Hombres.
Era una pareja de esposos, y cada vez que el marido le daba problemas, la mujer le daba duro.
Un día él dijo:
Esta mujer me las va a pagar, y se fue de la casa para aprender karate. Después de un largo tiempo regresó. Llega a la casa y de una patada abre la puerta y le dice a su mujer: ¡Yaaaaaaa!
Y se levanta ella y lo agarra y le dice:
¿Ya qué?
Y él le responde:
¡Ya vine mi amor!
Rafael de Córdoba, España.