jnn 3:8). De este modo se describe a las Escrituras como si estuvieran de duelo en un tiempo cuando las tradiciones humanas catecismo tendrían casi un total predominio (ver com. Dan 7:25). ]
[V.4-> Los dos olivos. Ver com. Ap 11:3. Los dos candeleros. O “los dos portalámparas” (ver com. Ap 1:12). Ver com. Ap 11:3. Están en pie delante del Dios de la tierra. Ver com. Zac 4:14; Ap 11:3. ]
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Si alguien pretendiera hacerles mal, saldría fuego de su boca y devoraría a sus enemigos; si alguien pretendería hacerles mal, así tendría que morir.
[V.5-> Sale fuego. Semejante al castigo que Elías hizo caer sobre los mensajeros de Ocozías (2Rey 1:10; 2Rey 1:12). Los que persistan en rechazar EL NT Y AT LA SANTA BIBLIA Y el testimonio del Espíritu Santo, finalmente serán destruidos en el lago de fuego (Ap 20:15). ]
[V.6-> Poder. Gr. exousía, “autoridad”, se halla dos veces en este versículo. Cerrar el cielo. Como en el Ap 11:5, parece ser también una alusión a Elías, quien predijo que no llovería en Israel “en estos años, sino por mi palabra” (1Rey 17:1), o, como lo presenta Lucas, el evangelista, “por tres años y seis meses” (Luc 4:25; cf Stg 5:17). Las aguas... en sangre. Las alusiones a los testigos recuerdan hasta ahora a Elías (ver lo anterior y com. Ap 11:5); pero este versículo parece aludir a Moisés y la primera plaga sobre Egipto (Exo 7:19-21). Toda plaga. Los testigos no sólo tienen poder para herir a sus enemigos con la primera plaga que cayó sobre Egipto, sino que tienen autoridad para herir la tierra con cualquiera de las plagas Apoc CAP 16 sobre los que tengan la marca de la bestia y su imagen .. ]
[V.7-> Cuando hayan acabado. Es decir, al final de los 1.260 días (cf. Ap 11:3; ver com. Dan 7:25). La bestia papado . Gr.to th’ríon, “la fiera”. Hasta ahora Juan no ha mencionado ninguna “bestia” (th’ríon; los “cuatro seres vivientes” del Ap 4:6 no son realmente bestias; ver el comentario respectivo). La expresión “la bestia” parece implicar que el lector entiende cuál bestia es. Se han expuesto dos interpretaciones de este símbolo. En primer lugar, la de los comentadores que sostienen que la expresión “la bestia” sugiere alguna identificación previa, y como ésta no se halla en el Apocalipsis la buscan en el libro de Daniel, donde la bestia por excelencia es la cuarta bestia de Dan. 7 papado . Además, destacan que esta bestia surgió del mar, pero que la de Apoc. 11 “sube del abismo”, el cual tiene en el AT una evidente relación con el mar (ver com. Ap 9:1). Según este punto de vista, el poder simbolizado por la cuarta bestia papado de Daniel, y especialmente sus fases ulteriores, sería el poder que mata a los dos testigos la Santa Biblia la inquisición prohibiendo la Biblia . Otros comentadores identifican esta bestia como un poder que intentaría destruir las Escrituras (simbolizadas por los dos testigos) al final del período de los 1.260 días, en 1798 d. C. (ver com. Dan 7:25). Puesto que el ateísmo se propagó intensamente en Francia en ese tiempo y el espíritu antirreligioso de esa época se dirigió directamente contra la creencia en las Sagradas Escrituras, la Primera República Francesa ha sido identificada como la bestia de este pasaje. Los adventistas del séptimo día han apoyado generalmente este punto de vista. Del Abismo. Gr. abússos (ver com. Ap 9:1; cf. com. “la bestia”). El hecho de que la bestia sale del abismo se ha interpretado como que indica que esa nación o poder no tenía un firme fundamento, que era un poder tal como lo fue Francia. Se manifestó entonces una nueva forma de poder satánico (ver CS 312). Los matará. Es decir, intentará destruir la Palabra de Dios. En cuanto a la manera en que Francia hizo guerra contra la religión la Biblia , ver com. Ap 11:9. ]
