¿Qué es la enfermedad llamada Síndrome Hemolítico Urémico
?
La enfermedad es producida por una bacteria: la
escherichia coli
enterohemorrágica y se encuentra principalmente en carnes de vacuno, de
porcino
y de lácteos contaminados. Si la carne no está bien cocida, la bacteria
sobrevive y entra a través de la vía digestiva, se anida en el colon y
libera
una toxina que es como un veneno que destruye las células. La toxina
pasa al
torrente sanguíneo y daña los glóbulos rojos anemia hemolítica y los
riñones
provocando uremia, y, en los casos más graves, ataca las células
cerebrales. Los
niños pueden tener convulsiones y entrar en coma.
Es una enfermedad que afecta principalmente al riñón, con otras
alteraciones en
la sangre, especialmente en los glóbulos rojos y plaquetas y en menor
medida
otros órganos como el hígado y cerebro.
En el riñón produce una insuficiencia renal, es decir una falla en
cumplir la
función de eliminar los desechos que se producen diariamente y el agua
que el
niño ingiere con los alimentos.
En la sangre se produce una destrucción de los glóbulos rojos y las
plaquetas
que llevan a la anemia y los sangramientos, hechos característicos de
estos
pacientes.
En los otros órganos produce una vasculitis, es decir enfermedad de los
vasos
sanguíneos que pueden llega a producir hemorragias en los órganos
afectados.
¿ Cómo se puede reconocer esta enfermedad ?
Un estudio demostró que la bacteria producía una toxina que
desgraciadamente
encuentra receptores en nuestra especie humana. Esta toxina encaja "como
llave
en la cerradura", en receptores que tenemos en los riñones, en los
glóbulos
rojos y en las células cerebrales. Por eso, el daño que ocasiona se
caracteriza
por la insuficiencia renal aguda, la anemia hemolítica, que es la
destrucción de
los glóbulos rojos, y, en algunos pacientes, también se da un compromiso
neurológico.
¿Porque no a los adultos?
A los adultos no les afecta mayormente, lo que indica que se va
adquiriendo
inmunidad con el paso del tiempo. Sin embargo, en los niños menores de 8
años el
peligro es alto: entre un 7 y un 10 por ciento de los infectados se
enferma de
SHU. Si bien la tasa de mortalidad se ha reducido, el drama son las
secuelas,
que pueden ir desde hipertensión arterial de por vida, hasta
insuficiencia renal
crónica, pasando por dificultades en el aprendizaje, entre otras.
Se presenta más frecuentemente en niños, entre 6 meses a 2 años, sin que
se deba
dudar del diagnóstico si aparece en edades mayores.
Habitualmente el niño ha tenido una diarrea con sangre y fiebre, al
finalizar la
diarrea y cuando el niño parece mejorar, bruscamente se coloca muy
pálido, se
decae intensamente, presenta sangramientos como manchas violeta (
moretones ) o
sanguinolentas en la piel, y deja de producir orina.
En las formas graves puede haber hemorragias importantes y en algunos
casos la
primera manifestación de la enfermedad pueden ser los signos de una
hemorragia
cerebral ( convulsiones, coma).
Producto de la falta de eliminación de líquidos, el niño puede también
presentar
hinchazón especialmente en párpados, manos y piernas.
Excepcionalmente la diarrea no es el cuadro infeccioso que lo inicia,
sino
infecciones pulmonares como bronconeumonías o bronquitis.
¿Es una enfermedad frecuente?
El Síndrome Hemolítico Urémico (SHU) es la causa más frecuente de
insuficiencia renal aguda en niños lactantes (6 meses a 2 años) y
preescolares
(2 a 5 años). Sobre estas edades es rara su aparición y en el adulto,
prácticamente no se le conoce, al menos en la forma pediátrica. Se
desconoce la
razón que lleva al SHU a presentarse en niños de determinada edad, así
como la
predilección por el daño renal.
Existen amplias variaciones de frecuencia según los países. En Argentina
por
ejemplo es casi 10 veces mas frecuente que en el resto de Latinoamérica.
