¿No sería maravilloso tener un día
libre de preocupaciones? Sólo imagina
cuán creativo, productivo y efectivo
podrías ser si no estuvieses plagado
de constantes y fastidiosas preocupaciones.
El hecho es que puedes
tener un día libre de preocupaciones,
todos los días. Preocuparse no es
una conclusión inevitable, es
simplemente una más de las
muchas maneras en que uno
puede responder a sus propias circunstancias.
El problema con
las preocupaciones es que tienen un
precio muy alto, pero no logran nada
en absoluto.
Y son totalmente innecesarias.
Ciertamente habrá cosas que
te afectarán. Claro que debes estar
adecuadamente preparado para
enfrentar la realidad de tu situación.
Sin embargo, preocuparse nunca sirve
de nada. Cuando te descubras
comenzando a preocuparte, detente.
Enfoca rápidamente tu energía en
otra cosa. Planifica, considera las
posibilidades,
pon manos a la obra,
y deja atrás tus preocupaciones.
Será una enorme y positiva diferencia.
Mensaje Positivo