AMIGO MIO
Déjame que te cuente, amigo mío.
No quiero que te marches de mis recuerdos,
pues muchas veces te llevo en la sangre, que es mi río.
Como un Sancho sin Quijote al que admirar
o esa Alicia que no tiene un conejo que incordiar,
así es tu ausencia, que es más un vacío.
No es tan oscura la sombra, amigo mío,
pero es cierto que hoy en día se puede romper la vida,
y sé que no se cura esa herida.
¿Y ahora qué le cuento al universo?
Aun nos quedaba una ronda pagada,
pero mis versos y novelas ya no tienen reverso.
Sólo quiero que sepas, amigo mío,
que de tanto recordarte, tengo miedo en bandada,
que quererte es temblar como un niño.
Eres un traidor, amigo mío,
aunque te lo digo en tono pequeño,
que nos dejaste con un sabor de boca diverso.
Como ayer empezamos,
hoy perezosamente acabamos,
bajando un día más el telón de nuestros actos.
No sé si mañana habrá función, amigo mío,
ni siquiera sé si existe un mañana para todos,
pero si nuestros actos fueron como los tuyos, me da lo mismo.
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