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POR NUESTRA IGLESIA .
Si eres sacerdote, renueva tu compromiso con tu Iglesia,
con tu parroquia, con tu gente.
Busca aquello que te hace feliz
sirviendo a los demás.
Inicia este curso con la fuerza de aquella primera vez.
Si eres catequista, piensa que eres voz del Señor.
Que, tu misión, no es otra sino llevar la alegría de la fe,
la vida de Cristo, las enseñanzas de la Iglesia
a las tareas que te han confiado.
Si eres lector de la Palabra, medítala frecuentemente.
No dejes que, el domingo, te sorprenda sin haberla leído
previamente.
Se nota cuando, las cosas,
son preparadas de antemano.
Si eres joven, engánchate más aún a la fe.
La juventud es un periodo que se pasa en cuatro días.
Al final permanecen en pie los pilares de la fe,
de la esperanza y de la caridad.
Si eres niño, no dejes de sorprenderte por la presencia
de Jesús. Deja que, tus padres, sacerdotes, catequistas….
te ayuden a descubrir que, Jesús, también fue pequeño como tú
Si perteneces a algún grupo de caridad o asistencial,
no te conformes con el aspecto más o menos social.
Piensa que, la fuente de tu generosidad, está
en el gran manantial de amor que es Dios.
Si estás consagrado, si eres religioso/a, da gracias a Dios
por su llamada y por tu respuesta.
Pídele que, tu carisma, esté siempre al servicio de tu comunidad y a descubrir al Señor como centro de tu existencia.
Si perteneces a cualquier movimiento eclesial que ello
no te impida el estar abierto e integrado a otras realidades. Nunca, nuestra habitación, es el todo de una casa.
Si participas con el canto,si formas parte de algún coro,
recuerda que la voz también es un don que Dios te ha dado
y que,la música,ha de estar al servicio de la liturgia y no al revés.
Que el canto sea expresión del mensaje del evangelio de ese día.
Si eres colaborador, miembro del Consejo Parroquial,
si intervienes en el decoro,limpieza u orden del templo,
si participas como voluntario,hazlo con gusto y con interés.
A Dios, y todo lo que brindamos a los demás en su nombre,
hay que ofrecer siempre lo mejor de nosotros mismos
P. Javier Leoz .
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