La hoguera alucinante de tu alma,
exótica en el fondo de tus ojos,
musitaba tus lánguidos antojos,
en un divino iluminar de tu alma.
La tierna caricia que se posa
absorta sobre el rojo de tu boca,
con ansias infinitas se te nota,
bajo el amparo de la noche luminosa.
Mi cuerpo junto al tuyo estrechamente,
me fundes en un abrazo, con fiereza,
mientras dabas aires de vampireza,
que sólo me tenias para ti solamente.
JOSE RAUL