De un año cualquiera, tome unos cuantos meses enteros límpielos de amarguras, de rumores, de odios y de celos hasta dejarlos tan limpios como le sea posible.
Corte cada mes en 30 o 31 partes. No intente cocinar toda la hornada del año junta, prepare sólo una porción a la vez.
Mezcle cada día. Una parte de coraje, una de trabajo, una de constancia y una de paciencia. Agregue partes iguales de esperanza, solidaridad, bondad y fidelidad.
Aromatice con una parte de oración, una de meditación y algunas buenas acciones.
Sazone la mezcla con bastante buen humor, un chorrito de inconsciencia y un toque de locura.
Viértalo en un gran recipiente untado de Amor y cocínelo con entusiasmo.
Decórelo con algunas sonrisas y sírvalo con calma, generosidad y alegría. ... y listo! A disfrutar del manjar...