Si a vivir me enseñaron tus palabras en el diáfano azul que el cielo pinta A morir me invitaron con su ausencia esperándote, Amor, las madrugadas.
Si a soñar, dulcemente, con tus letras, me invitabas, dibujándome tu verso, lentamente se durmieron en mis venas aquellas palabras y todas las auroras.
Si a adorarte, amor, en tu regazo me enseñaste con tus rimas el secreto, al sentirte palpitar, envuelto en gozo, nuestras almas de ternura se encendieron.
Alumbrando el milagro de la noche las palabras se agitaron con mis besos, y la carne estalló en su locura ¡Me engañaste, poeta, con tus versos! El poema de amor somos nosotros mi sol.
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