Dietas hipocaloricas

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Clave 1: El mito de las calorías

El cuerpo humano está diseñado para subir de peso y mantenerlo a toda costa. Dependemos de esto para sobrevivir. A menos que afrontemos este dato científico, nunca lograremos alcanzar y mantener un peso saludable. Los doctores y los consumidores creen por igual que comer demasiado y ser glotón son las causas de nuestra obesidad epidémica. La ciencia nos cuenta una historia diferente: ¡no es tu culpa si tienes sobrepeso!

Hay que llevar la investigación a la práctica médica.

El mito de las calorías es el siguiente:

Si mis necesidades energéticas son de 2,000 calorías diarias, y gasto 2,500, sufriré un déficit de 500 calorías. Entonces mi cuerpo usará ese déficit de energía necesaria de las grasas de reserva. Así que pierdo peso!!!

Si por el contrario consumo 3,000 calorías diarias y mis necesidades son de 2,500, crearé un excedente de 500 calorías, que serán almacenadas en forma de grasas de reserva.

¡Es matemático! La fórmula resulta de una ecuación que se inspira directamente en la teoría de Lavoisier sobre las leyes de la termodinámica.

En 1930 dos médicos Norteamericanos, los doctores 'Newburgh' y 'Johnston' presentaron en sus publicaciones la idea de que “la obesidad era el resultado de una alimentación demasiado rica en calorías, más que de una deficiencia del metabolismo”.

Años después, ambos investigadores – preocupados quizá por la polvareda que habían levantado con su descubrimiento-presentaron tímidamente serias reservas con respecto a las conclusiones a que habían llegado, realizados en un tiempo demasiado corto y con un número muy limitado de observaciones para aportar un fundamento científico serio.

Lo que no tuvieron en cuenta es que el cuerpo humano está diseñado para mantener el peso a toda costa. Si no, como sobrevivieron los prisioneros en los campos de concentración durante casi cinco años con solo 700 calorías diarias. Deberían haber muerto a las pocas semanas. La teoría de las calorías no tiene fundamento.

Si las necesidades diarias del hombre son de 2,500 calorías pero al ponerse a dieta, la ración cae a 2000, se producirá en efecto una combustión equivalente de grasas de reserva para compensar el desequilibrio y se podrá comprobar una perdida de peso temporal.

En cambio, si la aportación calórica se establece en un nivel de 2000 calorías (contra las 2,500 calorías anteriores) el organismo, animado por su instinto de conservación, ajustará rápidamente sus necesidades energéticas al nivel de la aportación. Puesto que sólo se le dan 2000 calorías, no consumirá más que 2000 y la perdida de peso se verá rápidamente interrumpida.

Estamos diseñados para subir de peso:

Pero el organismo no se mantendrá ahí. Su instinto de conservación lo empujará a una mayor prudencia. Y esta prudencia será de tal magnitud que lo llevará a hacer reservas. Si ahora no se le dan más que 2,000 calorías, pues nada! Disminuirá aún más sus necesidades energéticas, por ejemplo, a 1,700 calorías para así almacenar las restantes 300 en grasas de reserva.

De esta manera se llega a un resultado contrario al esperado ya que, paradójicamente, nuestro hombre engordará aunque coma menos.

Así que la conclusión es que si quieres aprender a comer para adelgazar;