Se levantan en soledad, formando círculos. Están a lo largo de alrededor de 100 puntos británicos. Los más famosos, los de Stonehenge, forman parte de grandes giras turísticas, pero es poco lo que se sabe sobre sus orígenes y significados. Y casi nada sobre sus misterios ocultos.
Pero ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Adelaide, establecieron qué es lo que guió la construcción del más antiguo de este fenómeno de la antigüedad. Las piedas de Callanish y las de Stenness, en la Isla de Lewis, y en la de Orkney, Escocia, tienen alrededor de cinco mil años. Pero además, según el nuevo estudio, fueron levantadas por sus constructores en perfecta alineación con las órbitas del sol y de la luna, un descubrimiento que trae luz sobre uno de los mayores misterios de la arqueología.
Gail Higginbottom y sus colegas emplearon información crucial para ello y utilizaron un mapeo 3D que les permitió efectuar el empalme entre ambas alineaciones. "Es la primera vez que círculos individuales fueron pesquisados para juzgar realmente qué fue lo que pasó", indicó el investigador.
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"La gente ha hecho trabajo estadístico sobre las piedras de pie, pero como grupos. No las habían separado por era específica, o mirando cada línea en los círculos", especificóHigginbottom.
Si bien las monumentales rocas fueron colocadas de manera relativamente rápida, el posicionamiento específico de cada una de ellas se basó en los estudios que esa civilización realizó durante varias generaciones, según indica el estudio publicado por The Journal of Archealogical Science.
Para Higginbottom era crucial para estas civilizaciones del neolítico formar estas estructuras rocosas y "unir" ambas realidades: la tierra con el sol y la luna. "Era importante para ellos realizar estos alineamientos como parte de su amplio sistema de creencia", subrayó el científico.
"Alrededor del solsticio de invierno, cuando el sol se movía más hacia el sur, y cada vez se hacía más oscuro y los días más cortos, si no podían confirmar que el sol luego comenzaba a volver hacia el norte, con los días más cálidos, podía ser catastrófico", añadió. Según el estudio, la precisión de la alineación de las piedras paradas era tal que aún mostraba posiciones de la luna que se daban cada 18 años.
Higginbottom también tiene planeado ir con su equipo y examinar las más populares de estas rocas: las de Stonehenge. Sin embargo, cree que el trabajo allí no será sencillo. "Tiene muchas alineaciones y cinco diferentes estructuras de piedras", concluyó el científico de laUniversidad de Adelaide.