Sin
embargo es una enfermedad endémica, es decir todos los años en todos los
países
se presentan varios casos de la enfermedad. El período de mayor
frecuencia es en
los meses cálidos, como todas las infecciones intestinales.
Si bien el SHU está ampliamente distribuido en todo el planeta, en
Sudamérica el
problema se concentra en los países del Cono Sur: Argentina, Chile y
Uruguay.
Las estadísticas en nuestro país, por ejemplo, son similares a las de
Estados
Unidos y Canadá: 3,2 casos por cada cien mil niños menores de 5 años.
Argentina,
en tanto, registra la tasa más alta del mundo: 7 casos por cada cien mil
en
promedio general, aunque en Buenos Aires se eleva a 23. Por eso no
sorprende la
drástica medida adoptada por las autoridades sanitarias trasandinas, el
29 de
agosto pasado, que determinaron el cierre de cuatro locales de la
capital, a
causa de que se comprobó la presencia de la bacteria escherichia coli en
las
hamburguesas de pollo .
¿Qué riesgos tiene un niño que presenta esta enfermedad ?, ¿Se puede
morir
por ella ?
Es
una enfermedad potencialmente grave. Tiene una gran variedad de
presentaciones,
desde el niño que casi no presenta síntomas y que sólo se le descubre
porque en
algún momento orinó menos que lo esperado, presentó una leve anemia y
baja de
las plaquetas, hasta aquel que, como se dijo, sus primeros signos son
los de una
hemorragia intracerebral. Sin embargo la mortalidad global en pacientes
tratados
oportunamente no debiera ser mayor al 1 a 2%. Un riesgo adicional son
las
complicaciones producidas como la hemorragia cerebral mencionada o la
insuficiencia renal crónica, que también son poco frecuentes.
El SHU es mas grave si: la enfermedad que lo inicia no es una diarrea
aguda, si
se da en niños mayores y si el período de duración de la insuficiencia
renal es
prolongado por mas de 15 días. Igualmente si se da en relación al uso de
algunas
drogas como anticonceptivos y ciclosporina (en adultos).
En ocasiones las complicaciones derivadas de la agresividad de la
infección
intestinal, pueden causar complicaciones graves, como la destrucción del
intestino grueso que debe ser operado y reparado si se produce. Estas
complicaciones, agregan un factor de gravedad al pacientes, pero son
raras.
Por lo descrito, si una persona cree que su hijo puede tener un Síndrome
hemolítico urémico, debe consultar de inmediato con su médico.
¿Pero, cual es la causa de esta enfermedad?
El origen de la enfermedad es la liberación de una toxina por las
bacterias
que producen la infección intestinal inicial. La bacteria más
frecuentemente
inculpada es la Echerichia Coli O-157 (una cepa de la bacteria ) y su
reducto
más frecuente los intestinos de los animales vacunos. Las bacterias
Echerichia
coli 0157 y Shigella dysenteriae, al causar la infección en forma de
diarrea
liberan a la sangre una toxina llamada verotoxina, causante de las
alteraciones
en la sangre, el riñón y los otros órganos señalados.
¿Cómo se adquieren estas bacterias y como se puede evitar la
infección?
Como se dijo estas bacterias, especialmente la E. coli O157, se
encuentra en
el intestino de animales vacunos, cerdos y ovejas, y se puede transmitir
a
través de los productos cárneos ( hamburguesas, jamón crudo, carnes en
general)
mal cocinados o crudos, pero también a través de las deposiciones de
otros niños
infectados, en guarderías. o a través del agua no potable.
La mejor medida de protección contra esta enfermedad es la de cocinar
adecuada y
suficientemente las carnes y derivados, consumir solo agua potable y
guardar
todas las normas de higiene frente a las infecciones intestinales (aseo y
lavado
de manos por parte e las personas que atienden estos niños) tanto en las
guarderías como en el hogar.
La costumbre de comer carnes crudas, de algunas culturas, es perjudicial
para
erradicar estas bacterias del ambiente humano.
¿Existen exámenes para comprobar o descartar esta
enfermedad?
