No te quieras quedar con nada por que nada te pertenece. Nada es ni llegará a ser absolutamente tuyo.
Pasarás por la vida rozando las cosas, disfrutándolas de a ratos o padeciéndolas por largo tiempo.
Los placeres serán como las flores y se marchitarán como el soplo de un viento fugáz, o como un cometa herido por la inmensidad del firmamento.
Tus desdichas te acompañarán siempre y serán como secuencias de la película que no quisieras haber visto jamás, sin embargo en ciertos momentos podrás desprenderte de ellas como si fueran guijarros agarrados a tu piel.
No obstante la vida continuará pasando con alegrías y tristezas, y tú estarás allí viendo sin mirar como el secreto de la existencia se muestra a tus sentidos ...que no alcanzan a entender nada.
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