Escoge un camino espiritual y ten como primera meta la paz espiritual. Cultiva tu relación con Dios. Reconoce tu inocencia original, persona y olvida. Reconoce que la madurez es espiritual, no física. Reconoce que solo existe un mundo; el de Dios. Reconoce que el mundo material es realmente espíritu o energía universal. Ponte en contacto con tus emociones de miedo, ira, y tristeza. El permitir sentirlos, te ayudará a superarlos. Responsabilízate de tu propia felicidad, éxito y prosperidad. Atrévete a soñar con una vida de total felicidad, éxito y prosperidad, y mantente en esa visión. Define detalladamente tus sueños de felicidad, éxito y prosperidad. Afirma siempre prosperidad, en pensamiento, palabra y obra. Organiza tus propias finanzas y decídete a producir mucho dinero. Procura la salud de tu cuerpo, atendiéndolo con esmero. Vive inmerso en el aquí y en el ahora, el presente contiene todos los ingredientes para tu felicidad, éxito y prosperidad. Simplifica tu vida en todas tus áreas, no asumas responsabilidades innecesarias. Reconoce que no puedes cambiar a nadie, sólo puedes cambiarte a ti mismo. No te quejes, no critiques, no condenes. No esperes nada de nadie, espéralo todo de Dios. Deja que los demás vivan como quieran. Vive tú como quieras. Vive con integridad, sé siempre fiel a ti mismo. Reconoce que la persona más importante en tu vida eres tú mismo. Limpia tu vida instante a instante, no pospongas. Nunca tengas prisa. Aléjate de personas complicadas y negativas. Aléjate de lugares grises, turbios y negativos. Ordena tu vida personal totalmente. Mantén todos tus espacios físicos en orden y armonía. Deja de preocuparte. No te compares con nadie. Hazte cargo de tu propio tiempo. Elimina el estrés de tu diario vivir. Desarrolla la paciencia y la perseverancia. Adiestra tus sentidos para el éxito y la prosperidad. En tus transacciones de negocios se manso como paloma, y astuto como serpiente. Descubre tu propósito, misión y función en la vida. Desarrolla tu talento principal. Sirve en tu mundo con entusiasmo y alegría. Comparte tu riqueza espiritual y material. Vive agradecido. Aprende a escuchar a los demás. Aprende a escuchar lo que te dice tu corazón y hazlo. No hagas caso al qué dirán.
Autor Desconocido
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