Jessica era una niña preciosa, apenas contaba cuatro años cuando quedó huérfana de madre, demasiado joven para no tener a su lado a la amiga que la guiase por el camino de la vida.
Ella soñaba con ser grande.... El tiempo pasó y se convirtió en una preciosa muchachita pretendida por muchos jóvenes, hasta que conoció el amor, esa persona que le brindaba cobijo, la protegía con su fuerte naturaleza y compartían esa complicidad que se suele dar cuando dos personas se aman.
Un día tras una gran discusión se rompió el encanto, su gran amor se marchó lejos y la pobre Jessica se vio desamparada sin poder contar a nadie cual era su tristeza, había perdido al amor de su vida, aquel hombre que prometía envejecer junto a ella y que ahora se olvidaba de sus promesas.
Entonces se acordó de su madre, se puso a llorar echada en la cama lamentando no tener a su lado alguien que pudiese consolarla, que le diese los mimos que ahora necesitaba... Se sentía la mujer mas desgraciada del mundo, y así se quedó dormida. En sueños recordó a su madre, pero por mucho que intentase reconstruir su cara, no podía y esa impotencia la sumió, todavía más si cabe, en una inmensa languidez... "Mamá ¿porqué no consigo verte?" le dijo ella en sueños. No podía recordar los rasgos de su madre, porque ella era demasiado pequeña cuando se fue... Entonces una inmensa luz blanca apareció ante sus ojos, y oyó como una voz suave le susurraba... "cariño levántate y mírate en el espejo" ella le preguntó ¿Pero tú quien eres? y la voz le contestó "Soy el guardián de tus recuerdos".
Jessica se levantó de la cama algo temerosa y se miró al espejo, este le devolvió la imagen de su rostro, unos preciosos ojos negros, nariz respingona y una preciosa boca de labios carnosos.
Entonces le preguntó la voz ¿Qué ves? y ella le dijo:
- Veo mi rostro en el espejo.... pero yo quiero ver a mi madre.
Entonces la voz le dijo... esa que vez reflejada es la cara de tu madre.
Al tiempo Jessica se despertó, recordando perfectamente su sueño, se fue ante el espejo y se miró, entonces vio como la cara le sonreía... y le pareció escuchar la voz de su madre que le decía:
"Siempre estaré dentro de ti"
Danae