Cómo volvería el destino atrás,
para conocerte como eras,
en tus juvenniles años frescos,
de belleza, virtud y ternura llenos.
Te hubiera tenido como una flor,
perfumada, suave y tibia,
mis besos cubririán tu cuerpo,
ese cuerpo juvenniel e inviolable.
Serias mi eterna novia siempre,
el universo sería todo nuestro,
convertidos en dos palomas,
que vuelan por el mundo.
Con flores adornaría tus cabellos,
para convertirte en mi diosa,
dueña de todo mi mundo y yo,
dueño de todos tus deseos.
Para nosotros no existiría,
la hora, ni el día ni la noche,
para amarnos no lo necesitamos,
sólo pensar en amarnos.
Pasarián los años y seriamos,
los mismo de siempre, amantes
de toda una vida, un ejemplo,
para las parejas de este mundo.
JOSE RAUL