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El santuario y el sábado.Apoc 14:7cap 14:12cap 15:2 ,15:5 ,7:2,3 Leviticos 19:30 .
“El templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo”. Apocalipsis 11:19. El arca del pacto de Dios está en el Lugar Santísimo, el segundo departamento del Santuario. En el servicio del tabernáculo terrenal, que servía como “copia y sombra del que está en el cielo”, este departamento sólo se abría en el gran Día de la Expiación para la purificación del Santuario. Por tanto, el anunció de que el templo de Dios fue abierto en el cielo y se vio el arca de su pacto indica que el Lugar Santísimo del Santuario celestial se abrió en 1844, cuando Cristo entró en él para consumar la obra final de expiación. Los que por fe siguieron a su gran Sumo Sacerdote cuando dio inicio a su ministerio en el Lugar Santísimo, contemplaron el arca de su pacto. Habiendo estudiado el tema del Santuario llegaron a entender el cambio en el ministerio del Salvador, y vieron que Jesús entonces estaba oficiando ante el arca de Dios y ofreciendo su sangre en beneficio de los pecadores.
El arca que estaba en el tabernáculo terrenal contenía las dos tablas de piedra, en que estaban grabados los preceptos de la ley de Dios. El arca era un mero receptáculo de las tablas de la ley, y la presencia de estos preceptos divinos le daba su valor y carácter sagrado. Cuando el templo de Dios fue abierto en el cielo, se vio el arca de su pacto. En el Lugar Santísimo, en el Santuario celestial, la ley divina se encuentra sagradamente guardada; es la ley que fue promulgada por el mismo Dios entre los truenos del Sinaí y escrita con su propio dedo sobre las tablas de piedra.
La ley de Dios en el Santuario celestial es el gran original, del que los preceptos grabados en las tablas de piedra y registrados por Moisés en el Pentateuco eran una copia exacta. Los que llegaron a entender este punto importante fueron inducidos a ver el carácter sagrado e invariable de la ley divina. Vieron, como nunca antes, la fuerza de las palabras del Salvador: “Mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán”. Mateo 5:18, VM. Como la ley de Dios es una revelación de su voluntad, una trascripción de su carácter, debe permanecer para siempre como “fiel testigo en el cielo”. Ni un mandamiento ha sido anulado; ni un punto y ni una tilde han sido cambiados. Dice el salmista: “Tu palabra, Señor, es eterna, y está firme en los cielos”. “Todos sus preceptos son dignos de confianza, inmutables por los siglos de los siglos”. Salmos 89:37, NVI; 119:89; 111:7, 8,
En el corazón mismo del Decálogo está el cuarto mandamiento, tal cual fue proclamado originalmente: “Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para Yahvéh tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis días hizo Yahvéh el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahvéh el día del sábado y lo hizo sagrado”. Éxodo 20:8-11,
El Espíritu de Dios impresionó los corazones de esos estudiosos de su Palabra. Fueron impelidos por la convicción de que, ignorantemente, habían transgredido ese precepto al pasar por alto el día de descanso del Creador. Empezaron a examinar las razones por las cuales se guardaba el primer día de la semana en lugar del día que Dios había santificado. No pudieron encontrar en las Escrituras prueba alguna de que el cuarto mandamiento hubiese sido abolido o de que el día de reposo hubiese cambiado; la bendición que desde un principio santificaba el séptimo día no había sido nunca revocada. Habían estado buscando honestamente conocer y hacer la voluntad de Dios; ahora, al verse transgresores de la ley divina, sus corazones se llenaron de pena y manifestaron su lealtad a Dios guardando su santo sábado.
Muchos e intensos fueron los esfuerzos hechos para derribar su fe. Nadie podía dejar de ver que si el Santuario terrenal era una figura o copia del celestial, la ley depositada en el arca en la Tierra era una transcripción exacta de la ley guardada en el arca del cielo; y que aceptar la verdad relativa al Santuario celestial involucraba reconocer las exigencias de la ley de Dios y la obligación de guardar el sábado del cuarto mandamientoExodo 20:8,11Apoc CAP 14:7cap 14:12cap7:2,3. En esto estribaba el secreto de la oposición violenta y resuelta que se le hizo a la exposición armoniosa de las Escrituras que revelaban el ministerio de Cristo en el Santuario celestial. Los hombres trataron de cerrar la puerta que Dios había abierto y de abrir la que él había cerrado. Pero “el que abre, y ninguno cierra, y cierra, y ninguno abre”, había declarado: “He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie podrá cerrar”. Apocalipsis 3:7, 8, Cristo había abierto la puerta, o ministerio, del Lugar Santísimo, la luz brillaba desde la puerta abierta del Santuario celestial, y se vio que el cuarto mandamiento estaba incluido en la ley allí guardada; lo que Dios había establecido, nadie podía derribarlo.
