
sobre el amor de Dios

La Iglesia entera celebra el viernes que sigue al segundo Domingo después de Pentecostés, la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
La Devoción al Corazón de Jesús como símbolo de su amor humano y divino hacia los hombres, tuvo sus comienzos en la Edad Media con San Bernardo y comenzó a ser celebrada litúrgicamente a instancias de san Juan Eudes y de las revelaciones a santa Margarita María de Alacoque en el siglo XVII.
La primera aprobación pontificia de este culto fue en 1765. En 1856, Pío IX extendió la fiesta a toda la Iglesia de rito romano, y en 1928 Pío XI la elevó a la máxima categoría litúrgica.
El sentido original de esta fiesta era de ¨reparación¨ y de ¨afectividad¨. Los textos de la Misa, proclaman la magnitud del amor de Dios a los hombres, manifestado en Cristo, cuyo corazón abierto en la cruz fue la máxima prueba de generosidad y fue la fuente donde manaron los sacramentos de la Iglesia.
El amor de Dios por los hombres se reveló en la Encarnación, en el paso de Cristo por la tierra y en su muerte en la Cruz.
Y es en la cruz, donde Dios se manifiesta con un nuevo signo.
En el Evangelio dice: UNO DE LOS SOLDADOS ABRIÓ A JESÚS EL COSTADO CON UNA LANZA Y AL INSTANTE SALIÓ SANGRE Y AGUA.
Los judíos pensaban, que solamente con la sangre de sus víctimas podían conseguir el perdón de Dios.
La Iglesia ve representados en este brotar de sangre y agua del costado de Cristo, los sacramentos del bautismo y de la Eucaristía: agua y sangre.
De la cruz, del corazón abierto de Cristo, brota para nosotros el perdón y la vida nueva.
El corazón abierto de Jesús nos invita a descubrir el amor poderoso y secreto que inspiró toda la vida de Jesús.
Ese corazón abierto origina la devoción al Corazón de Jesús.
Cuando hablamos del corazón humano no nos referimos sólo a los sentimientos sino a toda la persona, que quiere, que ama y trata a los demás. El corazón es considerado como el resumen y la fuente de todo lo que el hombre es y hace.
Decimos que un hombre vale lo que vale su corazón.
Cuando en la Sagrada Escritura se habla del corazón, se dirige a toda la persona
PORQUE DONDE ESTA TU TESORO, ALLÍ ESTARÁ TAMBIÉN TU CORAZÓN
Por eso cuando hablamos de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, hablamos de encomendarnos, íntegramente, con nuestros sentimientos, nuestras palabras, nuestras acciones, nuestras alegría a TODO JESÚS
La verdadera devoción al corazón de Jesús se concreta en Conocer a Dios y conocernos a nosotros mismos, en mirar a Jesús, y acudir a El, que nos anima, nos enseña, nos guía.
En el libro del profeta Ezequiel dice Dios: LES DARÉ UN CORAZÓN NUEVO Y PONDRE DENTRO DE USTEDES UN NUEVO ESPÍRITU
LES QUITARE DEL CUERPO SU CORAZÓN DE PIEDRA Y LES PONDRE UN CORAZÓN DE CARNE
Dios nos da un corazón de carne, como el de Cristo.
Nosotros no tenemos un corazón para amar a Dios y otro para amar a las personas aquí en la tierra.
Con el mismo corazón con el que quiero a mis padres, a mis amigos, con ese mismo corazón yo amo a Cristo, yo amo a María, yo amo a Dios.
El amor humano, cuando es verdadero, nos ayuda a conocer y a saborear el amor de Dios, el amor que Dios nos tiene y que como dice san Pablo: PERMANECE PARA SIEMPRE
Ama, y haz lo que quieras, dice San Agustín
Si callas, callarás con amor. Si gritas, gritarás con amor. Si corriges, corregirás con amor. Si perdonas, perdonarás con amor. Si está dentro de tí la raíz del amor, ninguna otra cosa sino el bien podrá salir de tal raíz.
Pidamos al Sagrado Corazón de Jesús que Él que es el amor, venga a habitar en nosotros y nos enseñe a amar.
Desde la cruz redentora, el Señor nos dio el perdón, y, para darnos su amor, todo a la vez, sin medida, abrió en su pecho una herida y nos dio su corazón. Santa cruz de Jesucristo, abierta como dos brazos: rumbo de Dios y regazo en la senda del dolor, brazos tendidos de amor sosteniendo nuestros pasos. Sólo al chocar en las piedras el río canta al Creador; del mismo modo el dolor, como piedra de mi río, saca del corazón mío el mejor canto de amor. Amén

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