Observo como afloran los tintes grises, cuando casi se extinguen las lontananzas, mis ojos cansados miran los tenues matices, donde habita mi amor sin esperanzas.
Ellos con la inquietud de la espera, se estiran desplegando sus alas, para surcar ese camino imaginario, que la maldita distancia separa.
Mis labios, serán el tibio plumón de la garza que emigra como las nubes blancas, dejando caer besos furtivos, como gotas de aguas, para engarzar perlas en tu boca callada.
Yo pobre poeta despojado del amor, tengo en mis manos la palidez de una flor, pero ojos encendidos por un rayo de sol y el alma sepultada, porque dijistes que no.
Que la distancia, no es un dia, ni tampoco serán dos yo heredaré tu alma y viviré con ella, tu vivirás soñando, que pudo ser, pero no pasó, esa intriga será tu pena y mi amor lo serás vos.
SEBASTIAN SOLANA
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