Los que habían aceptado la luz referente a la mediación de Cristo y a la perpetuidad de la ley de Dios encontraron que éstas eran las verdades presentadas en. Apocalipsis 14. Los mensajes de este capítulo constituyen una triple advertencia, que sirve para preparar a los habitantes de la Tierra para la segunda venida del Señor. La declaración: “Ha llegado la hora de su juicio”, indica la obra final del ministerio de Cristo para la salvación de los hombres. Proclama una verdad que debe seguir siendo proclamada hasta el cese de la intercesión del Salvador y su regreso a la Tierra para llevar a su pueblo consigo. La obra del juicio que comenzó en 1844 debe continuar hasta que sean falladas las causas de todos los hombres, tanto de los vivos como de los muertos; de aquí que deba extenderse hasta el fin del tiempo de gracia concedido a la humanidad. Y para que los hombres estén debidamente preparados para subsistir en el juicio, el mensaje les manda: “Teman a Dios y denle gloria... adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales”. El resultado de una aceptación de estos mensajes está indicado en las palabras: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Apocalipsis 14:7 (NVI), 12. Con el fin de estar preparado para el juicio, el hombre tiene que guardar la ley de Dios. Esta ley será el patrón para medir el carácter en el juicio. —APOCALIPSIS 11:19
[V.19-> El templo. Ante Juan se presenta una visión el templo de Dios, con “el arca de su pacto” como centro de la visión. En el santuario terrenal, que era una “reproducción del verdadero” (Heb 9:24, BJ) que está en el cielo, el arca estaba en el lugar santísimo, que era el centro del servicio del día de la expiación, día que simbolizaba el juicio. Durante el transcurso de la séptima trompeta Juan ve el templo de Dios en el cielo, y específicamente “el arca de su pacto”, lo cual significa que ha comenzado la segunda y última parte del ministerio celestial de Cristo, que corresponde con el simbólico día de la expiación. Otros pasajes revelan que esta fase final de la obra de Cristo comenzó en 1844 (ver com. Dan 8:14). Por lo tanto, los adventistas del séptimo día colocan el comienzo de la séptima trompeta en ese año. El arca de su pacto. Dentro del santuario terrenal estaban los Diez Mandamientos, la inmutable ley moral de Dios para todos los hombres en todas las edades. Ningún creyente en Dios en el tiempo de los judíos podía imaginarse el arca sin pensar inmediatamente en los Diez Mandamientos del Sinaí escrito con su dedo Éxodo 20:1,17 . La visión de Juan del arca celestial comprueba elocuentemente que en las últimas horas de la tierra la gran ley moral del Sinaí de Dios será el centro del pensamiento y de la vida de todos los que se esfuerzan por servir a Dios en espíritu y en verdad (ver com. Ap 12:17; Ap 14:12; cf. CS 486). Relámpagos, voces, truenos. Como en la séptima plaga (Ap 16:18). Un terremoto. Como en la séptima plaga (Ap 16:18-19; cf. com. Ap 11:13). Grande granizo. Como en la séptima plaga (Ap 16:21). ] “En su investigación descubrieron que el Santuario terrenal, edificado por Moisés al mandato de Dios de acuerdo con el modelo que se le mostró en el monte, era un símbolo para ese tiempo, en el cual se presentaban ofrendas y sacrificios; que sus dos lugares santos eran figuras de las cosas celestiales; que Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, es ministro del Santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre ver. Hebreos 9:9; 8:5, 2... CES 17.4
“El Santuario celestial, en el cual Jesús ministra en favor de nosotros, es el gran original, del cual el Santuario edificado por Moisés fue una copia... CES 18.1
“El esplendor sin par del Santuario terrenal reflejaba ante la vista humana las glorias del templo celestial donde Cristo, nuestro precursor, ministra por nosotros ante el trono de Dios. CES 18.2
“Así como en el Santuario terrenal había dos compartimientos, el Santo y el Santísimo, así hay dos lugares santos en el Santuario celestial. Y el arca que contiene la ley de Dios, el altar del incienso y otros instrumentos de servicio que se encontraban en el Santuario terrenal también tienen su contraparte en el Santuario de arriba. En santa visión se le permitió al apóstol Juan entrar en el cielo y allí él contempló el candelabro y el altar del incienso, y cuando ‘el templo de Dios fue abierto’ vio ‘el arca de su pacto’. Apocalipsis 4:5; 8:3;Jesús regresa en gloria rodeado por una nube de ángeles—Con cantos celestiales los santos ángeles, en inmensa e innumerable muchedumbre, le acompañan en el descenso. El firmamento parece lleno de formas radiantes—“millones de millones, y millares de millares”—. Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor... A medida que va acercándose la nube viviente, todos los ojos ven al Príncipe de la vida. Ninguna corona de espinas hiere ya sus sagradas sienes, ceñidas ahora por gloriosa diadema. Su rostro brilla más que la luz deslumbradora del sol de mediodía... SVC 32.2
El Rey de reyes desciende en la nube, envuelto en llamas de fuego. El cielo se recoge como un libro que se enrolla, la tierra tiembla ante su presencia, y todo monte y toda isla se mueven de sus lugares. “Vendrá nuestro Dios, y no callará: fuego consumirá delante de él, y en derredor suyo habrá tempestad grande. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo”. Salmos Apoc 22: 19 Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro.»
