Mujer diabòlica que me apartas del cielo,
tus labios tibios y rosados, que me invitan al vicio,
yo rasgué mis espaldas con cilio y flagelo,
por vencer tus impulsos raros que no anhelo.
Crucifico mi cuerpo, con sagrados enojos,
y te abrazas a mis plantas con locura,
me emerjo en la nieve, mas la templan tus ojos,
y tus labios me queman, mujer de aventura.
Y no encuentro esperanza, ni refugio, ni asilo,
en mis noches pobladas de febriles quimeras,
me persigue tu imagen, que es como un mito,
contigo mis sueños, ya no son tranquilos.
Oh Señor, guiame por el camino mas recto,
dame la calma de esos impuros afectos,
que mi mente no se afiebre de malos pensamientos,
que al fin, me pueda librar de esos besos locos.
JOSE RAUL