Hace tres dias que me he sentido agustiada con esto de Haití..Soy de Pto rico y estamos bastante cerca de ellos a menos de una hora en avión..Viendo todos esos visuales que ya todos sabemos ...esos nenes pequeños llorando ect ect.. Quise ir a la casita de una amiga pues sabia que alli podria encontrar alguna lectura que me diera algo de paz y asi fue. Co el persmiso de Alex y de Odris aqui lo tienen pues no lo he visto por esta casita...lean por favor...GRACIAS AMIGOS POR COMPARTIR ESTA JOYA.
Brissa del maar..
Dale tiempo a Dios
Si estas angustiado, preocupado, agotado
y tal vez desesperado por uno o varios problemas
y ves que tu única salida, es que Dios intervenga.
Ten cuidado de no ser demasiado insistente,
porque a veces en nuestra insistencia no nos
damos cuenta de que Él nos esta respondiendo
pero de una manera distinta a la que esperábamos.
Algunos creen que orar significa pedir y pedir,
seguir insistiendo, rezando y rogándole al
Señor con infinidad de palabras, como si
tratáramos de convencer a Dios.
Otros levantan la voz, como si Dios
fuera sordo y como si ante su gran determinación
evidenciada por el volumen y el tono de su voz,
Dios estuviera obligado a responderles.
Este tipo de oración no demuestra que
tengamos mucha fe, ni confianza en que
Él va a respondernos. Al contrario,
pone de manifiesto nuestra incredulidad.
Cuando ores, no necesitas seguir pidiéndole
lo mismo e insistir con tantas palabras tratando
de expresar lo que quieres.
Lo que en verdad necesitas es creer, y esperar con fe.
¡Espera que Dios te responda!
La respuesta está en camino,
¡Dios responderá!
¿Sabías que el sentido
más sublime de la oración
no es insistir o exigirle a Dios?
Es estar en comunión con Él,
esperando con fe, que Su respuesta en algún momento llegará.
Una vez que hayas hecho tu petición tomate el tiempo
necesario para escuchar. Quédate
en silencio y deja que Él te hable.
Aquellas cosas que consideras tus propios pensamientos,
quizás sean la suave voz de Dios.
Si es Su voz, lo sabrás rápidamente
porque vendrán a tu mente soluciones
e ideas que jamás hubieras imaginado.
A veces no oro con palabras.
Tomo mi corazón con mis dos manos y lo
elevo hacia el Señor. Yo se que Él me entiende.
A veces no oro con palabras.
Mi espíritu se postra a Sus pies,
y con Su mano sobre mi cabeza,
nos comunicamos en dulce silencio.
A veces no oro con palabras.
Estoy cansado, y mi corazón encuentra
todo lo que anhela, reposando y descansando en Su presencia.