Después de perder los padres, un orangután de tres años de edad estaba tan deprimido que se rehusaba a comer y no respondía muy bien a los tratamientos y remedios. Los veterinarios creían que se dejaría morir. Un perro viejo fue encontrado perdido en los alrededores del zoológico, y cuando fue llevado para dentro de la sala de tratamiento, se encontró con el orangután, los dos se volvieron amigos inseparables.