Cartón para tapiz con una joven sentada acompañada de un perro y de un majo que la protege del sol con una sombrilla.
La perspectiva de abajo arriba y el formato indican que la pieza estaba destinada a una sobreventana. La composición, piramidal, y con las figuras en primer plano, refleja la influencia en Goya de la pintura clásica italiana, así como la maestría del artista al pintar las luces y sombras.
El tapiz resultante estaba destinado a colgar en el comedor de los príncipes de Asturias (el futuro Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma) en el Palacio de El Pardo conservándose actualmente allí. Esta obra forma parte de una serie decorativa de diez cartones para tapices de temática “campestre”, siendo la composición concreta de este tapiz invención del propio Goya.
Esta obra ingresó en las colecciones del Museo del Prado en 1870, procedente del Palacio Real de Madrid.