20 Dice el que da testimonio de todo
esto: «Sí, vengo pronto.» ¡Amén!
¡Ven, Señor Jesús!
21 Que la gracia del Señor Jesús sea
con todos. ¡Amén!
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LA FALSA UNIDAD GLOBAL TRAS LA MARCA DE LA BESTIA.
La encíclica del Papa Francisco sobre la fraternidad y la amistad social Catecismo domingo .666 Apoc 13:17,y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre. 18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666. Mientras la observancia del falso día de reposo (domingo), en acatamiento a la ley del Estado y en oposición al cuarto mandamiento, será una declaración de obediencia a un poder que está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo (sábado), en obediencia a la ley de Dios, será señal evidente de la lealtad al Creador. Mientras que una clase de personas, al aceptar el signo de la sumisión a los poderes del mundo, recibe la marca de la bestia, la otra, por haber escogido el signo de obediencia a la autoridad divina, recibirá el sello de Dios.—Si se os ha presentado la luz de la verdad que revela el día de reposo señalado por el cuarto mandamiento Éxodo 20:8,11cap31:12,18 , y que muestra que en la Palabra de Dios no hay fundamento para la observancia del domingo, y sin embargo seguís aferrándoos al falso día de reposo, rehusando observar el sábado séptimo día que Dios llama “mi día santo ”, recibís la marca de la bestia. ¿Cuándo ocurre esto? Cuando obedecéis el decreto que os ordena dejar de trabajar el domingo para adorar a Dios, mientras sabéis que no hay una sola palabra en la Biblia que muestre que el domingo no sea un día de trabajo, común, entonces consentís en recibir la marca de la bestia y rechazáis el sello de Dios Apoc 7:2cap9:4 .
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YA VIENE LA MARCA DE LA BESTIA TU QUIERES SER MARCADO CRISTO ADVIERTE SUS CONSECUENCIAS.
LA MISA DOMINGO CATECISMO ES LA MARCA DEL PAPADO LA BESTIA APOC 13:17,18,14:8,11 LA MARCA DE RECIBIR LAS PLAGAS Y LA MUERTE ETERNA.APOC 16,CAP19:20.
La ley del cielo Sinaí como norma divina
Si Dios no tuviera una ley como principio moral, por la que cada caso ha de ser evaluado, no habría juicio y, por lo tanto, los seres humanos no podrían ser juzgados. Si no hemos sido hallados en armonía con las normas de Dios en esta vida, tampoco estaremos en armonía con sus requisitos en la vida futura.
¿Qué excusas tenemos en este momento para no actuar en conformidad con las leyes del gobierno de Dios? ¿Y qué pretexto podremos dar en el día del juicio por la desobediencia a sus mandamientos? ¿Acaso dirás: «Todo el mundo desobedecía la ley de Dios, y pensé que no yo no era el único». En aquel día esa excusa no será aceptada. Podemos presentar excusas ahora, pero no nos atrevere-mos a presentarlas ante el Juez de toda la tierra. Tan pronto como los libros sean abiertos y los caracteres que están escritos allí sean sacados a la luz, toda boca será cerrada, porque su culpabilidad les será claramente manifestada a ellos así como a Dios. Entonces todos verán en qué se apartaron del camino recto, discernirán la influencia que tuvieron sobre sus semejantes al desviarse de la justicia divina, y apartarlos de los caminos de verdad y de santidad. Aquel día todos entenderemos exactamente qué hicimos para deshonrar al Dios del cielo violando su ley. SE1 35.2
Todos los que resuciten cuando Cristo vuelva en las nubes del cielo, y los que estén vivos, acudirán ante el tribunal de Cristo. Los hechos y acciones que pensábamos habían sido realizados en secreto, donde ningún ojo podía verlos, serán dados a conocer. Un ojo vio y registró todos los actos realizados por los seres humanos.
