Astrología Egipcia
La astrología ha jugado un papel importante en la sociedad desde el principio de la civilización, e incluso quizá antes que eso. Su influencia puede ser vista en casi todo el mundo. La historia de la astrología es larga, y la creencia común es que sus orígenes se encuentran con los griegos. Sin embargo, una mirada más cercana demuestra que la astrología ya existía mucho antes, y los egipcios tenían mucho que ver con ello.
La Magia de la civilización egipcia es especial y única en el mundo. Sus conocimientos acerca del mundo de los muertos y de los misterios de los cielos hicieron de los egipcios una gran civilización.
En las cartas del Tarot se recogen todas las posibilidades de conducta, es en este sentido, un esquema de los manuales mnemotécnicos usados en la Edad Media, para ayudar a la memoria, y en ellas se intenta agrupar toda la sabiduría del Antiguo Egipto.
Las cartas muestran pautas de conducta que engloban prácticamente todas las situaciones que se pueden producir en la vida de una persona. El Tarot Egipcio como Oráculo de los Faraones proviene del Gran Libro de Thot, un papiro superviviente de azarosas y dramáticas historias. Thot, el maestro de los maestros, llegó a Egipto desde la constelación de Sirio, mediante un objeto volador, con siete sabios que le acompañaron para traer todo su saber a los pobladores del planeta Tierra.
Aquel papiro desapareció y fue quemado, pero alguien se ocupó de que no se perdiera y su copia apareció más tarde en manos de uno de los hijos de Ramsés II. Todo cuanto era posible conocer respecto al mundo, tanto visible como invisible fue resumido en setenta y ocho figuras. En ellas se recogen todas las posibilidades de conducta, es en este sentido, un esquema de los manuales mnemotécnicos usados en la Edad Media, para ayudar a la memoria intentando agrupar toda la sabiduría del Antiguo Egipto.
Las cartas muestran pautas de conducta que engloban prácticamente todas las situaciones que se pueden producir en la vida de una persona, contienen la esencia vital de todo cuanto el hombre ha podido conocer o intuir, sintetizando en símbolos las enseñanzas morales y metafísicas que el pensamiento humano ha sabido acumular a lo largo de su historia.