A veces, quizás me parezca difícil encontrarle respuesta a un reto en mi vida. Tal vez trate de buscar una solución rápida y fácil, o acuda a alguien para que me resuelva el dilema. Mas, en vez de buscar fuera de mí, elijo acudir a mi interior.
Respiro profundamente. Descanso. Me doy cuenta de que las condiciones externas y temporales no son mi verdad. Las dejo ir, y al hacerlo, puedo sentir la seguridad de la presencia divina. Dios está en mí. Siento ahora Su consuelo, cuidado y amor.
Sé que todo está bien. Sin importar las circunstancias, puedo acudir a Dios, Quien mora en mí como guía inmutable en el camino de la vida. Descanso gracias al consuelo que esta conciencia me brinda.
Pero Jehová le dijo: "La paz sea contigo. No tengas temor, no morirás."—Jueces 6:23
VIVO EN LA LUZ DE DIOS. NO NECESITO INQUIETARME POR CADA MOVIMIENTO QUE DOY O CADA DECISIÓN QUE TOMO. NO NECESITO AGOBIARME POR LO QUE PUEDE SALIR MAL. ESTOY LIBRE DE PREOCUPACIÓN PORQUE LA PROTECCIÓN DE DIOS ESTÁ SIEMPRE PRESENTE.
RECUERDO UNA EXPERIENCIA PASADA CUANDO EXPERIMENTÉ LA GRACIA DIVINA —QUIZÁS ME SALVÉ DE UN ACCIDENTE O DE UN RESULTADO NEGATIVO. FUI PROTEGIDO SIN QUE TUVIERA QUE ESTAR VIGILANTE O PREOCUPADO, Y TODO SALIÓ BIEN. ESTE RECUERDO ME OFRECE CONSUELO Y ME ANIMA A CONFIAR EN DIOS.
MI FE ME OFRECE SABIDURÍA Y ME AYUDA A DEMOSTRAR BUEN JUICIO. TENGO CONFIANZA EN QUE SABRÉ CUÁNDO CAMBIAR MI CURSO O MIS PLANES. DESCANSO EN LA SEGURIDAD DE QUE EL PODER DE LA PRESENCIA MORADORA ME PROTEGE.
BAJO EL CUIDADO DE DIOS DORMIRÁS TRANQUILO.—JOB 11:18
Hoy me afianzo firmemente en mi fe. Acojo la vida con valor y confianza, viendo más allá de las apariencias al bien subyacente. Gracias a la fe venzo cualquier limitación. Sé que el poder de Dios en mí es mayor que cualquier situación retadora.
Al tener fe soy audaz y libre. La fe disipa el temor, porque ella me ayuda a reconocer la nada que es el miedo. La fe me recuerda que Dios es la única presencia y el único poder en mi vida y en el mundo.
Gracias a la fe soy estable y fuerte. Tengo la seguridad de que con Dios siempre hay una respuesta y un camino correctos.
Gracias a la fe camino confiadamente en la luz y se me muestra el sendero hacia mi mayor bien. Soy sanado. Soy bendecido.
Porque por fe andamos, no por vista.—2 Corintios 5:7
En la Biblia, Jesús nos dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” y “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Éstos son principios según los cuales debemos vivir y a los cuales debemos aspirar conscientemente. Cuando amo a Dios, expreso el Cristo en mí. Cuando amo a mi prójimo como a mí mismo, reconozco el Cristo en él. Todas las diferencias externas dejan de ser importantes. Veo más allá de las apariencias y sé que de corazón somos verdaderamente uno. Todos somos creaciones de Dios, expresiones únicas de lo Divino. Cuando aceptamos esa verdad, sentamos la base para un mundo de paz.
Todos los moradores del mundo … cuando se levante bandera en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, escuchad.—Isaías 18:3