[V.8-> Cadáveres. La evidencia textual establece el singular: “cadáver”. Cada uno tiene un cadáver. Estarán. Dejar sin sepultar un cadáver siempre se ha considerado como una indignidad repugnante (cf. Sal 79:2-3). Ver com. Ap 11:9. La grande ciudad. El hecho de que se diga que esta ciudad es aquélla “donde también nuestro Señor fue crucificado”, parecería identificarla con Jerusalén, la “ciudad santa” del Ap 11:2; sin embargo, muchos comentadores han entendido figuradamente la expresión “donde también nuestro Señor fue crucificado”, como sin duda también han de entenderse los nombres Sodoma y Egipto. Por lo tanto, identifican “la gran ciudad” con Francia, nación que manifestó al final del período de 1.260 años las características simbolizadas por estas expresiones. Los adventistas del séptimo día sostienen, en términos generales, este último punto de vista. En sentido espiritual. Gr. pneumatik’s, es decir, no literalmente sino en sentido espiritualmente figurado (cf. Isa 1:10). Sodoma. Sodoma es símbolo de degradación moral (Eze 16:46-55). Esta fue la condición de Francia durante la Revolución. Egipto. Este país fue conocido por su obstinada negación de la existencia del Dios verdadero y por desafiar sus órdenes. Faraón dijo con altanería: “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz... ? Yo no conozco a Jehová” (Exo 5:2). Estas actitudes fueron características de los dirigentes de la Revolución Francesa. Crucificado. En la persona de sus seguidores, muchos de los cuales perecieron en las persecuciones en Francia. ]
En el siglo XIII se estableció la más terrible de las maquinaciones del papado: la Inquisición. El príncipe de las tinieblas obró de acuerdo con los jefes de la jerarquía papal. En sus concilios secretos, Satanás y sus ángeles gobernaron los espíritus de los hombres perversos, mientras que invisible acampaba entre ellos un ángel de Dios que llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía la historia de hechos por demás horrorosos para ser presentados a la vista de los hombres. “Babilonia la grande” fue “embriagada de la sangre de los santos”. Los cuerpos mutilados de millones de mártires clamaban a Dios venganza contra aquel poder apóstata.
ESFUERZOS PARA SUPRIMIR Y DESTRUIR LA BIBLIA—En cuanto a los esfuerzos de larga duración hechos en Francia para acabar con la Biblia, especialmente con las versiones en lengua vulgar, dice Gaussen: “Ya el decreto de Tolosa (de Francia), de 1229, [...] instituía el espantoso tribunal de la Inquisición contra todos los lectores de la Biblia en lengua vulgar. Era un decreto de fuego, de sangre y de asolamiento. En sus capítulos III, IV, V y VI disponía que se destruyeran por completo hasta las casas y los más humildes escondrijos y aun los retiros subterráneos de los que fueran convictos de poseer las Escrituras, y que ellos mismos fueran perseguidos hasta en sus montes y en los antros de la tierra, y que se castigara con severidad aun a sus encubridores”. Como resultado la Biblia “fue pues prohibida en todas partes; desapareció en cierto modo de sobre la tierra, bajó al sepulcro”. Estos decretos fueron “seguidos durante quinientos años de suplicios sin cuento en que la sangre de los santos corrió como agua”. (L. Gaussen, Le canon des Saintes Écritures, parte 2, lib. 2, cap. 7; y cap. 13 ed. de Lausana, 1860). Respecto a los esfuerzos especiales hechos para destruir la Biblia durante el Reinado del Terror a fines de 1793, el Dr. Lorimer dice “Dondequiera que se encontrase una Biblia puede decirse que había persecución a muerte; a tal punto que varios comentadores respetables interpretan la muerte de los dos testigos, en el capítulo once del Apocalipsis, como refiriéndose a la supresión general, más aun, a la destrucción del Antiguo y Nuevo Testamentos en Francia durante aquella época” (J. G. Lorimer, An Historical Sketch of the Protestant Church in France, c
ap. 8, párrs. 4, 5).
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Apoc 11:9 Y gentes de los pueblos, razas, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres tres días y medio: no está permitido sepultar sus cadáveres.
10 Los habitantes de la tierra se alegran y se regocijan por causa de ellos, y se intercambian regalos, porque estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra.