El juicio comenzo y los libros fueron abiertos de toda la humanidad desde la creación Adán y Eva hasta el último al regreso de Cristo.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Daniel 7:10.
Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de los hombres, determinarán los fallos del juicio. El profeta Daniel dice: “El Juez se sentó, y los libros se abrieron”. San Juan describiendo la misma escena en el Apocalipsis, agrega: “Y otro libro fue abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12.
El libro de la vida contiene los nombres de todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios. Jesús dijo a sus discípulos: “Gozaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”. Lucas 10:20. San Pablo habla de sus fieles compañeros de trabajo, “cuyos nombres están en el libro de la vida”. Filipenses 4:3. Daniel, vislumbrando un “tiempo de angustia, cual nunca fue”, declara que el pueblo de Dios será librado, es decir, “todos los que se hallaren escritos en el libro”. Daniel 12:1. Y San Juan dice en el Apocalipsis que sólo entrarán en la ciudad de Dios aquellos cuyos nombres “están escritos en el libro de la vida del Cordero”. Apocalipsis 21:27.
Delante de Dios está escrito “un libro de memoria”, en el cual quedan consignadas las buenas obras de “los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre”. Malaquías 3:16. Sus palabras de fe, sus actos de amor, están registrados en el cielo. A esto se refiere Nehemías cuando dice: “¡Acuérdate de mí, oh Dios mío,... y no borres mis obras piadosas que he hecho por la Casa de mi Dios!” Nehemías 13:14. En el “libro de memoria” de Dios, todo acto de justicia está inmortalizado. Toda tentación resistida, todo pecado vencido, toda palabra de tierna compasión, están fielmente consignados, y apuntados también todo acto de sacrificio, todo padecimiento y todo pesar sufridos por causa de Cristo. El salmista dice: “Tú cuentas los pasos de mi vida errante: pon mis lágrimas en tu redoma: ¿no están en tu libro?” Salmos 56:8...
La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada e imputada ya como señal de fidelidad ya de infidelidad. Frente a cada nombre, en los libros del cielo, aparecen, con terrible exactitud, cada mala palabra, cada acto egoísta, cada deber descuidado, y cada pecado secreto, con todas las tretas arteras...
Todo el más profundo interés manifestado entre los hombres por los fallos de los tribunales terrenales no representa sino débilmente el interés manifestado en los atrios celestiales cuando los nombres inscritos en el libro de la vida desfilen ante el Juez de toda la tierra. El divino Intercesor aboga por que a todos los que han vencido por la fe en su sangre se les perdonen sus transgresiones, a fin de que sean restablecidos en su morada edénica y coronados con él como coherederos del “señorío primero”. Miqueas 4:8.
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De: sukamin |
Enviado: 23/06/2022 09:30 |
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ESCRITO EDTA EN LA SANTA BIBLIA CUMPLIENDOSE PRESTO Apocalipsis 14 Los mensajes de los tres ángeles en su contexto más amplio.Apoca 10:11 Entonces me dicen: «Tienes que profetizar otra vez contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.»cap11:4 Ellos son los dos olivos y los dos candeleros que están en pie delante del Señor de la tierra.cap14:6 Luego vi a otro Angel que volaba por lo alto del cielo y tenía una buena nueva eterna que anunciar a los que están en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo.
La proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel ha sido establecida por la Palabra inspirada. No debe alterarse ni la parte más mínima. Ninguna autoridad humana tiene más derecho de cambiar la ubicación de estos mensajes que la que posee para sustituir el Antiguo Testamento por el Nuevo. El Antiguo Testamento es el Evangelio expresado en figuras y símbolos. El Nuevo Testamento es la realidad. El uno es tan esencial como el otro. El Antiguo Testamento presenta lecciones provenientes de los labios de Cristo, y esas lecciones no han perdido su fuerza en ningún detalle. El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial como en cualquier tiempo pasado que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz; debemos mostrar su secuencia y la aplicación de las profecías que nos conducen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercer mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al mundo estos mensajes mediante publicaciones y conferencias que muestren en el ámbito profético las cosas que han sido y las que serán. El libro que fue sellado no fue el Apocalipsis, sino la porción de la profecía de Daniel que se refería a los últimos días. La Escritura dice: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”. Daniel 12:4. Cuando se abrió el libro se proclamó: “El tiempo no será más”. Véase Apocalipsis 10:6. Ahora ha sido abierto el libro de Daniel, y la revelación hecha por Cristo a Juan debe llevarse a todos los habitantes de la tierra. Mediante el aumento del conocimiento debe prepararse a un pueblo para que resista en los últimos días. Cap 14:7 Decía con fuerte voz: «Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua.»
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