Nocturnamente solo.
Nadie te dijo nunca
que tu cuerpo se hizo de amapolas rojas;
de olorosas hierbabuenas;
de espigas secas.
Nadie te lo dijo nunca.
Nadie te dijo, y tú lo sabes,
que tu cuerpo se hizo cuerpo entre mis manos,
aéreas sirenas solitarias.
Nocturnamente solitarias.
Nadie te dijo nunca
que tus ángulos cóncavos
y tus huesos
fueron cueva
y fueron escondite
y son misterio.
Nocturnamente solo.
Me has dejado todos los olores de la tierra.
Y todas las noches de los tiempos.
Y todas las madreselvas.
Y todos los silencios.
Nocturnamente solo,
me has dejado solo, en la palabra.
ÁNGEL VILLACAÑAS SANZ