Frases
El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo:
el agua es turbia al principio, mas luego se clarifica.
Pensar es el trabajo más difícil que existe.
Quizá esa sea la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen.
Los libros son, entre mis consejeros,
los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impiden decirme lo que debo hacer.
Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo,
nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar.
La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor;
sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso.
Aprender música leyendo teoría musical es como hacer el amor por correo.
La verdad adelgaza y no quiebra,
y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.
Conoces lo que tu vocación pesa en ti.
Y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras;
pero sabes que tu verdad se hará lentamente,
porque es nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula.
Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar.
Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza.
Pueden prohibirme seguir mi camino,
pueden intentar forzar mi voluntad.
Pero no pueden impedirme que,
en el fondo de mi alma, elija a una o a otra.
El hombre que escucha la razón está perdido.
La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla.
La razón obra con lentitud, y con tantas miras, sobre tantos principios,
que a cada momento se adormece o extravía. La pasión obra en un instante.
Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención,
a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir.
No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría.
El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.
Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad,
es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso
Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada,
pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos,
por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada,
y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.
Tú verás que los males de los hombres son fruto de su elección;
y que la fuente del bien la buscan lejos, cuando la llevan dentro de su corazón.
Haciendo el bien nutrimos la planta divina de la humanidad;
formando la belleza, esparcimos las semillas de lo divino.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar
de la maldad de los otros.
Como mala persona soy un completo desastre.
Hay montones de gente que afirman que no he hecho nada malo en toda mi vida.
Por supuesto sólo se atreven a decirlo a mis espaldas.
En el jardín de la Iglesia se cultivan: Las rosas de los mártires,
los lirios de las vírgenes, las yedras de los casados, las violetas de las viudas.
No creo que Dios quiera exactamente que seamos felices,
quiere que seamos capaces de amar y de ser amados, quiere que maduremos,
y yo sugiero que precisamente porque Dios nos ama nos concedió el don de sufrir;
o por decirlo de otro modo: el dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos;
porque somos como bloques de piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la figura de un hombre, los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen también nos hacen más perfectos.
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