DULCE DE PIEL
Nunca olvidaré aquella noche, que me acariciaron tus manos. Mi cuerpo quedó embelesado, como un dulce panal de miel.
Esclava a partir de ese instante, cada noche te extraño, te sueño y en sueños te invito otra vez, a probar mi rico dulce de piel.
Vuelve pronto amor mío, te aguarda ansioso mi ser. Ven y aprieta mi cuerpo, mis poros el dulce destilan: sacia tu sed bebiendo mi miel.
Enciende en mí una hoguera, cuyo fuego nos calcine a los dos y amarnos como ardientes volcanes, que exhaustos de tanto placer, yacen en cenizas los cuerpos: cenizas de amor.
Autora: Inés de la Puente Spiers
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