Esta es la noche: el reino de las horas quietas, momentos interminables, los sueños en el silencio y tu imagen en la memoria; sin olvidar ni un instante tus ojos color de gloria, el terciopelo de tu voz y el cielo en tu rostro de hada, ¡tu persona tan amada y, muy pronto, juntos los dos!
Esta es la noche en mi mente, cuando todo se detiene y tan sólo tu imagen viene tan dulce, tan suavemente, más allá de la distancia, del tiempo y la lejanía, hasta llenar el alma mía con su paz tibia y silente.
¡Te quiero fervientemente! y es este amor mi alegría; ¡mi noche se torna en día con tu luz: siempre presente!