En cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tu mismo.
Los golpes de la adversidad son muy amargos, pero nunca son estériles.
No es bueno que todo suceda como deseamos. Cuando todo nos sonríe en el mundo, nos apegamos a éste muy fácilmente y el encanto es muy fuerte.
No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
Probamos el oro en el fuego, distinguimos a nuestros amigos en la adversidad.
A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso.
En la adversidad conviene muchas veces tomar un camino atrevido.
La adversidad es ocasión de virtud.
En las adversidades sale a la luz la virtud.
Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad los más débiles y cobardes; doblan la cerviz en faltándoles la autoridad, y se les ve tan abatidos como se les conoció soberbios; en un momento pasan de un extremo a otro
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