|
Esquilones de plata Llevan los bueyes.
—¿Dónde vas, niña mía, De sol y nieve?
—Voy a las margaritas Del prado verde.
—El prado está muy lejos Y miedo tiene.
—Al airón y a la sombra Mi amor no teme.
—Teme al sol, niña mía, De sol y nieve.
—Se fue de mis cabellos Ya para siempre.
—Quién eres, blanca niña. ¿De dónde vienes?
—Vengo de los amores Y de las fuentes.
Esquilones de plata Llevan los bueyes.
—¿Qué llevas en la boca Que se te enciende?
—La estrella de mi amante Que vive y muere.
—¿Qué llevas en el pecho Tan fino y leve?
—La espada de mi amante Que vive y muere.
—¿Qué llevas en los ojos, Negro y solemne?
—Mi pensamiento triste Que siempre hiere.
—¿Por qué llevas un manto Negro de muerte?
—¡Ay, yo soy la viudita Triste y sin bienes!
Del conde del Laurel De los Laureles.
—¿A quién buscas aquí Si a nadie quieres?
—Busco el cuerpo del conde De los Laureles.
—¿Tú buscas el amor, Viudita aleve? Tú buscas un amor Que ojalá encuentres.
—Estrellitas del cielo Son mis quereres, ¿Dónde hallaré a mi amante Que vive y muere?
—Está muerto en el agua, Niña de nieve, Cubierto de nostalgias Y de claveles.
—¡Ay! caballero errante De los cipreses, Una noche de luna Mi alma te ofrece.
—Ah Isis soñadora. Niña sin mieles La que en bocas de niños Su cuento vierte. Mi corazón te ofrezco, Corazón tenue, Herido por los ojos De las mujeres.
—Caballero galante, Con Dios te quedes.
—Voy a buscar al conde De los Laureles...
—Adiós mi doncellita, Rosa durmiente, Tú vas para el amor Y yo a la muerte.
Esquilones de plata Llevan los bueyes.
—Mi corazón desangra Como una fuente.
|
|