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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 07/09/2020 02:23 |
IMAGINO UN MUNDO TRANSFORMADO POR LA PAZ Y EL AMOR.
La paz del mundo comienza en mi mente y corazón. Cierro mis ojos, respiro profundamente y visualizo a cada persona ofreciendo el amor y la paz de Dios. Veo a toda la gente del mundo rodeada de una luz sanadora que transforma el conflicto, el rencor y la división en reconciliación, paz y unidad.
Mientras mantengo esa visión, imagino que el mundo entero brilla. La armonía y la cooperación sanan las heridas y hacen que el amor florezca en el corazón de cada persona. Sostengo esa visión e intención a lo largo del día.
El amor divino se expresa en mí y ve unidad a pesar de las aparentes diferencias. La sabiduría y la comprensión divinas iluminan mis pensamientos, inspiran mis palabras y guían mis acciones para ofrecer paz al mundo.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.—Mateo 5:9
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CONFÍO EN EL PODER SANADOR DE LA INTELIGENCIA DIVINA.
Yo soy una expresión de Dios, una manifestación de la vida pura del Dios que mora en mí. Qué importante es recordar esta verdad, especialmente cuando mi cuerpo me indica lo contrario. La verdad de mi ser es que he sido hecho maravillosamente. He sido creado a la imagen y semejanza de Dios.
Cuando no me siento bien, me apoyo en mi fe. Digo palabras de bienestar y salud, apoyado por mi fe de que la vida de Dios dentro de mí es la propia inteligencia divina. Afirmo la restauración de mi bienestar. Visualizo a todas mis células funcionando en perfecto orden, siguiendo el plano de la vida dentro de mí.
Libero el miedo y la duda y permito que la vida divina en mí haga su trabajo sanador. Doy gracias y descanso profundamente.
Jesús le dijo: “Hija, por tu fe has sido sanada. Ve en paz, y queda sana de tu enfermedad".—Marcos 5:34
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COMPARTO EL GOZO Y EL AMOR DE DIOS.
Aun si las barreras del lenguaje me impiden entender las palabras de otros, la mayoría de la gente comprende el significado de una sonrisa. Mi sonrisa puede transmitir buena voluntad, comunicar alegría por una bendición inesperada o asombro ante la vista de un cielo nocturno lleno de estrellas.
Un niño que es aún incapaz de formar palabras, comparte el amor, el gozo y el asombro eficientemente con una sonrisa. Me siento feliz cuando otros me sonríen. Ese gesto amigable me recuerda que todos somos uno en Espíritu.
Cuando sonrío frente al espejo, aprecio mi luz. Me doy cuenta de que el amor y el gozo divinos están por doquier. Una sonrisa sencilla y franca es capaz de expresar amor y gozo sin necesidad de palabras.
¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia!—Números 6:25
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MI ESPÍRITU GOZOSO ES EXCEPCIONALMENTE CREATIVO.
Cuando busco nuevas maneras de expresarme, acudo al Espíritu en mí. En el silencio de la oración, mi mente se expande y se abre a nuevas vías de expresión. Qué agradecido me siento por tener la capacidad de generar una idea y expresarla; de poder diseñar una manera nueva de ser y de pensar.
Para algunos, la creatividad se manifiesta como arte, escritura o música. Para otros podría ser construir o cocinar. Otros expresan su creatividad a través del voluntariado u otras formas de servir. Todas son hermosas formas de expresión del Espíritu, tan individuales como la gente que las crea. Doy gracias por el espíritu creativo en mí y en todas las personas, el cual da vida a la expresión divina.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que entendamos lo que Dios nos ha dado.—1 Corintios 2:12
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CREZCO EN CONCIENCIA Y FE EN DIOS.
Al ir en pos de mayor comprensión y guía para mi sendero espiritual, confío en mi sabiduría interna. Mi conciencia creciente me proporciona mayor paz interna. Tengo presente que he sido dotado de dones espirituales poderosos. En el pasado tal vez me haya sentido a merced de los altibajos de la vida. Sentía que me abrumaban y abatían, llevándome a la ansiedad y la duda.
Mas gracias a la fe que madura en mí como guía, siento la vida como un suave río de leves curvas que navego con tranquilidad. La creciente paz y alegría son mías mientras descanso sabiendo que soy uno con Dios. Al decidir mis nuevos pasos, estoy confiado en que Dios está conmigo mientras tomo decisiones sabias e inspiradas en la divinidad.
Los afluentes del río alegran la ciudad de Dios, el santuario donde habita el Altísimo.—Salmo 46:4
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