Otro aquí no se ve que frente a frente animoso escuadrón moverse guerra, sangriento humor teñir la verde tierra y tras honroso fin correr la gente.
Este es el dulce son que acá se siente: «¡España, Santïago, cierra, cierra!» y por süave olor que el aire atierra humo que azufre dar con llama ardiente.
El gusto envuelto va tras corrompida agua, y el tacto sólo apalpa y halla duro trofeo de acero ensangrentado,
hueso en astilla, en él carne molida, despedazado arnés, rasgada malla... ¡Oh sólo, de hombres, digno y noble estado!
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