Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera,
le crucificaron allí, y a los malhechores,
uno a la derecha y otro a la izquierda.
Y Jesús decía: Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen.
Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Y el pueblo estaba mirando;
y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo:
A otros salvó; sálvese a sí mismo,
si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
Evangelio según Lucas 25.33 al 35