LO MAS SORPRENDENTE ES QUE EL RELOJ AUN FUNCIONABA PERFECTAMENTE

La última vez que Teddy Bacon vio su carísimo reloj de oro, este se estaba hundiendo en el puerto de Gibraltar, en el año 1941. El reloj se había deslizado de su muñeca mientras estaba en su barco. Tras los intentos fallidos de dos buceadores por recuperar el tesoro, Bacon abandonó la idea de volver a verlo.
Pero como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena. Y 67 años después el reloj apareció... en el felpudo de su casa. Y aun funcionaba, lo que es aun mas increible. Envuelto en una bolsa de papel, no aparentaba haber pasado varias decadas en el fondo del mar.
El reloj había sido encontrado por los trabajadores que dragaron el puerto en 2007, quienes lo recogieron junto a otros escombros. Uno de los jefes del puerto dejó escrita en 1941 una descripción del reloj con su situación aproximada, por lo que los trabajadores supieron a quién pertenecía y lo enviaron por correo a la dirección que Bacon había dejado apuntada hacía años en un trozo de papel.
Tras pasar por todas las casas en las que Bacon había vivido, el paquete finalmente llegó al felpudo de su casa en Tarvin, Cheshire, en Inglaterra.
Fuente: 20minutos