[V.9-> Los pueblos... y naciones. Otras naciones que observarían la guerra de Francia contra la Biblia.(Se repetirá la historia Roma papal instigar a Francia a matar a los de la Biblia) Tres días y medio. En armonía con el principio de interpretación profético que un día representa un año, “tres días y medio” equivalen a tres años y medio. Los adventistas del séptimo día, que entienden que la bestia del Ap 11:7 representa a la Primera República Francesa (1789-1801), especialmente en lo referente a sus tendencias antirreligiosas, sitúan el cumplimiento de esta profecía en el breve período de la historia de la Revolución Francesa, cuando el ateísmo llegó a su apogeo. Este período puede calcularse a partir del 26 de noviembre de 1793, cuando se promulgó un decreto en París para abolir la religión, hasta el 17 de junio de 1797 cuando, según se afirma, el gobierno francés quitó las restricciones impuestas a la práctica de la religión. Como ha sucedido con otros pasajes del Apocalipsis, el cómputo de estos “tres días y medio” ha sido motivo de diversas opiniones por parte de los comentadores. Esto se debe no sólo a ciertos problemas del simbolismo en sí, sino también a la dificultad de fijar algunas fechas exactas en la historia de ese turbulento período de la Revolución Francesa; sin embargo, la ubicación exacta de este lapso afortunadamente no es vital para la comprensión global de los grandes períodos poéticos de la Biblia o para una comprensión del tema central de la profecía de la cual forma parte. ]
[V.10-> Los moradores de la tierra. Ver com. Ap 3:10. Se regocijarán. Gr. eufráinō, “regocijarse”, “alegrarse”, también se traduce “huélgate” en Luc 12:19. Aliviados ahora del tormento, es decir, del testimonio condenatorio de los dos testigos, los impíos apaciguan su conciencia entregándose al regocijo. Enviarán regalos. Una señal de regocijo (cf. Est 9:22). Atormentado. Por el poder condenatorio de la profecía de los dos testigos (Ap 11:3). Hay pocas torturas que superen la de una conciencia culpable. Cuando la verdad y la justicia se presentan constantemente ante el pecador obstinado, a menudo llegan a serie intolerables. ]
[V.11-> Después de tres días y medio. O sea al final del período cuando los cuerpos de los testigos estuvieron insepultos y expuestos a la contemplación pública (ver com. Ap 11:9). El espíritu de vida. O un espíritu que es vida. La frase hebrea rúaj jayyim, equivalente a la que comentamos, se traduce en el AT, ‘soplo de vida” (Gen 6:17; Gen 7:15, LXX). Los hebreos virtualmente identificaban el aliento con la vida. Por consiguiente, decir que el soplo de vida entraba en una persona significaba que había recibido la vida (Gen 2:7). Por Dios. Dios, el Dador de toda vida, levanta a sus fieles testigos. Se levantaron sobre sus pies. Cf. 2Rey 13:21; Eze 37:10 Cayó gran temor. Los impíos nuevamente tienen mala conciencia; la misma que los había atormentado cuando los dos testigos habían profetizado (ver com. Ap 11:10 ). Los que se habían regocijado por la muerte de los testigos, están ahora pasmados al contemplar el milagro de su resurrección. ]
[V.12-> Una gran voz del cielo. No se identifica al que habla, pero probablemente sea Dios. Subid acá. Los testigos no sólo son resucitados por Dios, sino que se les ordena entrar en el ciclo. Mientras “sus enemigos” los contemplan, son completamente vindicados de los ultrajes que habían sufrido, y es demostrada ante todos la veracidad de la profecía que habían proclamado fielmente durante 1.260 días o años. La voz de Dios les da la bienvenida al cielo en presencia de los que habían intentado destruirlos. Este ensalzamiento de los dos testigos se ha entendido como un símbolo de la gran propagación de las Escrituras a partir del principio del siglo XIX. Poco después de la Revolución Francesa fueron establecidas varias sociedades bíblicas nacionales. Las más notables de todas han sido la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, fundada en 1804, y la Sociedad Americana, organizada en 1816. Estas sociedades y otras más hacen circular Escrituras (hasta 1989) en más de 1.907 diomas y dialectos. En algo más de un siglo y medio, la Biblia, en vez de ser relegada al olvido como guía espiritual, ha llegado a gozar su más amplia circulación. Subieron... en una nube. Mientras Jesús se despedía de sus discípulos, “te recibió una nube que le ocultó de sus ojos” (Hch 1:9). Los dos testigos también son llevados al cielo en una nube. El lenguaje describe de una manera muy adecuada el ensalzamiento de las Escrituras en el período que siguió a su supresión Francia (ver com. Ap 11:9; cf. Dan 4:22). Sus enemigos los vieron. Ver com. “subid acá”. ]