Si, los exámenes comunes de sangre como el Hemograma muestran, en el
niño
enfermo de SHU, anemia, plaquetas bajas y aumento de los glóbulos
blancos. Los
glóbulos rojos destruidos tienen formas muy características que son
inconfundibles.
Por otra parte la falla del riñón se expresa en que la urea y el potasio
de la
sangre están elevados. En el examen de orina se encuentra signos de la
destrucción de glóbulos rojos (orinas rojo oscuras y hemoglobina ) y de
inflamación renal, como aumento de los glóbulos blancos y productos de
destrucción de las células renales.
¿Cómo se trata esta enfermedad?
Cuando se hace el diagnóstico, la enfermedad ya se ha producido y
muchas
veces ni siquiera se puede encontrar la bacteria que produjo el daño.
Por lo
tanto el tratamiento se reduce a compensar las alteraciones que produjo
la
toxina en la sangre y el riñón, principalmente. Así, se vigila
cuidadosamente
las cantidades de agua y minerales que entran y salen del paciente ( si
no
elimina orina debe hacérsele diálisis peritoneal), evitar que suba la
urea, el
potasio y otros compuestos de la sangre, con dietas diuréticos o
diálisis y en
general mantener al paciente en las mejores condiciones posibles
evitando toda
alteración de la composición de sus líquidos y funciones corporales.
Las transfusiones sanguíneas están indicadas cuando los glóbulos rojos
se
destruyen y la anemia es importante.
La reparación del daño sanguíneo y renal se lleva a cabo entre 7 a 10
días,
desde que se diagnostica la enfermedad y en ese lapso debe mantenerse el
paciente con sus funciones normales.
¿Es frecuente que un paciente necesite diálisis? ¿Cómo se hace en los
niños?
No es raro. De los niños con SHU que ingresan a una Unidad de
Cuidados
Intensivos (que es donde deben hospitalizarse estos pacientes)
aproximadamente
un 50 a 60% de ellos necesitan diálisis). En los niños las diálisis no
son
iguales a las del adulto. En el adulto se hace hemodiálisis. A través
una
arteria se saca la sangre y se hace pasar por un filtro mediante una
máquina y
se devuelve al paciente por una vena. En el niño da mejor resultado la
diálisis
peritoneal, que consiste en meter y sacar al abdomen un suero especial
que
absorbe los desechos desde la sangre que pasan a través del peritoneo o
delgada
membrana que recubre los intestinos y que tiene muchos vasos sanguíneos.
El
líquido, una vez que ha extraído los desechos se se cambia por otro
nuevo. Este
procedimiento no es doloroso y sólo produce molestias pasajeras.
El tubo o catéter que lo coloca en el abdomen un cirujano, bajo
anestesia, y a
él se conectan las tuberías y máquina que hacen los cambios de líquidos.
¿No existe algún tratamiento que mejore más rápido a los niños
enfermos de
SHU?
Desgraciadamente hasta el momento no lo hay. Los antibióticos como se
dijo
no están indicados con la excepción de aquellos casos en que se sospecha
infecciones agregadas. El uso de antibióticos para erradicar la bacteria
desde
el intestino no se usa porque una vez que la enfermedad se produce, la
bacteria
no está en el intestino.
El tratamiento precoz de la infección intestinal inicial no evita el
Síndrome
hemolítico urémico.
Por otra parte se ha intentado varios otros tratamientos como
transfusiones de
plasma, recambio de plasma, antioxidantes, sustancias antiplaquetarias,
anticuerpos antiverotoxina (la toxina causante), etc. Ninguno de ellos
ha
demostrado ser útil.
¿Cuál es la frecuencia con que el niño puede quedar con daño renal
crónico y
necesitar un transplante renal ?.
Esta posibilidad, afortunadamente, es baja no mayor a un 5%. En todo
caso los
factores descritos como la mayor edad del paciente, la no relación con
enfermedad intestinal sino de otro tipo, como respiratoria, y la
duración de la
falla renal, son los factores que indican que el niño tenga mayor riesgo
de
quedar con insuficiencia renal crónica.