El no se olvida de nosotros.
Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la
esperanza de los pobres perecerá perpetuamente" (Salmos
9:18).
Muchas veces nos sentimos desamparados, olvidados, dejados
de lado. Parece que todos nos abandonaron, incluso Dios.
Pero eso no es verdad. Está siempre a nuestro lado y nunca
nos dejará solos. Él nos ama y permite que pasemos por
ciertas situaciones para que nuestra fe sea fortalecida y
alcancemos las victorias anheladas.
Paulo Barbosa