Pulseras holográficas: producto
milagro..PURO CUENTO
Las pulseras holográficas que tanto éxito están teniendo
son, simple y llanamente, otro producto milagro como los que desde la
OCU venimos denunciando desde hace años. Sus pretensiones carecen de
fundamento científico: ¿está dispuesto a pagar 35 euros por un mero
placebo?
Retrato de un producto milagro
- Una afirmación indiscutible: “el cuerpo humano está
formado por células que mantienen una actividad físico-mecánica y
química, pero también eléctrica”…
- Una explicación simplemente indemostrable: “restaura el
equilibrio electromagnético de tu cuerpo aislando a cada célula viva de
los factores externos que le impiden funcionar al 100% de sus
capacidades”
- Enunciados absurdos, que no resisten un análisis serio, pero que
adornados de palabrería pseudo-científica son capaces de engañar al
consumidor incauto o, simplemente, lego en la materia: “hologramas
integrados con frecuencias que reaccionan positivamente con el campo de
energía del cuerpo”
- Toda una red de testimonios por activa (declaraciones sobre las
bondades del producto) o por pasiva (dejarse fotografiar con él) tanto
de famosos como de personas desconocidas que nos infundan confianza y
cercanía.
- Y lo más importante: un precio suficientemente elevado.
- Si además se puede vender el producto en farmacias, mejor que
mejor…
Todos estos elementos caracterizan, paso por paso, lo que desde la
OCU llamamos “producto milagro”: productos, materiales, sustancias,
alimentos, cosméticos o aparatos de diverso tipo que prometen, bajo
enunciados indemostrables, efectos supuestamente beneficiosos sobre la
salud de las personas.
Pueden alegar, e incluso funcionar, como remedio para trastornos y
enfermedades de todo tipo, pero en la mayoría de los casos su publicidad
se limita a meras promesas sobre circunstancias de nuestra salud que
dependen básicamente de nuestra percepción subjetiva (fuerza,
resistencia, elasticidad, equilibrio, energía, vigor o estado de ánimo).
Las famosas pulseras holográficas
Uno de estos productos está conociendo en estos momentos un éxito
inusitado. Se trata de las pulseras holográficas. La más conocida es la
pulsera “Power Balance”, pero no es la única, y ya cuenta con varias
imitaciones.
El boom de estas pulseras holográficas es una especie de “revival” de
las pulseras electromagnéticas que tan populares fueron hace ya
bastantes años.
A diferencia de aquellas pulseras, ahora el elemento que
supuestamente produce el efecto beneficioso es un simple holograma, en
el cual, según reza el envoltorio de la pulsera holográfica, se habrían “incrustado
frecuencias naturales halladas en la naturaleza”.
Ésta es una afirmación absurda en sí misma: la holografía no
es más que una técnica fotográfica que permite recrear imágenes
tridimensionales, que ni genera ni puede almacenar “frecuencias” (un
concepto físico-matemático que mide simplemente el número de
repeticiones de un fenómeno en una unidad de tiempo dada). Poco importa:
de lo que se trata es de hacer creer que el producto es efectivo.
Es posible que haya personas que perciban un efecto beneficioso
usando la pulsera holográfica, pero el poder de nuestra mente para
variar la percepción de un mismo fenómeno en función de nuestra
predisposición previa es sorprendente.
En cualquier caso, el coste de este producto (35 euros en el caso de
la pulsera Power Balance) es demasiado elevado para algo que no deja de
ser un placebo.
BESS..