[V.13-> Aquella hora. Es decir, casi inmediatamente después de la ascensión de los testigos. Un gran terremoto. El símbolo de un terremoto se usa repetidas veces en las Escritura describir la agitación y perturbación que caracterizarán al mundo inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo (Mar 13:8; Ap 16:18). Cuando los comentadores aplican esta profecía a Francia, ven en el terremoto un cuadro de la agitación que sacudió a esa nación a fines del siglo XVIII. Décima parte. No es el terremoto final, porque en esta ocasión (cf. Ap 16:18) sólo cae una fracción de la ciudad (ver com. Ap 11:2; Ap 11:8). Este terremoto significa un castigo transitorio que atemoriza a algunos de los que se han gloriado por la muerte de los testigos. Algunos aplican la expresión “la décima parte de la ciudad” a toda la nación francesa; razonan que Francia era uno de los “diez reyes” que surgirían a raíz de la caída del Imperio Romano (Dan 7:24). Otros identifican la ciudad con la Roma papal y a Francia como una de sus diez divisiones. Siete mil. Un número comparativamente pequeño de personas, pero suficiente para que los sobrevivientes reconozcan la soberanía de Dios, cuyos testigos habían despreciado. Hombres. Gr. onómata anthrōpōn, literalmente “nombres de hombres”. Algunos creen que onómata, “nombres”, corresponde a “personas” (ver com. Hch 3:16). Otros lo aplican a los títulos, categorías u órdenes que fueron abolidos durante la Revolución Francesa. Al Dios del cielo. Este título se usa frecuentemente en Daniel (Dan 2:18-19; Dan 2:37; Dan 2:44; cf. Esd 5:11-12; Esd 6:9; Esd 7:12). ]
[V.14-> El segundo ay. O sea los castigos correspondientes a la sexta trompeta, que terminó en 1840 (Ap 8:13; cf. Ap 9:12; ver Nota Adicional com. cap. 9). El tercer ay. Los acontecimientos descritos durante la séptima trompeta (Ap 11:15-19). ]
[V.15-> El séptimo ángel. O sea el principio del tercer ay (ver com. Ap 11:14), que marca el fin del paréntesis entre la sexta y la séptima trompetas (Ap 10:1 a Ap 11:14; ver com. Ap 11:1). Los adventistas del séptimo día creen que el comienzo de la séptima trompeta fue en 1844 (ver com. Ap 11:19). Grandes voces. Probablemente fueron las de las huestes celestiales (cf. Ap 5:11-12). En la séptima plaga también se oye una gran voz que procede del templo del ciclo (Ap 16:17). Reinos. La evidencia textual establece (cf. p.10) 820 el texto “reino” (BA, NC). Cristo recibirá el reino poco tiempo antes de su regreso a la tierra (ver com. Dan 7:14), y cuando venga toda oposición terrenal será aplastada (ver com. Ap 17:14). Su Cristo. Es decir, su Ungido (cf. Sal 2:2). Las huestes celestiales que no han sido salvadas por Cristo, se refieren a él como el Cristo de Dios o del Señor, probablemente porque el título “Cristo” se refiere de un modo particular a la segunda persona de la Deidad en su obra como Aquel que fue ungido para la obra de la redención. Reinará por los siglos de los siglos. Cf. Dan 2:44; Dan 7:14; Dan 7:27; Luc 1:33. ]
[V.16-> Los veinticuatro ancianos. Ver com. Ap 4:4. Se postraron sobre sus rostros. Cf. Ap 4:10. ]
[V.17-> Señor Dios Todopoderoso. Ver com. Ap 1:8. Un título particularmente adecuado para Dios como vencedor. Que eres. Ver com. Ap 1:4. Que eras. Ver com. Ap 1:4. Que has de venir. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC. Según la BJ (nota) es una adición tomada de la Vulgata. Probablemente no se incluyen como en el Ap 1:4, porque aquí el centro de la alabanza de los ancianos es la posición pasada y presente de Dios, y no la futura. Has tomado... has reinado. Los dos verbos están en tiempos diferentes. Se traduciría mejor: “has tomado el reino” y “comenzaste a reinar”. El reinado triunfante comienza cuando Dios hace efectiva su omnipotencia. Dios siempre ha sido todopoderoso, y el reinado del pecado ha existido sólo por la tolerancia divina con el propósito de que se revelara a los seres creados la verdadera naturaleza del mal. Cuando se cumpla este propósito, entonces tomará su “gran poder” y una vez más reinará en forma soberana. Ver 1Co 15:24-28. ]
