Decálogo de La excelencia personal
1. La excelencia comienza con un conocimiento realista de uno mismo:
fortalezas y debilidades.
2. No hay excelencia sin exigencia.
No hay calidad personal sin esfuerzo.
Por eso vencer la pereza y la comodidad es el inicio de la excelencia.
3. Sea sincero con usted mismo:
no confunda lo que es, con lo que le gustaría ser. Pregunte a los demás cómo lo ven; así tendrá una buena base para el auto-concepto.
4. La excelencia supone repetición de acciones buenas.
La fuerza de voluntad se adquiere por repetición de actos que requieren esfuerzo. Por eso, pase a la acción: no se quede en buenos deseos.
5. La agresividad es una señal de inseguridad.
Los complejos, los miedos, las manías… van minando la propia seguridad.
6. La envidia y el orgullo son auto destructores de la excelencia.
7. Dos síntomas de autoestima inapropiada:
mirar a los demás con aires de superioridad y la falta de confianza en uno mismo.
8. La excelencia personal es un proceso de mejoramiento continuo para desterrar hábitos negativos y adquirir otros positivos.
9. Cuando quiera decir sí, dígalo;
cuando quiera decir no, también. Atrévase y no se sienta mal por decirlo. Es su derecho. Pero hágalo con buenas maneras.
10. La excelencia no es la presunción del que se cree perfecto o del que piensa que todo lo puede por sí mismo.
Es el convencimiento de que con la ayuda de los demás y de Dios, unidos al esfuerzo personal, puede ser mejor cada día.
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