Pocos saben de su existencia, pero en la Cartuja tenemos un cactus que tiene 14 metros de altura, un peso de 18 toneladas y cientos de años de edad, 1500 según algunas estimaciones
.
El cactus gigante, también llamado Sahuaro o Cardón, fue un regalo del gobierno de México a España y se situó en el hermoso jardín del pabellón mexicano diseñado por Juan Siles Aguilera.
Trasladar el Sahuaro a Sevilla fue toda una odisea. Primero se selecciono el ejemplar de entre los cientos que hay en el Valle de los Gigantes de Mexicalí, en Nueva California:
Se escogió el que se encontraba en mejor estado de entre los más esbeltos que además tenia una historia curiosa puesto que en 1975 ya se barajo la posibilidad de trasladarlo al Ayuntamiento de Mexicalí por su belleza, aunque se desecho la idea por su coste y su complejidad técnica. En su lugar se erigió una replica en hormigón:
El 14 de diciembre de 1991 comenzaron los trabajos para trasladar el cactus a Sevilla. La noticia corrió como la pólvora entre los habitantes de la zona, muchos se sintieron orgullosos de que algo suyo suyo viajara a España para representar a su país en la Exposición Universal pero también hubo mucho que se manifestaron en contra e intentaron impedirlo, incluso se trató el tema en el Congreso del Estado suspendiéndose los trabajos el 23 de enero.
Un mes después se reanudaron al asegurar los técnicos que el cactus no sufriría ningún daño al ser extraído completo con sus 10 metros de raíces.
Para conseguirlo se diseño una enorme jaula metálica y se trabajo sin descanso, dia y noche:
La jaula quedó ajustada al sahuaro como un guante:
La extracción del cactus se convirtió en un acontecimiento mediático y prensa y televisión informaban de la marcha de los trabajos. Cientos de personas, muchos de ellos turistas norteamericanos, se trasladaron hasta el Valle de los Gigantes para ver los trabajos in situ.
La polémica surgida en torno al traslado del cactus provoco que el congreso mexicano declarara el lugar Santuario de los Cardones gracias a lo cual la zona está actualmente protegida y es punto de atracción turística:
El 17 de marzo y con la ayuda de tres grúas se consiguió extraer el cactus después de varios días intentándolo. El cajón ideado para las raíces se relleno de material sintético para mantenerlo húmedo.
Para trasladarlo se utilizó un trailer de treinta ruedas que sufrió un hundimiento en la arena del que tuvo que ser auxiliado por varias grúas, algunas de las cuales también sufrieron las consecuencias del desierto:
El dia 18 de marzo el cardón llegó a la localidad de San Felipe donde miles de personas esperaban para despedirlo entonando cánticos populares. Algunos grupos ecologistas intentaron boicotear el acto. En la jaula del cactus se leía la inscripción:
"SAHUARO, SAN FELIPE, B. C. PUEBLO NATAL, TE DESEA FELIZ VIAJE A ESPAÑA"
Si la extracción del cactus fue una odisea, el viaje no lo fue menos debido a la precariedad de las carreteras de la zona, a lo especial del transporte y a la inminente fecha de inauguración de la Expo. Para colmo los ecologistas esperaban en el puerto de Veracruz para sabotear la salida. NO LLEGARÍAN A TIEMPO!!!
Pero cuando todo estaba perdido ocurrió el milagro, un avión ruso se encontraba varado en San Diego por falta de dinero, Juan Siles llegó a un acuerdo económico con ellos para el traslado del cactus desde Hermosillo (Sonorá
hasta Sevilla.
El trailer tuvo que recorrer unas treinta horas más de viaje y la jaula se resintió, por lo que tuvo que ser reparada. El cactus llegó al aeropuerto de Hermosillo el dia 21 de marzo escoltado por la policia federal.
Una vez cargado en el avión este despegó rumbo a Miami (Florida) donde hacia escala sin percatarse de que dentro viajaba uno de los técnicos del traslado, Alfredo Silvestre, que estaba terminando de ajustar la jaula dentro del avión y que al no hablar inglés no entendió las indicaciones de los pilotos, por lo que se encontró viajando a España sin equipaje y sin pasaporte ni dinero.
En la noche del dia 22 el avión partió de Miami hacia el aeropuerto de Sevilla donde llegó en la mañana del 23 de marzo de 1992. Las autoridades españolas se encontraron con Alfredo en el avión que les declaró que estaba muy cansado y que habia perdido la noción del tiempo, pero que estaba muy feliz de estar en la madre patria a la que traía un presente milenario para la Expo. La policia se hizo cargo de la situación de indocumentación del técnico concediéndole un permiso especial: "Estas en tu casa, como mexicano eres bienvenido a España".
Pero los problemas no habían acabado, no se encontró ninguna grúa disponible para descargar el cactus y hubo que hacerlo con las propias del Aeropuerto y la ayuda de decenas de voluntarios que arrastraron la jaula hasta fuera de la pista para que el aeropuerto pudiera seguir operando.
Por la tarde un trailer traslado el cactus a la Isla de la Cartuja sonde continuaron los problemas al no poder entrar por el Alamillo y tener que desviarse por la recién construida ronda Supernorte. Al llegar al pabellón, más inconvenientes, el acceso a la zona donde debía colocarse está bloqueado y hay que contratar dos enormes guas para elevar el sahuaro por encima del pabellón de México.
En la tarde del 23 de marzo el bello ejemplar quedó colocado en su lugar definitivo, momento en el que Alfredo por fin pudo respirar tranquilo. Jacinto Pellón invito al técnico mexicano a visitar las obras de la Expo y se hizo cargo de los gastos de estancia y repatriación de Alfredo. Pero el pobre hombre al llegar a Estados Unidos fue arrestado por no traer documentación y tuvo que mediar la embajada española ya que la historia que el hombre contaba de que había llevado un cactus gigante a España como que no era muy creíble
. Le dejaron ir no sin antes multarle con con 90 dolares.
Durante los seis meses de la Exposición Universal el sahuaro gigante lucio en todo su esplendor junto al pabellón de México donde los visitantes se hacían fotos ignorando la odisea que supuso traerlo a Sevilla.
Después, como tantos otros legados de la Exposición, quedó en el olvido...
, aunque hay sigue el sahuaro, aclimatandose como puede al clima sevillano:
Vino a visitar la Expo y se quedo a vivir entre nosotros regalándonos cada dia una de las imágenes más evocadoras de las que se puede disfrutar en la Cartuja.
Creo que ya va tocando que las autoridades muestren interés por él y se le dote de unos cuidados periódicos y de un mantenimiento que asegure su supervivencia.
Mil gracias a Concepción Guzmán (Mexicalí, México) por su aportación para la elaboración de este reportaje..