La luna esta enamorada
pero no existen encuentros.
El la cita en las mañanas
cuando esta muerta de sueño
por más que explica,
él no escucha
y ella esta desesperada.
Me saturo por las noches
del trabajo y de pedidos.
Debo regir las mareas,
ver cuando se siembra el trigo,
sonreírle a las parejas
que se besan en el río.
¡Pobre la luna cansada
ante tanta indiferencia!
Pero su dorado amigo,
bello, fogoso, impulsivo,
esta lleno de exigencias.
¡Pobre la luna cansada,
se acuesta de madrugada
llorando y con mucho frío.
El se levanta y observa,
sigiloso su ventana,
después extiende los brazos
y besa a una rosa blanca...
-D/A-