Nos aferramos a nuestros sentimientos, los escondemos. Pensamos que no merecemos que nuestra verdad esté afuera, como si nuestra verdad no fuera lo suficientemente buena, o fuera a quemar a alguien, así que la suprimimos. Y cuando no nos expresamos, corremos en un sendero falso, lo que quiere decir que no llegaremos a donde queremos ir. Eso es energía desperdiciada. Energía es todo lo que tenemos, es lo que somos. Hoy, úsala sabiamente.
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