El próximo día Jueves 23 de septiembre el Sol alcanzará el punto más alto del cielo, haciendo que todos los cuerpos que estén bajo los rayos solares presenten una mínima sombra. El equinoccio marca el inicio del otoño en el hemisferio norte y el inicio de la primavera en el hemisferio sur. Esta fecha ha sido simbólicamente importante para todas las sociedades. Algunas han establecido festividades, e incluso construido edificaciones alineadas al amanecer durante el equinoccio.
Se denomina equinoccio a cada uno de los dos puntos de la esfera celeste en los que la eclíptica corta al ecuador celeste. Durante los equinoccios el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre, donde alcanza el cenit. El paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste coinciden, por lo que la noche y el día tienen la misma duración en todo el mundo. La palabra equinoccio viene del latín AEQUINOCTĬUM y significa “noche igual”.
Los equinoccios se llaman primer punto de Aries o equinoccio vernal, y primer punto de Libra o equinoccio otoñal, o autumnal. El primero es el punto del ecuador celeste dónde el Sol en su movimiento anual aparente por la eclíptica pasa de Sur a Norte respecto al plano ecuatorial, y su declinación pasa de negativa (femenina) a positiva (masculina). En el primer punto de Libra sucede lo contrario: el Sol aparenta pasar de Norte a Sur del ecuador celeste, y su declinación pasa de positiva (masculina) a negativa (femenina). Y el instante en que el Sol atraviesa cada punto de los equinoccios puede calcularse con exactitud. Contemplemos en la Jerarquía Femenina.
Los equinoccios realmente son un momento particular, un instante de tiempo que ocurre a una hora determinada. Y donde comienza nuevamente, la renovación ancestral del instintivo ciclo que trasciende las incontables generaciones. Según el investigador Anthony Aveni, la sociedad occidental, actualmente, ha olvidado estas festividades. Vivimos totalmente inmersos en un mundo tan artificial que la naturaleza es pasada por alto. Con la llegada de la luz eléctrica hemos trastornado los tiempos de oscuridad en casi todo el planeta. Existen ciudades con una contaminación lumínica tan extrema que hemos convertido la noche en día. Con seguridad pocos vecinos de su comunidad conocerán la fecha del equinoccio, y mucho menos estarán atentos al aparecimiento del Sol este próximo Jueves. Sin embargo, otras sociedades mantienen una continua observación del cielo, con la cual continúan marcando sus fiestas. Días marcados por el aparecimiento del Sol, y donde los meses son contados de acuerdo a la vista de la luna posterior a la luna nueva.
Tanto los Equinoccios como los Solsticios son parte de una Cruz Cósmica. La cruz es un símbolo que tiene su origen en la naturaleza misma. Es una cruz la que nos permite orientarnos en el espacio: los cuatro puntos cardinales norte-sur, este-oeste forman una cruz que estructura el espacio. Esta cruz se encuentra en la astrología: los dos ejes perpendiculares AC-DC y MC-FC que dividen el círculo del zodíaco; es la cruz del destino que debemos aprender a llevar para ganar la inmortalidad. Y la cruz es también un árbol que nos enseña cómo subir de la tierra al cielo. Se la descubre en el Árbol de Vida de los kabbalistas, el Árbol sefirótico. En todos los actos de la vida cotidiana, incluso los más sencillos, debemos aprender a poner en marcha fuerzas y elementos que nos permitan transportar estos actos al plano espiritual, y alcanzar así los grados superiores de la vida. El paso de una estación a la otra se hace por estos cuatro puntos que son como nudos de fuerza extraordinarias determinadas para cada estación. En estas fechas el Sol desencadena fuerzas particularmente poderosas con las cuales podemos beneficiarnos, si estamos conscientes, atentos, bien preparados y en armonía con el cosmos.
Cuando, el 23 de Septiembre, el Sol entra en el signo de Libra, es el equinoccio. Después de la fase ascendente (de Aries a Virgo), empieza la fase descendente (de Libra a Piscis). Libra es el séptimo signo del círculo del zodíaco. ¿Por qué hay una balanza en el cielo, y qué nos enseña? En medio de esta sucesión de criaturas vivientes, de seres humanos y de animales, que representa el zodíaco, la balanza es sólo un objeto, y más exactamente todavía, un instrumento para pesar, como si, con sus dos platillos, mantuviese en equilibrio los poderes de la luz y los de la oscuridad, los poderes de la vida y los de la muerte. Libra, en el zodíaco, es un reflejo de la Balanza cósmica, este equilibrio de los dos principios opuestos pero complementarios, los principios masculino y femenino, gracias a los cuales el universo apareció y continúa existiendo. El símbolo de la Balanza, que volvemos a encontrar en el Árbol sefirótico, domina toda la creación. Entonces cuando el Sol entra en Libra, el Arcángel Miguel entra en acción. Es una nueva época, iniciando así un nuevo período. Es muy importante porque numerosas energías son desencadenadas como mencionamos. Este punto es un nudo extraordinario de la balanza que tiene el Arcángel Miguel y que con su ayuda él pesa todas las entidades y las criaturas. El Arcángel está armado de una espada brillante y él tiene la balanza en la mano. Se le ha dado este atributo porque el Sol entra en el primer grado del signo de Libra y abre así un nuevo ciclo de selección y de discernimiento. Es un ciclo de despojo, de liberación, de la llegada a lo nuevo. El fruto se desata de su carcasa en este momento. El grano cae fuera de sus límites para ser comido o conservado. El día en que el fruto está maduro (el fruto del hombre) él no debe recaer en la tierra como el grano de la planta, sino que él debe volar hacia lo alto. Es el comienzo de la ascensión hacia las alturas. El alma es llevada por el Arcángel Miguel y pesada por él en su balanza. Es la espada que desata los lazos que retienen el ser a la tierra y con la balanza ella es pesada y clasificada en tal o cual dimensión. El Arcángel Miguel, es su genio; él es la inteligencia del Sol. Es una potencia de Dios, uno de los más luminosos. Nosotros debemos unirnos a este Arcángel y agradecerle por cumplir esta obra gigantesca de encadenar al dragón (al egregor), para liberar a la humanidad. Los humanos serán liberados por el único que puede hacerlo, porque él es el brazo derecho de Dios. Recuerden, el Gayatri Mantra es un instrumento para toda la humanidad, es un instrumento de liberación; el poder del Gayatri Mantra es el poder de despertar, de promover la luz de la sabiduría, la luz del Sol.