[V.18-> Se airaron las naciones. Cf. Sal 2:1. La ira será característica de las naciones antes de la venida de Cristo. Se agruparán para oponerse a la obra de Cristo y a su pueblo (ver com. Ap 13:12; Ap 14:8). Ira. La ira de Dios se sintetiza en las siete últimas plagas (Ap 15:1). La obra de oposición contra Cristo es detenida por estas plagas. Tiempo. Gr. kairós, un tiempo particular con un propósito definido (ver com. Ap 1:3). Este es un tiempo de juicio, tanto para recompensa como para destrucción. De juzgar. El que Juan hable de la recompensa y de la destrucción, significa que se refiere al juicio final, que tendrá lugar después de los mil años (Ap 20:12-15). El galardón a tus siervos. Cf. Mat 5:12; Mat 6:1; 1Co 3:8; Ap 22:12. Puesto que los acontecimientos enumerados son consecutivos (ver PE 36), esta recompensa es la heredad de la tierra nueva al final de los mil años. Profetas. Los siervos especiales de Dios hablan por él. Llevaron pesadas responsabilidades y a menudo sufrieron terriblemente por su Señor. Santos. O “seres santos”. Los miembros del cuerpo de Cristo se caracterizan por la pureza de sus vidas. Los que temen. Gr. hoi fobouménoi, frase que se usa los Hechos para referirse a los que adoraban al verdadero Dios (ver com. Hch 10:2), aunque no eran plenamente prosélitos de Israel. Si se emplea aquí este mismo significado, puede entenderse que esta tercera clase que recibirá una recompensa en el juicio, son los que no conocieron completamente a Cristo y sus caminos, pero que vieron de acuerdo con toda la luz que les fue dada. Temieron el nombre de Dios hasta donde les fue revelado, y por lo tanto reciben su recompensa (ver DTG 593). Pero la frase hoi fobóumenoi puede simplemente estar unida con la palabra que se traduce “santos”, y entonces diría: “los santos, es decir, los que temen tu nombre”. Pequeños y.. grandes. Las jerarquías del mundo no tendrán ninguna importancia en el juicio final. Destruir a los que destruyen. La suerte de los impíos, de los que han destruido la tierra física y moralmente, es muy adecuada: ellos mismos serán destruidos. ]
[V.19-> El templo. Ante Juan se presenta una visión el templo de Dios, con “el arca de su pacto” como centro de la visión. En el santuario terrenal, que era una “reproducción del verdadero” (Heb 9:24, BJ) que está en el cielo, el arca estaba en el lugar santísimo, que era el centro del servicio del día de la expiación, día que simbolizaba el juicio. Durante el transcurso de la séptima trompeta Juan ve el templo de Dios en el cielo, y específicamente “el arca de su pacto”, lo cual significa que ha comenzado la segunda y última parte del 821 ministerio celestial de Cristo, que corresponde con el simbólico día de la expiación. Otros pasajes revelan que esta fase final de la obra de Cristo comenzó en 1844 (ver com. Dan 8:14). Por lo tanto, los adventistas del séptimo día colocan el comienzo de la séptima trompeta en ese año. El arca de su pacto. Dentro del santuario terrenal estaban los Diez Mandamientos, la inmutable ley moral de Dios para todos los hombres en todas las edades. Ningún creyente en Dios en el tiempo de los judíos podía imaginarse el arca sin pensar inmediatamente en los Diez Mandamientos. La visión de Juan del arca celestial comprueba elocuentemente que en las últimas horas de la tierra la gran ley moral de Dios será el centro del pensamiento y de la vida de todos los que se esfuerzan por servir a Dios en espíritu y en verdad (ver com. Ap 12:17; Ap 14:12; cf. CS 486). Relámpagos, voces, truenos. Como en la séptima plaga (Ap 16:18). Un terremoto. Como en la séptima plaga (Ap 16:18-19; cf. com. Ap 11:13). Grande granizo. Como en la séptima plaga (Ap 16:21). ]
CUANDO LA SANTA BIBLIA ADVIERTE LAS PROFECIAS LA SANTA BIBLIA. CON LAUDATO SI CAMBIO CLIMATICO COP25,26 LA MARCA DE LA BESTIA 666 Y LA DESTRUCCION TOTAL DE LA SANTA BIBLIA Y SUS HIJOS LOS SANTOS DESTRUIDOS POR OBEDECER EL SABADO SELLO DE DIOS Y LA SANTA BIBLIA. LA MARCA DE LA BESTIA NUEVO ORDEN MUNDIAL
El papa celebra “importante paso” de la entrada en vigor del Acuerdo de París
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Destacó que el Acuerdo de Paris sirve para “poner la economía al servicio de las personas y para construir la paz y la justicia”.
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