Investigaciones recientes alertan sobre la posibilidad de sufrir disminución de la función cognitiva por falta de Vitamina D.
La luz directa del Sol es la encargada de sintetizar la Vitamina D en la piel, y todas las prevenciones para evitar la exposición solar en forma drástica pueden acentuar esta deficiencia, debido principalmente a los cuidados excesivos para prevenir el cáncer de piel; que afecta este proceso, aún exponiéndose al Sol con el uso de cremas protectoras.
La vitamina D, además de ser responsable de intervenir en muchas actividades del organismo, protege los huesos y regula las concentraciones de calcio; pero actualmente se está prestando atención en qué medida afecta su carencia en su relación con las funciones cerebrales.
Los estudios científicos sobre este tema han llevado a los investigadores a pensar que también la vitamina D interviene en la protección de las neuronas y en la reducción de la inflamación.
Según manifiesta Robert J. Przybelsky, de la Facultad de Medicina y salud pública de la Universidad de Wisconsin, todo el sistema nervioso central y también el hipocampo, tienen receptores para procesar la vitamina D, que también actúa en las enzimas del cerebro y del líquido encéfaloraquideo, que son las que, en parte, se ocupan de la síntesis de neurotransmisores y del desarrollo nervioso.
En el Reino Unido, David Llewellyn, de la Universidad de Cambridge, evaluó junto con su equipo a 1700 personas, de ambos sexos, desde 65 años y más, examinando sus funciones cognitivas, según una previa clasificación en cuatro grupos, a partir de sus distintas concentraciones de Vitamina D en sangre; y los resultados obtenidos mostraron que a menores valores de Vitamina D, más bajo era el rendimiento cognitivo.
Otro estudio realizado en la Universidad de Manchester, con 3100 hombres entre 40 y 79 años, de ocho países de Europa, demostró que los individuos que registraban menores niveles de Vitamina D en sangre eran más lentos en procesar la información, principalmente en los sujetos de 60 años.
Estos estudios en humanos resultan de mucha importancia, ya que el cerebro es el órgano que guarda aún gran cantidad de misterios.
Aunque se acepta que las deficiencias en la cognición también pueden relacionarse con bajos valores de vitamina D, aún no se conoce, con estudios a largo plazo, el efecto que puede producir elevar los niveles de Vitamina D, ni si este procedimiento puede devolver las facultades mentales perdidas.
Los científicos que se ocupan de investigaciones sobre la enfermedad de Alzehimer, están tratando de aclarar estas cuestiones, estudiando el efecto que puede tener administrar un suplemento de Vitamina D a adultos mayores normales residentes en comunidades de pares, para constatar el nivel de influencia que puede tener esta carencia en su capacidad cognitiva.
Los investigadores están de acuerdo en considerar que una toma diaria de entre 1000 y 2000 IU diarias sería lo que el cuerpo puede sintetizar, exponiéndolo a la luz solar de quince a treinta minutos, dos o tres veces por semana.
Sin embargo, no todas las personas son exactamente iguales, porque difieren por el color de su piel, el lugar donde viven y también porque estos valores dependen de la cantidad de piel que exponen al sol; todos factores que influyen sobre la cantidad de vitamina D que producen.
Como resulta con todas las recetas médicas, no existen remedios sin contraindicaciones, por lo tanto, las personas más propensas a desarrollar cáncer de piel, que tengan un tipo de piel muy clara y muy sensible a la luz solar, deberán contar con la opinión de un especialista dermatólogo.
Porque aunque la vitamina D sea beneficiosa para la capacidad cognitiva, primero hay que lograr llegar a viejo.
Fuente: “Investigación y Ciencia-Mente y Cerebro”, “¿Es importante la Vitamina D?”, Diane Welland.